La
entidad sionista ha cerrado la Mezquita de al-Aqsa por primera vez desde
1967, tras el asesinato de un rabino extremista. El líder de la
Autoridad Palestina, Mahmud Abbás, ha condenado la medida como una
"declaración de guerra".
El
incidente se produce en medio de tensiones crecientes debido a una
próxima votación en el Knesset para dividir el complejo de la mezquita
al-Aqsa - el tercer sitio más sagrado en el Islam- entre musulmanes y
judíos, o bien prohibir el culto musulmán en el sitio.
A pesar
de que los principales líderes judíos consideran prohibido para los
judíos entrar en el área, activistas de ultraderecha han renovado sus
pedidos para permitir la oración judía en la mezquita.
A
principios de este mes, el jefe de la ONU, Ban Ki-moon, dijo que estaba
"profundamente preocupado por las provocaciones repetidas a los lugares
santos en Jerusalén", diciendo que tales acciones "sólo inflamarán
tensiones y deben cesar."
Mientras
tanto, el movimiento de resistencia libanesa Hezbolá condenó las
"agresiones israelíes dentro del complejo de la Mezquita al-Aqsa" y
criticó "el silencio árabe" y la "complicidad internacional". El grupo
llamó a "dirigir todos los esfuerzos para proteger al-Aqsa y los santos
lugares islámicos y cristianos".
En
septiembre del 2000, una visita al sitio por el controvertido criminal
sionista Ariel Sharon provocó lo que más tarde se conoció como "Segunda
Intifada" - un levantamiento popular contra la ocupación israelí en el
que murieron miles de palestinos.
Abbás: "Israel declara una guerra a Palestina con el cierre de la mezquita de Al Aqsa"
El cierre
de la mezquita de Al Aqsa, en Jerusalén, es una medida calificada por
el líder palestino, Mahmud Abbás, de "declaración de guerra". Tanto los
fieles judíos como los musulmanes tendrán prohibido visitar el sitio
"hasta nuevo aviso", dijo el ministro de Seguridad Pública de Israel. "Esta
peligrosa escalada israelí es una declaración de guerra contra el
pueblo palestino y sus lugares sagrados y contra la nación árabe e
islámica", dijo su portavoz, Nabil Abu Rudeina, citando a Abbás.
"Consideramos al Gobierno israelí
responsable de esta peligrosa escalada en Jerusalén, que ha llegado a
su punto más alto con el cierre de la mezquita de Al Aqsa esta mañana",
dijo a AFP.
"Esta decisión es un acto peligroso y un desafío flagrante que trae más tensión e inestabilidad y va a crear un ambiente negativo y peligroso", agregó. El cierre de la mezquita de Al Aqsa, el tercer lugar más sagrado del islam, siguió al asesinato de un activista judío de extrema derecha, Yehuda Glick, el miércoles. Glick abogaba por un mayor acceso para los judíos al Monte del Templo, el lugar más sagrado para el judaísmo y donde se encuentra la mezquita, junto con la Cúpula de la Roca.
"Esta decisión es un acto peligroso y un desafío flagrante que trae más tensión e inestabilidad y va a crear un ambiente negativo y peligroso", agregó. El cierre de la mezquita de Al Aqsa, el tercer lugar más sagrado del islam, siguió al asesinato de un activista judío de extrema derecha, Yehuda Glick, el miércoles. Glick abogaba por un mayor acceso para los judíos al Monte del Templo, el lugar más sagrado para el judaísmo y donde se encuentra la mezquita, junto con la Cúpula de la Roca.
Israelitas quieren destruir Al-Aqsa para construir el tercer templo
Los
colonos israelíes han profanado 42 veces la Mezquita Al-Aqsa, en la
ciudad de Al-Quds (Jerusalén), durante el mes de octubre, así lo ha
anunciado este miércoles el director general del Ministerio de
Donaciones y Asuntos Religiosos de Palestina, Yusef Farehat.
También
ha añadido que las políticas racistas del régimen de Israel no cesan en
este caso, ya que la alcaldía de Al-Quds ordenó la destrucción de 34
viviendas de los palestinos en el periodo reseñado.
Asimismo,
el régimen de Tel Aviv ha licitado la edificación de miles de casas
ilegales en Al-Quds y ha prohibido el acceso de 500 gazatíes a Al-Aqsa,
además de impedir la entrada de los palestinos menores de 50 años al
recinto sagrado.
En otra
parte de sus declaraciones, el funcionario palestino ha afirmado que
Al-Quds es una ciudad árabe e islámica que pertenece a los palestinos.
Farehat
ha solicitado a la comunidad internacional, la Liga Árabe (LA) y la
Organización de la Cooperación Islámica (OCI) la imposición de sanciones
contra el régimen ocupante por los crímenes que ha perpetrado contra
los palestinos.
De igual
manera, ha exigido al mundo árabe y a los liberales del mundo realizar
manifestaciones para condenar los ataques del régimen usurpador contra
la sagrada mezquita.
El lunes,
el primer ministro palestino, Rami Hamdolá, condenó energéticamente las
sistemáticas profanaciones del régimen de Israel contra la citada
mezquita, declarando que “(el régimen de) Israel no puede tener carta
blanca en Al-Aqsa ni los colonos pueden tenerla tampoco”.
La
persistencia de los funcionarios del régimen de Tel Aviv para organizar
ofensivas contra la Mezquita Al-Aqsa llevó a las autoridades palestinas a
decidir abordar el tema en el Consejo de Seguridad de las Naciones
Unidas (CSNU).
La
Mezquita Al-Aqsa es un lugar de suma importancia para los musulmanes. El
régimen israelí, que se considera a sí mismo el principal propietario
de los territorios palestinos, desde el inicio de su ocupación, sueña
con destruir Al-Aqsa, a fin de transformarla en un templo judío.
Fuente: El espiadigital.