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lunes, 9 de abril de 2012

EL AYUDANTE


EL AYUDANTE

JUAN 14:26
“Mas el ayudante, el espíritu santo, que el Padre enviará en mi nombre, ese les enseñará todas las cosas y les hará recordar todas las cosas que les he dicho.”






Muchas personas me han preguntado si el espíritu santo de Dios sigue operativo hoy día como lo estuvo en el primer siglo, porque no entienden el porqué existen tantas organizaciones religiosas llamadas “cristianas” y que a su vez estén divididas con doctrinas diferentes unas de otras y sobre todo al tener como base la misma Palabra de Dios la Biblia.

El examen que sigue es para dar respuesta a esta incógnita, espero que les sea de ayuda.


Este ayudante fue enviado en el pentecostés del año 33 e.c.

“Ahora bien, mientras estaba en progreso el día [de la fiesta] del Pentecostés, todos se hallaban juntos en el mismo lugar, 2 y de repente ocurrió desde el cielo un ruido exactamente como el de una brisa impetuosa y fuerte, y llenó toda la casa en la cual estaban sentados. 3 Y lenguas como de fuego se les hicieron visibles y fueron distribuidas en derredor, y una se asentó sobre cada uno de ellos, 4 y todos se llenaron de espíritu santo y comenzaron a hablar en lenguas diferentes, así como el espíritu les concedía expresarse.” Hechos 2:1-4.

La pregunta que surge es si este “ayudante” seria permanente para siempre o por el contrario ejercería su influencia por un corto periodo de tiempo.
Leamos Juan 16:13, Sin embargo, cuando llegue aquel, el espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propio impulso, sino que hablará las cosas que oye, y les declarará las cosas que vienen.                                      

¿Qué serian las “cosas que vienen”? pues ni más ni menos las circunstancias futuras dentro del nuevo arreglo (refiriéndonos al final de la ley Mosáica y la introducción o preparativos para el establecimiento del futuro reino de Dios “el sábado” en manos de su hijo). Pero también un periodo de tiempo en el cual ese ayudante dejaría de funcionar antes del establecimiento del día sabático o reino de Dios, ¡Veamos!
 1ª a Timoteo 4:1 dice, “Sin embargo, la expresión inspirada dice definitivamente que en períodos posteriores algunos se apartarán de la fe, prestando atención a expresiones inspiradas que extravían y a enseñanzas de demonios”

Estos “periodos posteriores” claramente nos dice que la función del “ayudante” sería reemplazada por algunos individuos con enseñanzas demoníacas, entrando en un periodo de tiempo apóstata (un cristianismo de imitación) el cual prevalece hasta nuestros días, este sería un tiempo de desinformación un tiempo en el cual las enseñanzas del hijo de Dios serían falseadas, una mezcla de conceptos religiosos de muchas otras religiones dedicadas y en honor a los dioses antiguos cambiando sus nombres para aplicarlos a “santos” hechos por el hombre lo cual se le conoce como  sincretismo, 2ªTimoteo4:3.

Desde la suplantación de la verdad revelada han pasado casi dos mil años pero ¿Qué dijo el ayudante que ocurriría después?

2ª Tesalonicenses 2:1-4 leemos.
“Sin embargo, hermanos, tocante a la presencia de nuestro Señor Jesucristo y el ser nosotros reunidos a él, les solicitamos 2 que no se dejen sacudir prontamente de su razón, ni se dejen excitar tampoco mediante una expresión inspirada, ni mediante un mensaje verbal, ni mediante una carta como si fuera de nosotros, en el sentido de que el día de IEVE esté aquí.
3 Que nadie los seduzca de manera alguna, porque no vendrá a menos que primero venga la apostasía y el hombre del desafuero quede revelado, el hijo de la destrucción. 4 Él está puesto en oposición y se alza a sí mismo sobre todo aquel a quien se llama “dios” o [todo] objeto de reverencia, de modo que se sienta en el templo del Dios, y públicamente ostenta ser un dios.”

Estas palabras nos quieren decir que a partir de que “el ayudante” dejara de funcionar se establecería una apostasía hasta que “el hombre del desafuero quedara revelado,” e identificado y que este estaría sentado en “el templo de Dios”, estas palabras son muy significativas (el estar sentado en el Templo de Dios”) ya que el engaño será descomunal, pero sigamos observando lo que “el ayudante” nos dice.
(“El Templo de Dios” está tratado aparte)

2ª Tesalonicenses 2:6-12
De modo que ahora ustedes conocen la cosa que obra como restricción, con miras a que él sea revelado a su propio tiempo. 7 Es verdad que el misterio de este desafuero ya está obrando; pero solo hasta que el que ahora mismo está obrando como restricción llegue a estar fuera del camino. 8 Entonces, realmente, será revelado el desaforado, a quien el Señor Jesús eliminará por el espíritu de su boca, y reducirá a nada por la manifestación de su presencia. 9 Pero la presencia del desaforado es según la operación de Satanás con toda obra poderosa y señales y portentos presagiosos mentirosos, 10 y con todo engaño injusto para los que están pereciendo, como retribución porque no aceptaron el amor de la verdad para que fueran salvos. 11 Por eso Dios deja que les vaya una operación de error, para que lleguen a creer la mentira, 12 a fin de que todos ellos sean juzgados por no haber creído la verdad, sino haberse complacido en la injusticia.

¿Quién está obrando como restricción en contra del desaforado?

(2 Timoteo 4:6) Porque ya estoy siendo derramado como libación, y el debido tiempo de mi liberación es inminente.

(2 Pedro 1:14) puesto que sé que pronto veré quitado mi tabernáculo, tal como también me lo significó nuestro Señor Jesucristo.

Tanto Pablo como Pedro nos dicen que su desaparición como apóstoles estaban a punto de cumplirse, lo cual significa que ellos estaban como “restricción” a la apostasía y al Hombre del desafuero”  por lógica estas palabras nos llevan correctamente a la conclusión de que cuando murió el apóstol Juan sobre el año cien e.c. “la restricción” y el “ayudante quedaron inactivos.

¿Hasta cuándo estaría operando esta apostasía?
(Malaquías 3:2) “Pero ¿quién estará soportando el día de su venida, y quién será el que se mantendrá en pie cuando él aparezca? Porque él será como el fuego de un refinador y como la lejía de los lavanderos.
(Marcos 8:38) Porque el que se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del hombre también se avergonzará de él cuando llegue en la gloria de su Padre con los santos ángeles”.

(2 Tesalonicenses 1:7) pero, a ustedes que sufren la tribulación, con alivio juntamente con nosotros al tiempo de la revelación del Señor Jesús desde el cielo con sus poderosos ángeles,  (O: “quitar la cubierta; develar”. Gr.: a·po·ka·lý·psei.)
(Lucas 17:30) De la misma manera será en aquel día en que el Hijo del hombre ha de ser revelado.
(1 Pedro 1:7) a fin de que la cualidad probada de su fe, de mucho más valor que el oro que perece a pesar de ser probado por fuego, sea hallada causa de alabanza y gloria y honra al tiempo de la revelación de Jesucristo.

(Colosenses 3:4) Cuando el Cristo, nuestra vida, sea puesto de manifiesto, entonces ustedes también serán puestos de manifiesto con él en gloria.

(2 Tesalonicenses 2:8) Entonces, realmente, será revelado el desaforado, a quien el Señor Jesús eliminará por el espíritu de su boca, y reducirá a nada por la manifestación de su presencia.

(Revelación 1:7) ¡Miren! Viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que lo traspasaron; y todas las tribus de la tierra se golpearán en desconsuelo a causa de él. Sí, amén.

¿Cuándo será puesto de manifestó Cristo?
(Hechos 1:11) y dijeron: “Varones de Galilea, ¿por qué están de pie mirando al cielo? Este Jesús que fue recibido de entre ustedes arriba al cielo, vendrá así de la misma manera como lo han contemplado irse al cielo”. Por supuesto que este evento aún NO ha ocurrido.

Es evidente que durante el tiempo que opera esta apostasía no habría ningún “pueblo escogido organizado” de entre la humanidad, aunque si habría personas que estarían al tanto de la verdad revelada por “el ayudante”.

Veamos con más detalles como funcionó “el ayudante” desde el pentecostés del 33 hasta su inactividad.


¿Por qué han cesado los dones milagrosos del espíritu?
HACE mil novecientos años, el Dios invisible respaldó poderosamente las buenas nuevas de la salvación que viene por medio de su Hijo, Jesucristo. ¿De qué manera?
El escritor del libro de hebreos, dirigiéndose a los cristianos que habían estado bajo el pacto de la Ley Mosáica, mostró cómo, diciendo: “Dios tomó parte en dar testimonio tanto con señales como con portentos y con diversas obras poderosas y con distribuciones de espíritu santo según su voluntad.” (Heb. 2:1-4) Sí, de esa manera, Dios también mostró claramente que ahora estaba tratando con el nuevo pacto más los que serían admitidos y había quitado su favor del arreglo judío bajo el pacto de la Ley.
Estas “distribuciones de espíritu santo” abarcaron muchas habilidades milagrosas. El apóstol Pablo habló de estos dones milagrosos, y dijo que pasarían con el tiempo. (1 Cor. 13:8) El amor nunca falla. Pero sea que haya [dones de] profetizar, serán eliminados; sea que haya lenguas, cesarán; sea que haya conocimiento, será eliminado.
Hoy no observamos que el verdadero espíritu de Dios opere por medio de individuos de aquellas maneras asombrosas, milagrosas, llevando a cabo curaciones, hablando en diversas lenguas que el hablante jamás haya estudiado antes, pronunciando profecías inspiradas, etcétera. ¿Por qué no? Si fueron necesarias para el fundamento del “nuevo pacto” en aquel entonces, ¿por qué no lo son ahora?
Para la respuesta, hay que repasar el propósito de los dones que se otorgaron en aquel entonces y lo que efectuaron.

LA PODEROSA ACTIVIDAD DEL ESPÍRITU EN EL PRIMER SIGLO
Cuando leemos el relato que nos informa de las actividades de los apóstoles y sus asociados, según se registra principalmente en el libro bíblico de Hechos, no podemos menos que quedar impresionados por el poder, la intensidad y la energía de la operación del espíritu santo. Desde el Pentecostés de 33 E.C. en adelante, “siguieron añadiéndose creyentes en el Señor, multitudes de varones así como de mujeres.” (Hech. 5:14) Durante el primer viaje misional de Pablo, que le tomó solo un año y medio, él y Bernabé viajaron por Chipre y Asia Menor. (Hechos, caps. 13, 14) En este corto tiempo establecieron grupos de personas que llegaron a aceptar el nuevo arreglo o nuevo pacto que Dios había establecido y nombraron a hombres locales para asumir la supervisión altruista. Evidentemente algunos grupos se formaron en un período muy corto. En una gira posterior, Pablo solo pasó año y medio en la ciudad grande de Corinto, y halló allí muchos discípulos. —Hech. 18:11.
¿Por qué operó tan poderosamente el espíritu, recogiendo a centenares, sí, a miles de personas, bajo el nuevo pacto en un espacio tan breve de su historia primitiva?
Se debió a que relativamente solo había unos cuantos años en los cuales establecer, edificar y fortalecer a aquellas personas. Jesús, en su ilustración del trigo y la mala hierba, había mostrado que esta vigorosa actividad sería de duración limitada. Terminaría cuando ‘durmieran los hombres,’ es decir, después que los apóstoles ‘durmieran’ o pasaran de la escena de la actividad en la muerte.
Al acontecer esto, el predicho “hombre de desafuero” no sería restringido por mucho más tiempo y florecería con plena fuerza la gran apostasía, la rebelión contra la verdadera enseñanza y práctica apostólicas. (Mat. 13:24-30, 36-43; 2 Tes. 2:3-8) De modo que los apóstoles trabajaron incansablemente sobre la “edificación” a fin de que fuera “columna y apoyo de la verdad” como miembros tangibles del Nuevo Pacto (tema expuesto a pie de página) contra las olas embravecidas de la apostasía que casi se los engullirían. —1 Tim. 3:15; 4:1; Hech. 20:29, 30; 2 Ped. 2:1-3.
Sin embargo, ¿por qué fueron necesarias las operaciones milagrosas del espíritu?
Bueno, usted recordará que, en el primer siglo, hasta era raro el judío que poseía un juego completo de los rollos de las Escrituras Hebreas. Entre los paganos virtualmente se desconocía la Biblia. En cuanto a los relatos del Evangelio y las cartas de las Escrituras Griegas no estaban completadas, solo había unas cuantas copias que circulaban. Ninguno de los libros de la Biblia estaban divididos convenientemente en capítulos y versículos, como hoy día. No había concordancias de la Biblia, ni diccionarios ni comentarios bíblicos. Independientemente de esta circunstancia básicamente se necesitaba UNA DEMOSTRACIÓN PODEROSASOBRENATURAL para respaldar el establecimiento del NUEVO PACTO.
Por lo tanto, queda patente que se necesitaba ayuda de Dios, fuera de lo normal. Era lógico que el espíritu de Dios operara de tal manera que satisficiera la necesidad que tenían los muchos llamados, de conocimiento, entendimiento y dirección de las escrituras hebreas. Esto lo hizo por medio de los dones milagrosos, como veremos.

LOS DONES MILAGROSOS
Estos dones se alistan en 1 Corintios 12:4-11. Aquí el apóstol escribe que el espíritu no operaba de la misma manera sobre todo miembro de los escogidos al nuevo pacto, sino, más bien, que manifestaba su operación e influencia en una variedad de maneras. Así equipó plenamente a todas aquellas personas como cuerpo para mantener la doctrina correcta y las prácticas limpias, para predicar y enseñar las buenas nuevas del nuevo pacto y permanecer firme contra la apostasía.
Consideremos los diversos dones y sus propósitos.
Así como las obras aparentemente milagrosas por sí mismas no revisten de autorización divina al que las ejecuta, la incapacidad de los siervos de Dios para efectuarlas con la ayuda del poder divino tampoco presupondría que no tuvieran el respaldo de Dios. (Mt 7:21-23.) No todos los cristianos del primer siglo podían realizar obras poderosas, sanar, hablar en lenguas y traducir. A Pablo y a otros cristianos se les habían otorgado varios dones del espíritu por la bondad inmerecida de Dios. Y, tal como se predijo, cesarían. De hecho, Jesús mismo indicó que sus seguidores se identificarían, no por realizar obras poderosas, sino por amarse unos a otros. (1Co 12:29, 30; 13:2, 8-13; Jn 13:35.)
Pablo enumera nueve diferentes manifestaciones o acciones del espíritu: (1 habla de sabiduría,) (2 habla de conocimiento,) (3 fe,) (4 dones de curaciones,) (5 obras poderosas,) (6 profetizar,) (7 discernimiento de expresiones inspiradas,) (8 lenguas diferentes) y (9 interpretación de lenguas.) Todos estos dones del espíritu servían para un propósito beneficioso, pues no solo contribuían al crecimiento cuantitativo, sino que también resultaban en su edificación espiritual. (1Co 12:7-11; 14:24-26.)
El primero que se alista es “habla de sabiduría.” Sabiduría es la habilidad de usar con buen éxito el conocimiento y entendimiento para alcanzar ciertas metas. Este don de sabiduría no era sabiduría que hubiera nacido de la experiencia, sino una sabiduría milagrosa, cuyo poseedor podía ayudar a sus hermanos en decisiones de naturaleza difícil. Hech. 13:1-5. Fue “según la sabiduría que le fue dada” como Pablo escribió las cartas que llegaron a formar parte de la Palabra inspirada de Dios. (2Pe 3:15, 16.) Parece ser que este don también se manifestó en la destreza que algunos tuvieron para defender la verdad ante los opositores de tal modo que eran incapaces de rebatirles o contestarles. (Hch 6:9, 10.)

El segundo era “habla de conocimiento.” Este no era el conocimiento de Dios y Cristo que se requería que tuvieran todos los cristianos para ser discípulos. (Juan 17:3; Rom. 10:14) Era un conocimiento milagroso que compensaba por la falta de copias de las Escrituras. También alertaba de modo milagroso al que poseía el don a situaciones que afectaban el bienestar de los presentes Hechos. 5:1-11.
El siguiente don era “fe.” De nuevo, ésta no sería la fe que todos los cristianos tenían que poseer, porque fe en Dios y en su Hijo y en el sacrificio de rescate era el requisito primario para llegar a ser cristiano. (Rom. 10:10; Hech. 2:38, 39) Más bien, ésta era una fe milagrosa inspirada por espíritu, una convicción inquebrantable que habilitaba al que la poseía a vencer obstáculos semejantes a montañas.
Luego había “curaciones” (Hech. 3:1-8; 5:12-16; 13:6-12) Estas servían de señales para los incrédulos, probando poderosamente que el espíritu de Dios estaba sobre sus escogidos y facilitaba su trabajo.
El don de curaciones se empleó para sanar por completo a personas enfermas, prescindiendo de la naturaleza de las afecciones. (Hch 5:15, 16; 9:33, 34; 28:8, 9.) Jesucristo y sus discípulos habían efectuado curaciones antes del Pentecostés, y si bien algunas de las personas a las que se sanó manifestaron abiertamente su fe, no se requería que la persona enferma profesara tener fe. (Compárese con Jn 5:5-9, 13.) En una ocasión Jesús atribuyó la incapacidad de sus discípulos para sanar a un epiléptico, no a falta de fe por parte de la persona que quería que sanasen a su hijo, sino a la falta de fe de sus discípulos. (Mt 17:14-16, 18-20.) En las Escrituras no se refiere ni un solo caso en el que Jesús o sus discípulos no hayan podido realizar una curación por falta de fe de la persona enferma. Pablo no empleó el don de curaciones para sanar a Timoteo de su afección estomacal, no porque atribuyese sus frecuentes casos de enfermedad a falta de fe, sino por no hacer uso del don para fines personales. En consecuencia, se limitó a recomendarle que bebiese un poco de vino por causa de su estómago. (1Ti 5:23.

 “obras poderosas.” Estas obras incluyeron milagros como el resucitar a personas muertas, expulsar demonios y hasta cegar a opositores (1Co 12:10), obras poderosas que contribuyeron a aumentar la cantidad de creyentes que se unieron a ellos. (Hch 9:40, 42; 13:8-12; 19:11, 12, 20.)

El don de “profetizar” abarcaba, además de hablar las cosas magníficas de Dios, la habilidad inspirada de hablar acertadamente de cosas venideras. Sin embargo, esta predicción inspirada de sucesos parece haber estado limitada generalmente a cosas que afectaban a sus congéneres en aquel tiempo, haciéndole posible enfrentarse a la situación prevista, como en el caso del hambre en el tiempo del emperador Claudio, que predijo el profeta cristiano Ágabo.—Hechos. 11:27-30.

“Discernimiento de expresiones inspiradas” era un don que trabajaba para la seguridad de todos los componentes del nuevo pacto. En aquel tiempo realmente había profetas con mensajes inspirados de Dios, algunos de los cuales viajaban, como Bernabé, Silas, Pablo y otros. Por el don de discernir las expresiones inspiradas, así ellos estarían protegidos contra cualesquier impostores, falsos profetas. Si éstos llegaban a presentarse como profetas “verdaderos”, podían ser identificados por el miembro que poseía este don. Así todos sabrían si debían prestar atención a las “expresiones inspiradas” o no. —1 Juan 4:1.
 “Lenguas”
El don milagroso de hablar en lenguas fue una consecuencia inmediata del derramamiento del espíritu de Dios en el Pentecostés del año 33 E.C. Unos 120 discípulos que se hallaban reunidos en una habitación superior (posiblemente cerca del templo) pudieron hablar entonces acerca de las “cosas magníficas de Dios” en las lenguas nativas de los judíos y prosélitos que habían ido a Jerusalén para observar la fiesta procedentes de lugares distantes. A fin de recibir el don gratuito del espíritu santo “el ayudante”, los judíos y prosélitos tenían que arrepentirse de los pecados cometidos contra la ley y ser bautizados en el nombre de Jesús. (Hch 1:13-15; 2:1-47.)
El don de lenguas resultó muy útil para los llamados del primer siglo, pues gracias a él pudieron predicar a los que hablaban otros idiomas. Sirvió de señal para los incrédulos. Sin embargo, cuando Pablo escribió a la asociación de escogidos de Corinto, dio instrucciones de que en sus reuniones no hablasen todos en lenguas, puesto que si entraban extraños e incrédulos y no entendían nada, llegarían a la conclusión de que estaban locos. También recomendó que el hablar en lenguas ‘se limitase a dos o tres a lo más, y por turno’. Sin embargo, en caso de que nadie pudiera traducir, el que hablaba en una lengua tenía que permanecer en silencio en la reunión, hablando consigo mismo y con Dios. (1Co 14:22-33.) Si no se traducía, el hablar en lenguas no serviría para edificar a otros, puesto que tal habla carecería de significado por ser incomprensible y nadie escucharía. (1Co 14:2, 4.)
Si el que hablaba en una lengua no podía traducir, ni él mismo ni los que no estuviesen familiarizados con esa lengua entenderían lo que estaba diciendo. Por lo tanto, Pablo animó a los que tenían el don de lenguas a que orasen para que también pudiesen traducir y así edificar a todos los oyentes. Todo lo susodicho permite ver con facilidad por qué Pablo, bajo inspiración, clasificó el hablar en lenguas como un don menor, y señaló que en una reunión prefería hablar cinco palabras con su mente (entendimiento) que diez mil en una lengua. (1Co 14:11, 13-19.)

 “interpretación de lenguas”   La persona que tenía este don podía traducir una lengua, aunque fuese desconocida para él. (1Co 12:10.) El don de interpretación complementó el de hablar en lenguas, pues hizo posible que toda la reunión se beneficiase de la información traducida a su idioma. (1Co 14:5.)

Hasta aquí hemos visto como operaba el ayudante en el primer siglo, pero ¿cómo podría dirigirse por sí misma una persona que estuviera deseosa de seguir el “camino” pero sin la intervención del ayudante durante el tiempo de la apostasía que se ha extendido hasta hoy en la actualidad?

¡VEAMOS!
Cosas que desaparecerían
Pablo dijo del futuro: “Pero sea que haya dones de profetizar, serán eliminados; sea que haya lenguas, cesarán; sea que haya conocimiento, será eliminado”. (1 Corintios 13:8b.) Los ‘dones de profetizar’ permitieron que sus poseedores pronunciaran nuevas profecías. Aunque aquellos dones desaparecieron una vez que quedó establecido el NUEVO PACTO, Su poder profético nunca desaparece y Su Palabra contiene todas las profecías que necesitamos en la actualidad. Como se había predicho, también cesó la facultad transmitida por espíritu de hablar en lenguas, y el conocimiento especial fue “eliminado”. Pero la Palabra completa de IEVE (la Biblia) nos da el conocimiento que necesitamos para alcanzar la salvación. (Romanos 10:8-10.) Así de esta forma examinando las Escrituras y practicando en nuestra vida la forma de vivir que ahora entramos a considerar una persona estará llena de su espíritu y puede producir su fruto.
Pablo prosiguió: “Porque tenemos conocimiento parcial y profetizamos parcialmente; pero cuando llegue lo que es completo, lo que es parcial será eliminado”. (1 Corintios 13:9, 10.) Los dones de conocimiento y profecía eran incompletos. Al parecer, aquella profecía no abarcaba todos los detalles ya que a su debido tiempo serían reveladas, y por eso el profeta revelaba el futuro de manera parcial, pues no conocía a cabalidad lo que predecía. Sin embargo, viene el tiempo en el cual el entendimiento de la profecía se hará cada vez más completo. Los acontecimientos mundiales actuales parecen indicar que  vivimos en  los últimos días del sistema, 2ª a Timoteo 3:1-5 lo cual nos llevará a “el tiempo del fin,”  y a la realización completa del NUEVO PACTO, cada vez muchas personas preocupadas por estos detalles están teniendo más discernimiento espiritual y comprensión paulatina de las profecías bíblicas. (Daniel 12:4.) Por ello, nos estamos acercando al conocimiento perfecto y “lo que es completo” ha de estar próximo.
Permanece la mayor cualidad
Pablo pasa a escribir sobre cómo mantener una espiritualidad aceptable a los ojos de nuestro Creador durante la apostasía hasta el tiempo del fin: “Cuando yo era pequeñuelo, hablaba como pequeñuelo, pensaba como pequeñuelo, razonaba como pequeñuelo; pero ahora que he llegado a ser hombre, he eliminado las cosas características de pequeñuelo”. (1 Corintios 13:11.) El pequeñuelo actúa conforme a un conocimiento y desarrollo físico limitados. Pero el hombre tiene mayor desarrollo físico, más conocimiento y más experiencia, por lo que no suele ser fácil hacerle cambiar de opinión. Ha abolido ideas, actitudes y métodos pueriles. De igual modo, al crecer y salir de la infancia, Él estimó que ya no se necesitaban los dones de profecía, lenguas y conocimiento procedentes del espíritu, “ayudante”.

¡Sigamos!
Pablo añadió: “Porque en la actualidad vemos en contorno nebuloso por medio de un espejo de metal, pero entonces será cara a cara. En la actualidad conozco parcialmente, pero entonces conoceré con exactitud así como soy conocido con exactitud”. (1 Corintios 13:12.) La infancia de la congregación no era el tiempo para que Dios revelara ciertos asuntos. Por consiguiente, se veían en contorno nebuloso, como si los cristianos miraran en un espejo de metal, sin una buena superficie reflectante. (Hechos 1:6, 7.) Pero hemos dejado atrás la visión nebulosa. El cumplimiento de la profecía y el tipo saltan a la vista, pues ahora se acerca el tiempo en que Dios revelará el significado de estos. (Salmo 97:11; Daniel 2:28.) Aunque Pablo mismo conocía a Dios, el máximo grado del conocimiento de IEVE y la relación más íntima con Él vendrían cuando el apóstol resucitara a vida celestial y recibiera así la recompensa plena por su derrotero cristiano.
Pablo concluye su epítome del amor: “Ahora, sin embargo, permanecen la fe, la esperanza, el amor, estos tres; pero el mayor de estos es el amor”. (1 Corintios 13:13.) Pese a la ausencia de los dones milagrosos del espíritu, las personas que están al tanto de estos hechos cuentan hoy con un conocimiento más exacto al tener toda la Palabra al completo y con razones para tener un mayor grado de fe, esperanza y amor. Tienen fe en que pueden próximamente dar por cumplidas todas las promesas de Dios. (Hebreos 11:1.) Algunas características de la fe terminarán al realizarse las profecías de la Palabra de Dios. Ciertos aspectos de la esperanza cesarán cuando veamos lo que esperamos. No obstante, el amor permanecerá eternamente. 1ª a los corintios 13:4-8 dice del amor, “El amor es sufrido y bondadoso. El amor no es celoso, no se vanagloria, no se hincha, 5 no se porta indecentemente, no busca sus propios intereses, no se siente provocado. No lleva cuenta del daño. 6 No se regocija por la injusticia, sino que se regocija con la verdad. 7 Todas las cosas las soporta, todas las cree, todas las espera, todas las aguanta. 8 El amor nunca falla.”
Por esta razón, que todas las personas que tiene esta inquietud sigan de continuo el camino sobrepujante del amor desarrollando los frutos del espíritu de nuestro Creador, Gálatas 5:22,23. Por otra parte, el fruto del espíritu es: amor, gozo, paz, gran paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 apacibilidad, autodominio. Contra tales cosas no hay ley.
Concluyendo este tema podemos ahora mirar a nuestro alrededor, examinar  aquellas religiones llamadas cristianas y sacar nuestras propias conclusiones.
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 (NUEVO PACTO)
Pacto para un sacerdocio a la manera de Melquisedec. Se habla de este pacto en el Salmo 110:4, y el escritor del libro bíblico de Hebreos lo aplica a Cristo en Hebreos 7:1-3, 15-17. Es un pacto que IEVE hace únicamente con Jesucristo. Parece que Jesús se refirió a este pacto cuando hizo el pacto para un Reino con sus seguidores. (Lu 22:29.) Por el juramento de IEVE, Jesucristo, Su hijo celestial, sería sacerdote a la manera de Melquisedec. Melquisedec era rey y sacerdote de Dios en la Tierra; Jesucristo no había de ocupar ambos puestos —rey y sumo sacerdote— en la Tierra, sino en el cielo. Después de su ascensión al cielo, se le instaló en su puesto permanentemente. (Heb 6:20; 7:26, 28; 8:1.) El pacto está en vigor eternamente, puesto que Jesús actuará bajo la dirección de IEVE como rey y sumo sacerdote para siempre. (Heb 7:3.)

Nuevo pacto. En el siglo VII a. E.C., IEVE profetizó mediante el profeta Jeremías que habría un nuevo pacto, y dijo que no sería como el pacto de la Ley, que Israel había quebrantado. (Jer 31:31-34.) La noche antes de morir, el 14 de Nisán del año 33 E.C., cuando Jesucristo instituyó la celebración de la Cena del Señor, anunció el nuevo pacto, que sería validado por su sacrificio. (Lu 22:20.) El día quincuagésimo desde su resurrección, diez días después de ascender a su Padre, derramó sobre sus discípulos reunidos en un aposento superior de Jerusalén el espíritu santo que había recibido de IEVE. (Hch 2:1-4, 17, 33; 2Co 3:6, 8, 9; Heb 2:3, 4.)
Las partes del nuevo pacto son, por una parte, IEVE, y, por otra, el “Israel de Dios”, es decir, los ungidos por espíritu en unión con Cristo, que forman su congregación o cuerpo. (Heb 8:10; 12:22-24; Gál 6:15, 16; 3:26-28; Ro 2:28, 29.) El nuevo pacto se pone en vigor mediante la sangre derramada de Jesucristo, el sacrificio de su vida humana, cuyo valor presentó ante IEVE después de ascender al cielo. (Mt 26:28.) Cuando Dios escoge a una persona para la llamada celestial (Heb 3:1), lo introduce en su pacto sobre la base del sacrificio de Cristo. (Sl 50:5; Heb 9:14, 15, 26.) Jesucristo es el mediador del nuevo pacto (Heb 8:6; 9:15) y el principal de la descendencia de Abrahán. (Gál 3:16.) Como Jesús es el mediador del nuevo pacto, ayuda a los que se encuentran en dicho pacto a convertirse en parte de la verdadera descendencia de Abrahán (Heb 2:16; Gál 3:29) al serles perdonados sus pecados. IEVE los declara justos. (Ro 5:1, 2; 8:33; Heb 10:16, 17.)
Estos hermanos de Cristo, ungidos y engendrados por espíritu, llegaran a ser sacerdotes bajo el Sumo Sacerdote, y constituirán “un sacerdocio real”. (1Pe 2:9; Rev 5:9, 10; 20:6.) Efectuaran un trabajo sacerdotal, un “servicio público” (Flp 2:17), y se ya les llamó  “ministros de un nuevo pacto”. (2Co 3:6.) Estos llamados siguieron los pasos de Cristo con sumo cuidado y atención, fielmente, hasta que terminaron sus vidas en la muerte. Luego en el futuro cuando sean resucitados junto con otros que se hayan mostrados fieles hasta el fin IEVE los constituirá un reino de sacerdotes, haciéndolos partícipes de la naturaleza divina, y los recompensará con inmortalidad e incorrupción como coherederos en los cielos con Cristo. (1Pe 2:21; Ro 6:3, 4; 1Co 15:53; 1Pe 1:4; 2Pe 1:4.) El propósito del pacto es sacar un pueblo para el nombre de IEVE como parte de la “descendencia” de Abrahán. (Hch 15:14.) Este pueblo forma la “novia” de Cristo, el cuerpo de personas a las que introduce en un pacto para el Reino con el fin de que reinen con él. (Jn 3:29; 2Co 11:2; Rev 21:9; Lu 22:29; Rev 1:4-6; 5:9, 10; 20:6.) El propósito del nuevo pacto exige que este se reanude como punto final al tiempo de la presencia de Jesucristo entonces todos los del “Israel de Dios” serán resucitados a inmortalidad en los cielos.
En este apunte bíblico hemos comprobado que los "dones del espíritu" fueron eliminados en su tiempo, pero hoy día y dentro de esa apostasía que impera desde hace 2000 años existen individuos empeñados en demostrar lo contrario callendo en la interferencia de los mensajes demoníacos al distorsionar la verdad rebelada, para ello comprueven por ustedes mismos. 
http://www.youtube.com/watch?v=Mvz7T7elz-o&feature=results_main&playnext=1&list=PL8562AFC3C3317412
http://www.youtube.com/watch?v=xIkSqH_5N1I&feature=relmfu
http://www.youtube.com/watch?v=bgq3DfFWmGs&feature=relmfu
http://www.youtube.com/watch?v=vRaaTzRjGxo&feature=relmfu
 
Fran.