La expresión “fundación del mundo” tiene que ver con un momento señalado en
la historia bíblica. No se nos ha dicho exactamente cuándo ocurrió, pero
gracias a los datos que hemos tratado en esta consideración, es posible
saberlo.
La palabra “fundación” es la traducción de la palabra griega KATABOLÉ, la
cual significa “un echar simiente”. Así que tendríamos que entender que la
“fundación del mundo” está asociada al engendramiento de los primeros humanos. Algunos creen que
esto tiene que ver con la creación del hombre y la mujer, pero al comparar los
pasajes bíblicos que usan esta expresión veremos que no es así.
Después que el hombre cometió transgresión contra su Dios, fue pronunciada
la primera profecía de toda la historia.
Y IEVE Dios procedió
a decir a la serpiente: “Porque has hecho esta cosa, tú eres la maldita de
entre todos los animales domésticos y de entre todas las bestias salvajes del
campo. Sobre tu vientre irás, y polvo es lo que comerás todos los días de tu
vida. 15 Y pondré
enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y la descendencia de
ella. Él te magullará en la cabeza y tú le magullarás en el talón”. Génesis
3:14,15.
Ésta no podía ser entendida claramente por los primeros humanos, pues éstos
no sabían quién conformaría la “DESCENDENCIA DE ELLA” que aplastaría la cabeza
de la Serpiente. Esta primera profecía, por lo tanto, llegó a ser un misterio,
un secreto de procedencia divina. Los primeros humanos, por lo tanto, por más
perspicacia que hayan demostrado, solo podrían concebir una interpretación
incompleta sobre ésta.
Por ejemplo, Abel, quien era una persona espiritualmente inclinada hacia IEVE,
dedujo que se requeriría el sacrificio de una vida para lograr una compensación
por los pecados y así obtener el agrado del Creador. En cuanto a la gran
mayoría de los humanos que vivieron antes del Diluvio, probablemente pudieron
saber algo de la realidad por influencia de los “hijos del Dios” que bajaron
desobedientemente a la Tierra. [En realidad, los querubines que resguardaban el
acceso al jardín de Edén todavía estaban allí para testimonio del desagrado de IEVE.]
Tomando en cuenta que la duración de la vida era realmente larga para los hombres
antes del Diluvio, quizás todos ellos hayan tenido la posibilidad de percibir
la sombra de algunas impresionantes realidades.
La profecía original habría llegado a ser muy difícil de entender
particularmente para los descendientes de Noé, porque al ocurrir la confusión
de lenguas, todo lo que hubieran entendido hasta ese momento comenzaría a
sufrir tergiversaciones a partir de entonces, y se esparciría por el mundo en
la forma de las leyendas y los mitos que hoy se conocen. En realidad, cuando
comparamos la mitología de la mayoría de las culturas antiguas, encontraremos
las mismas similitudes fundamentales. Algunas de estas están siendo resucitadas
por los místicos modernos.
Para toda la humanidad en general, la verdad sobre la comprensión de la
Profecía Original quedó escondida por milenios. Los paganos sabían que cierta
“simiente” vendría a través de cierta “mujer”, pero a esta promesa le dieron
interpretaciones diferentes. Muchas religiones asimilaron la idea de que
Nemrod, el principal rebelde humano contra IEVE, era la “simiente”, y se adoró
a esta persona en la forma de muchas deidades. Se cree, por ejemplo, que él era
hijo de Semíramis, la diosa Paloma. [Curiosamente, Semíramis proviene de la
expresión “Portadora del Ramo”, una referencia a la “mujer” que produciría la
“simiente”.] En la trinidad egipcia de Isis, Osiris y Horus, vemos una sombra
de la “mujer” (Isis), como madre de Horus, el dios sol. Y si seguimos trazando
los hilos de todas las religiones paganas antiguas, llegaremos a ver que fue una
deidad solar la que ha llegado a reemplazar hoy al verdadero Mesías en la mente
del hombre. No es casual que se haya escogido las costumbres relacionadas con
la Navidad como falsa representación del nacimiento de Jesús.
Ahora bien, cuando Jesús vino a la Tierra, comenzó a revelar con claridad
el verdadero significado de la profecía original. Su presencia en este mundo
era en sí mismo el cumplimiento de todo. En sus enseñanzas expuso la verdad
sobre el propósito de IEVE en relación con el Reino, cumpliendo así una
profecía:
Todas estas
cosas habló Jesús a las muchedumbres por ilustraciones. En verdad, sin
ilustración no les hablaba; para que se cumpliera lo que se habló por medio del
profeta que dijo: “Abriré mi boca con ilustraciones, publicaré cosas escondidas desde la fundación”. (Mateo
13:34, 35.)
En vista de esto, si hemos de encontrar el momento en el que comenzó a
haber “cosas escondidas” para el entendimiento del hombre, éste estaría
asociado a la Profecía Original. La “fundación”, por lo tanto, tiene que ver
con lo que ocurrió el día que Adán fue condenado.
Jesús, hablándole a su Padre en una oración sobre el privilegio que se les
daría a sus discípulos de gobernar con él, dijo:
Padre, en
cuanto a lo que me has dado, deseo que, donde yo esté, ellos también estén
conmigo, para que contemplen mi gloria que me has dado, porque me amaste antes de la fundación del mundo. (Juan 17:24.)
Ahora bien, si bien es cierto que la Profecía Original bosquejó lo que
tendría que ocurrir para solucionar el problema del hombre y la restauración de
la adoración de IEVE sobre la Tierra, lo cierto es que esta profecía no podría
comenzar a tomar forma sino a partir del engendramiento de los primeros hijos
de Adán y Eva. Además, ¿no había predicho esta profecía una enemistad entre dos
simientes? ¿Y no llegaron a ser los dos hijos de Adán una verdadera representación por
anticipado de las dos “simientes” en oposición?
De hecho, Caín realmente llegó a ser un “hijo” simbólico del Calumniador,
según las Escrituras:
Los hijos de
Dios y los hijos del Calumniador se hacen evidentes por este hecho: Todo el que no se ocupa en la justicia
no se origina de Dios, tampoco el que no ama a su hermano. Porque este es el
mensaje que ustedes han oído desde [el] principio, que debemos tener amor unos
para con otros; no como Caín, que se originó del inicuo y degolló a su hermano. ¿Y por qué causa lo degolló? Porque sus propias obras eran inicuas, pero
las de su hermano [eran] justas. (1 Juan 3:10-12.)
Y Abel es considerado el primer mártir a favor de la verdad. Es cierto que
no pudo ser antepasado del Mesías, pero estaba encaminado a serlo. Puesto que
fue reemplazado finalmente por Set (que significa “sustituto”), entonces queda
claro que Abel representó de antemano a la Simiente Prometida:
Y Adán
procedió a tener coito otra vez con su esposa, de modo que ella dio a luz un
hijo y lo llamó por nombre Set, porque, según dijo ella: “Dios ha nombrado
otra simiente en lugar de Abel, porque Caín lo mató”. (Génesis 4:25.)
Así que concluimos que el momento en el que la Profecía Original entró en
vigor fue cuando se completó el nacimiento de los dos primeros hijos de Adán:
Caín y Abel.
Es de particular interés notar que en sus palabras Jesús asoció la
“fundación del mundo” específicamente con Abel. Al hablar contra la generación
que sería demandada por la muerte de los siervos de Dios, dijo:
Por este
motivo la sabiduría de Dios también dijo: ‘Yo enviaré a ellos profetas y
apóstoles, y a algunos de ellos matarán y perseguirán, para que la sangre
de todos los profetas vertida desde la fundación del mundo sea demandada de esta generación, desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que fue muerto entre el altar y la casa’. Sí,
les digo, será demandada de esta generación. (Lucas 11:49-41.)
Téngase en cuenta que la “generación” de la que habló Jesús en realidad
estaba actuando como enemiga de la proyección verdadera que se desprende de la
primera profecía bíblica, así que en la práctica ésta era la personificación de
la “simiente” de la Serpiente. La demanda de Dios contra ella se cumplirá
cuando la Simiente Prometida haga justicia al acabar con el Resistidor y sus
“hijos”[4].
Ahora bien, si queremos ver un cumplimiento por anticipado del momento en
el que finalmente se presenta la Simiente Prometida al final de los tiempos,
tendremos que fijarnos en lo que dice Revelación sobre la “mujer” simbólica:
Y ella dio a
luz un hijo, un varón, que ha de pastorear a todas las naciones con vara de
hierro. Y su hijo fue arrebatado hacia Dios y hacia su trono. (Revelación
12:5.)
El que se diga que este “hijo” ‘es arrebatado hacia Dios y hacia su trono’
significa que la Simiente Prometida es la que gobernará mediante el Reino de
los cielos. Por eso dijo Jesús:
”Entonces
dirá el rey a los de su derecha: ‘Vengan, ustedes que han sido bendecidos por
mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo. (Mateo 25:34.)
En cuanto a la conformación de esta Simiente Prometida, como hemos visto
anteriormente, tenemos a Jesús Ungido como “cabeza” y sus 144.000 escogidos
como “cuerpo”, llegando así a formarse un simbólico “hombre” completo. Los
primeros humanos no pudieron haber imaginado que llegaría a haber un grupo de
personas que conformarían esta Simiente; sin embargo, “antes de la fundación
del mundo”, es decir, al tiempo de la Profecía Original, IEVE así se lo había
propuesto. Por ello, el apóstol Pablo les dijo a los cristianos que se
consideraban parte de ese grupo escogido:
Bendito sea
el Dios y Padre de nuestro Señor Jesús Ungido, porque nos ha bendecido con toda
bendición espiritual en los lugares celestiales en unión con Ungido, así como nos escogió en unión con él antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin tacha delante de él en amor. (Efesios 1:3,
4.)
No obstante, el cumplimiento de la Profecía Original implicaba el
sufrimiento de la Simiente Prometida, y esto quedó patente en el caso de Abel,
su representante figurativo, pues él fue asesinado. La culminación del
propósito de IEVE solo podría lograrse con el sacrificio del propio Hijo de
Dios. Lo que es más, quienes llegasen a formar parte de su cuerpo también
tendrían que abandonar su vida terrestre, morir como mártires y ser creados
nuevamente como seres celestiales para estar con su Amo. Pero todo este
sufrimiento era comparable a la herida que produciría una serpiente en el
talón. Abel fue reemplazado y Jesús resucitó. Y lo mismo sucederá con todos los
miembros de la Novia del Cordero. Como se dio a entender en la carta a los
cristianos hebreos, el sacrificio de Jesús ocurriría una sola vez para siempre
después de la “fundación del mundo”:
Tampoco es
con el fin de que se ofreciera a sí mismo muchas veces, como realmente entra el
sumo sacerdote en el lugar santo de año en año con sangre ajena. De otro modo, tendría que sufrir muchas veces desde la fundación del mundo. Mas ahora se ha manifestado una vez para siempre, en la
conclusión de los sistemas de cosas, para quitar de en medio el pecado mediante
el sacrificio de sí mismo. (Hebreos 9:25, 26.)
Adán probablemente murió sin entender plenamente que un día después de
milenios vendría un equivalente suyo a morir como sacrificio por sus
descendientes. Y, sin embargo, IEVE sí lo sabía. Desde el mismísimo momento en
el que pronunció la Profecía Original, supo que tendría que ocurrir el
sacrificio de quien amaba tanto:
Es verdad que él fue preconocido antes de la fundación del mundo, pero fue manifestado al fin de los tiempos por causa de ustedes los que
mediante él son creyentes en Dios, el que lo levantó de entre los muertos y le
dio gloria; para que la fe y esperanza de ustedes estén puestas en Dios. (1
Pedro 1:20, 21.)
Por otro lado, así como se predeterminó a Jesús y sus coherederos como la
Simiente Prometida, también IEVE identificó mediante su Hijo a quienes
llegarían a ser la “simiente” de la Serpiente. Ninguno de estos enemigos de la
vida llegará a tener vida eterna. En la parte final de la historia, todos estos
malvados se convertirán en apoyadores directos de la “bestia” que será levantada
en oposición. Habrá un encontrarse cara a cara la verdad contra la falsedad.
Todos los que conforman la prole simbólica del Diablo perderán la vida en
representación de todos los rebeldes que han existido “desde la fundación del
mundo”. Quizás, en efecto, el momento en el que culminen los primeros 6.000
años del Séptimo Día coincida con el ataque de la “bestia” contra los siervos
del Dios vivo. Es por eso que se predijo:
La bestia
salvaje que viste era, pero no es, y, no obstante, está para ascender del
abismo, y ha de irse a la destrucción. Y cuando vean como la bestia salvaje
era, pero no es, y, no obstante, estará presente, los que moran en la tierra se
maravillarán con admiración, pero sus nombres no han estado escritos en el rollo de la vida desde la
fundación del mundo. (Revelación
17:8.)
Y todos los
que moran en la tierra la adorarán; el nombre de ninguno de estos está escrito
en el rollo de la vida del Cordero que fue degollado, desde la fundación del mundo. (Revelación
13:8.)
Bueno, todos los pasajes que mencionan la expresión “la fundación del
mundo”, los cuales hemos citado en este capítulo, atestiguan en su conjunto
sobre un momento exacto en la historia temprana del hombre. Se trata
del tiempo cuando Adán ‘echó simiente’, llegando a ser padre tanto de Caín como
de Abel. Y, según el paralelismo que hemos establecido entre Adán y Jesús,
parece que Abel nació, a más tardar, al principio del otoño de 3990 a.e.c. Eso
significa que el aniversario 6.000 desde la “fundación del mundo” habría
llegado probablemente desde el otoño del año 2011. Y, sin embargo, sabemos que
todavía no ha llegado el fin de los primeros 6.000 años de la “semana” del
hombre.
De modo que entender todos los asuntos expuestos en este capítulo no
necesariamente nos llevan a concluir cerradamente que el Reino de Mil Años tuvo
que haber comenzado en algún momento entre el otoño de 2011 y la primavera de
2012, pero de todos modos queda claro que Hebreos 4:3 sí relacionó el final de
las obras creativas de IEVE con el principio del Séptimo Día, en el
cual ahora nuestro Dios está descansando. Probablemente hay algunos detalles
por aclararse sobre esta cuestión.
Una forma de plantearnos a nosotros mismos esta información con menos
dogmatismo y más discreción sería mediante la asimilación de dos
probabilidades:
· Quizás el
momento más temprano para el principio formal del Milenio Sabático
hubiera ocurrido, si es que la cronología que utilizamos es correcta, en ETANIM
de 2011, 6.000 años después que comenzó la vida de Abel. Entendemos actualmente
que ese Milenio no ha comenzado todavía.
· Quizás el
momento más tardío para este gran principio ocurrirá, a más tardar, en
ETANIM de 2015.
Continuará en el próximo apunte.
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