“Levántense
erguidos y alcen la cabeza, porque su liberación se acerca.” (LUC. 21:28)
¿CÓMO RESPONDERÍAS?
- ¿Qué sucesos similares a los del año 66 estamos a punto de vivir?
- ¿Qué período de pruebas vendrá después de la destrucción de “Babilonia la Grande”?
- Según Mateo 24:31, ¿cómo serán reunidos los escogidos después de la tribulación? “Y él enviará sus ángeles con un gran sonido de trompeta, y ellos reunirán a los escogidos de él desde los cuatro vientos, desde un extremo de los cielos hasta su otro extremo”.
Usted está en el año 66 en Jerusalén. ¿Qué está ocurriendo? ¡¡Mire!!
IMAGINE que es
el año 66 y que vive en Jerusalén. Han pasado muchísimas cosas. Todo
empezó porque el procurador romano Floro sacó 17 talentos de los tesoros
sagrados del templo. Los judíos se enfurecieron y se levantaron en armas,
ejecutaron a los soldados romanos que había en Jerusalén y declararon la
independencia. Pero la respuesta de Roma ha sido inmediata. No han pasado
ni tres meses y el gobernador romano de Siria, Cestio Galo, ya está a las
puertas de Jerusalén con 30.000 hombres. Las zonas exteriores de la ciudad
no han tardado en caer bajo su poder, y los rebeldes judíos se han visto
obligados a refugiarse en el templo. Ahora, los soldados romanos están a punto
de entrar por el muro exterior, y la ciudad entera ha entrado en pánico. ¿Cómo
se siente usted al observar lo que está sucediendo?
¿Qué debían
hacer los cristianos que estaban en Jerusalén en el año 66? ¿Cómo
lograron escapar de la ciudad? De seguro
le vienen a la mente la advertencia y las instrucciones que Jesús dio años
atrás: “Cuando vean a Jerusalén cercada de ejércitos acampados, entonces
sepan que la desolación de ella se ha acercado. Entonces los que estén en Judea
echen a huir a las montañas, y los que estén en medio de Jerusalén retírense, y
los que estén en los lugares rurales no entren en ella” (Luc. 21:20, 21). Pero ¿cómo va a escapar si
la ciudad está rodeada? De pronto sucede algo increíble: las tropas romanas
comienzan a retirarse. Tal como predijo Jesús, el ataque se ha acortado (Mat. 24:22). Ahora puede obedecer sus
instrucciones, así que sin pensarlo dos veces huye a las montañas que están al
otro lado del río Jordán. Lo acompañan otros cristianos fieles que viven
en Jerusalén y sus alrededores. En el año 70, los romanos regresan y
destruyen la ciudad. Pero usted está sano y salvo. ¿Por qué? Porque ha
obedecido a Jesús.
¿Qué
situación similar a la del siglo primero vivirán pronto los cristianos? ¿De qué
hablaremos en este artículo? Pronto, muy pronto, no hará falta usar la
imaginación; cada uno de nosotros vivirá algo parecido. La advertencia de
Jesús no fue solo para los cristianos de Jerusalén, sino también para
todos los que vivimos a las puertas de la “gran tribulación” (Mat. 24:3,
21, 29). No obstante, hay buenas
noticias: los miembros de la “gran muchedumbre” sobrevivirán a este desastre
mundial (lea Revelación 7:9, 13, 14). ¿Qué dice la Biblia sobre lo que
está a punto de ocurrir? Necesitamos saber la respuesta, pues nuestra vida está
en juego. Veamos con más detalle qué podemos esperar que nos suceda en el
futuro cercano.
EL COMIENZO DE LA GRAN
TRIBULACIÓN
¿Cómo
comenzará la gran tribulación? La Biblia dice que será con la destrucción de
“Babilonia la Grande”. Según el libro de Revelación, “Babilonia la Grande”, que
representa a las religiones falsas de este mundo, es como una prostituta (Rev. 17:5-7). ¿Por qué? Porque sus líderes se han
prostituido, o mezclado, con los dirigentes políticos del mundo. En lugar
de apoyar a Jesús y su Reino, han pasado por alto las normas de la Biblia a fin
de aumentar su influencia en la política. Los cristianos escogidos serán muy
diferentes. Ellos se habrán mantenido puros como una virgen, separados de los
gobiernos (2 Cor. 11:2; Sant. 1:27; Rev. 14:4).
Ahora bien, ¿quién destruirá a las religiones falsas? Los “diez cuernos” de la
“bestia salvaje de color escarlata”. Los diez cuernos son los gobiernos
actuales que apoyan a la ONU —representada por esta bestia simbólica—. IEVE
pondrá en el corazón de ellos su “pensamiento” para que acaben con Babilonia la
Grande (lea Revelación 17:3, 16-18).
¿Por qué
podemos decir que cuando Babilonia la Grande sea destruida no morirán
todos sus miembros? Cuando las religiones falsas sean destruidas, ¿morirán todas las personas
que pertenecen a ellas? Todo parece indicar que no. ¿Cómo lo sabemos? Por lo
que profetizó Zacarías. Él habló de un profeta que había pertenecido a la
religión falsa, pero que diría: “No soy profeta. Soy un hombre que cultiva el
terreno, porque un hombre [...] me adquirió desde mi juventud”. Según
Zacarías, alguien le preguntaría a ese profeta: “¿Qué son estas heridas [...]?”,
a lo cual el hombre respondería: “Son aquellas con las cuales me
golpearon en la casa de los que me amaban intensamente” (Zac. 13:4-6). Este relato da a entender que los
feligreses —e incluso algunos clérigos— se distanciarán de sus religiones y
hasta dirán que nunca habían pertenecido a ellas.
¿Y qué les ocurrirá a los siervos de Dios? Jesús dijo:
“A menos que se acortaran aquellos días, ninguna carne se salvaría; mas por
causa de los escogidos aquellos días serán acortados” (Mat. 24:22). Como ya vimos, la tribulación del
año 66 se acortó. Gracias a ello, “los escogidos” pudieron huir.
En nuestros tiempos, la etapa inicial de la gran tribulación también se
acortará para proteger a “los escogidos”. IEVE no permitirá que los “diez
cuernos” acaben con su pueblo. El ataque se interrumpirá y habrá un breve
período de calma.
UN PERÍODO DE PRUEBA Y DE JUICIO
¿Qué
oportunidad tendremos una vez que hayan desaparecido las religiones falsas? ¿Por
qué se convertirá el pueblo de Dios en el centro de atención? Una vez que las religiones falsas
hayan sido destruidas, cada uno de nosotros tendrá que demostrar lo que de
verdad hay en su corazón. La mayoría de la gente buscará refugio en las
rocas “de las montañas”, es decir, en las organizaciones humanas (Rev. 6:15-17). En cambio, los cristianos
buscaremos refugio en IEVE. En el siglo primero, el período que siguió al
primer ataque de los romanos no sirvió para que los judíos se convirtieran
en masa al cristianismo, sino para que los cristianos pudieran huir de Jerusalén,
como Jesús había mandado. De igual manera, la pausa que habrá en la gran
tribulación no servirá para que la gente se convierta en masa al
cristianismo, sino para darnos a nosotros la oportunidad de demostrar que
amamos a IEVE y que apoyamos a los hermanos de Cristo (Mat. 25:34-40).
Aunque no sabemos exactamente lo que ocurrirá
durante ese período, lo más seguro es que tengamos que hacer sacrificios.
En el siglo primero, los cristianos tuvieron que dejar atrás sus
posesiones y sufrir apuros a fin de sobrevivir (Mar.
13:15-18). ¿Estaremos nosotros dispuestos a hacer lo mismo? ¿Haremos
lo que sea necesario para demostrar nuestra lealtad a IEVE? Quizás no lo
hayamos pensado, pero en ese momento, los únicos que no se distanciarán de
su amor a IEVE, y que seguirán sirviendo a su Dios, seremos nosotros.
Y tendremos que hacerlo cueste lo que cueste, tal como hizo el profeta
Daniel (Dan. 6:10, 11).
¿Qué mensaje darán a conocer los “dos testigos” de Dios en el
futuro cercano? ¿Cómo reaccionarán los enemigos de esos dos “testigos” de
Dios? El mensaje que publicaran “los dos testigos” Revelación 11:3,4, entrará en su etapa más activa,
pues estaremos al borde del fin (Mat. 24:14).
De seguro, su mensaje se convertirá en un mensaje de condena. Es muy
posible que tengan que decir a la gente
que el fin del mundo de Satanás ha llegado. La Biblia compara ese mensaje
a granizos gigantes, como lo dice Revelación 16:21:
“Un granizo grande, con cada piedra como del peso de un talento, descendió del
cielo sobre los hombres, y los hombres blasfemaron contra Dios debido a la
plaga de granizo, porque la plaga de este fue excepcionalmente grande”.
Obviamente, sus enemigos notarán lo que estan
haciendo. El profeta Ezequiel explicó lo que hará en el futuro Gog de Magog, una coalición o grupo de naciones:
“Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano IEVE: ‘Y en aquel día tendrá que
ocurrir que subirán cosas a tu corazón, y ciertamente pensarás algún proyecto
dañino; y tendrás que decir: “Subiré contra la tierra de abierta región rural.
Vendré sobre los que están sin disturbio, que moran en seguridad, todos ellos
morando sin muro, y no tienen siquiera barra y puertas”. Será para
conseguir gran despojo y para hacer mucho saqueo, para volver tu mano sobre
lugares devastados que han sido habitados de nuevo y sobre un pueblo que ha
sido recogido de las naciones, uno que está acumulando riquezas y propiedad,
los que están morando en el centro de la tierra’” (Ezeq.
38:10-12). Así es, el pueblo de Dios quedará en “el centro de la
tierra”, por así decirlo. Se convertirá en el blanco de todas las miradas,
pues es único y distinto. Eso será demasiada tentación para las naciones.
Se lanzarán contra los cristianos escogidos y las “otras ovejas”.
¿Qué debemos
recordar sobre el orden de los acontecimientos en la gran tribulación? ¿Cómo
reaccionará la gente cuando vea señales en el cielo? ¿Qué ocurrirá después? No lo
sabemos a ciencia cierta, pues la Biblia no presenta los acontecimientos
en el orden exacto. Es probable que algunas cosas sucedan más o menos al
mismo tiempo. En su profecía sobre la conclusión de este sistema, Jesús
dijo: “Habrá señales en el sol y en la luna y en las estrellas, y sobre la
tierra angustia de naciones, por no conocer la salida a causa del bramido
del mar y de su agitación, mientras que los hombres desmayan por el temor y la
expectación de las cosas que vienen sobre la tierra habitada; porque los
poderes de los cielos serán sacudidos. Y entonces verán al Hijo del hombre
viniendo en una nube con poder y gran gloria” (Luc.
21:25-27; lea Marcos 13:24-26). ¿Dónde ocurrirán estas
señales? ¿En el cielo literal? Tendremos que esperar para verlo. Lo que sí
es seguro es que los enemigos de Dios se paralizarán de miedo.
No
perderemos el optimismo. Estamos seguros de que IEVE nos salvará
(Vea los dos párrafos
siguientes.)
¿Qué pasará
cuando Jesús venga “con poder y gran gloria”? ¿Cómo reaccionarán los escogidos de Dios en ese momento?
¿Qué hará Jesús cuando venga “con poder y gran
gloria”? Recompensará a los que hayan sido leales y castigará a los que
no hayan obedecido a IEVE (Mat. 24:46, 47, 50, 51; 25:19, 28-30). Según
Mateo, Jesús acabó su profecía sobre la señal de los últimos días con la
parábola de las ovejas y las cabras. Dijo: “Cuando el Hijo del hombre llegue en
su gloria, y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre su glorioso
trono. Y todas las naciones serán reunidas delante de él, y separará a la
gente unos de otros, así como el pastor separa las ovejas de las cabras.
Y pondrá las ovejas a su derecha, pero las cabras a su izquierda” (Mat. 25:31-33). ¿Qué les pasará después a las
ovejas y a las cabras? La parábola termina así: “Estos [las cabras]
partirán al cortamiento eterno, pero los justos a la vida eterna” (Mat. 25:46).
¿Qué harán
las personas que son como cabras cuando se den cuenta de que van a morir para
siempre? La Biblia dice que “se golpearán en lamento” (Mat. 24:30). ¿Y qué hay de los hermanos de
Cristo y las “otras ovejas”? ¿Cómo reaccionarán ellos? Con plena confianza
obedecerán las palabras de Jesús. Él les mandó: “Levántense erguidos y
alcen la cabeza, porque su liberación se acerca” (Luc.
21:28).
BRILLARÁN COMO EL SOL EN
EL REINO
¿Qué ocurrirá con los escogidos después de que empiece el ataque de Gog
de Magog?¿Cómo se reunirá a todos los escogidos y a los que irán al cielo? ¿Qué
pasará después de que Gog de Magog comience su ataque contra el pueblo de Dios?
Tanto Marcos como Mateo explican lo siguiente: “[El Hijo del hombre] enviará
los ángeles y reunirá a sus escogidos desde los cuatro vientos, desde el
extremo de la tierra hasta el extremo del cielo” (Mar.
13:27; Mat. 24:31). Como vemos, Jesús profetizó que se reuniría a
los escogidos. ¿Cuándo ocurre eso? No es en el momento en el que son
elegidos (Mat. 13:37, 38). Tampoco
en el momento en el que reciben el sello final, justo antes de la gran
tribulación (Rev. 7:1-4). Más bien, es
en el momento en el que van al cielo (1 Tes.
4:15-17; Rev. 14:1). Y eso ocurrirá después de que Gog de Magog
empiece su ataque (Ezeq. 38:11).
Entonces se cumplirán las palabras de Jesús: “Los justos resplandecerán tan
brillantemente como el sol en el reino de su Padre” (Mat. 13:43). ¿Cuándo y dónde será esto?
Lo que Jesús predijo aún está por venir. Se cumplirá en el futuro y
en el cielo, no ahora en la Tierra. ¿Cómo llegamos a esta conclusión? Veamos dos
razones.
En primer lugar, analicemos cuándo se
cumplirían las palabras de Jesús. Él dijo: “En aquel tiempo los
justos resplandecerán”. La expresión “en aquel tiempo” obviamente se refiere al suceso que Jesús
acababa de mencionar, a saber, que se arrojaría la mala hierba en el horno de
fuego. Esto sucederá en la parte final de la gran tribulación. Por lo tanto,
también será en ese tiempo futuro cuando los escogidos “resplandecerán
brillantemente”. En segundo lugar,
veamos dónde ocurrirá. Jesús especificó que los justos
“resplandecerán [...] en el reino”. ¿Qué quiere decir esto? Que
todos los escogidos con una asignación
celestial y que se hayan mantenido fieles que aún queden aquí en la Tierra
después de que haya pasado la primera fase de la gran tribulación ya habrán
recibido su sello final. Entonces, como indicó Jesús en su profecía sobre la
gran tribulación, serán reunidos en el cielo (Mat.
24:31). Allí es donde resplandecerán “en el reino de
su Padre” y donde, poco después de la batalla de Armagedón, formarán parte de
la gozosa novia de Jesús en “las bodas del Cordero” (Rev.
19:6-9).
¿Quiere
decir lo anterior que habrá un “rapto” de los escogidos con asignación
celestial? Muchas iglesias enseñan esta doctrina, según
la cual los cristianos fieles serán llevados al cielo con sus cuerpos físicos y
Jesús vendrá de forma visible a gobernar la Tierra. Sin embargo, la Biblia dice
que “la señal del Hijo del hombre” aparecerá en el cielo, y que Jesús vendrá
“sobre las nubes del cielo”, lo cual da a entender que su venida será
invisible (Mat. 24:30). Además, la
Biblia dice que “carne y sangre no pueden heredar el reino de Dios”, de
modo que antes de ir al cielo los escogidos tienen que ser “cambiados, en un
momento, en un abrir y cerrar de ojos, durante la última trompeta” (lea 1 Corintios 15:50-53, 48,49). Por
lo tanto, aunque en este caso no usamos la palabra “rapto” debido al
significado que le dan otras religiones, sí podemos decir que estos escogidos fieles que queden en la Tierra serán
llevados al cielo en un instante.
¿Qué tiene
que ocurrir para que se pueda celebrar la boda del Cordero? Una vez que los 144.000 estén en el cielo, podrán
comenzar los preparativos finales de la boda del Cordero (Rev. 19:9). Pero antes de ese feliz
acontecimiento tiene que ocurrir algo. Recuerde que Gog verá al pueblo de Dios
indefenso y lo atacará poco antes de que los últimos escogidos con asignación
celestial sean llevados al cielo (Ezeq. 38:16).
¿Cómo reaccionarán los que se mantengan fieles a IEVE en la Tierra? Obedecerán
las siguientes instrucciones: “No tendrán que pelear en esta
ocasión. [...] Esténse quietos y vean la salvación de IEVE a favor de
ustedes. “No tengan miedo ni se aterroricen” (2 Crón. 20:17). En cambio, la reacción
en el cielo será muy distinta. Revelación 17:14
dice lo que sucederá cuando todos estos escogidos estén allá: “[Los enemigos de
Dios] combatirán contra el Cordero, pero, porque es Señor de señores y Rey de
reyes, el Cordero los vencerá. También, los llamados y escogidos y fieles
que con él están lo harán”. Así es, los 144.000 escogidos irán con
Jesús al rescate del los demás fieles a Dios en la Tierra.
De ese modo empezará la guerra de Armagedón, en
la que IEVE engrandecerá su santo nombre (Rev.
16:16). Las personas que son como cabras “partirán al cortamiento
eterno”, pero la gran muchedumbre sobrevivirá. ¡Por fin la Tierra quedará
limpia de maldad! Entonces —con todos los preparativos listos— tendrá lugar el
evento del que habla la parte final del libro de Revelación: la boda del
Cordero (Rev. 21:1-4). (El Salmo 45 da algunas pistas sobre el orden de los
sucesos: primero, el Rey lucha en la guerra y después se celebra la boda.)Todos los que estén vivos en la
Tierra disfrutarán de la aprobación y el cariño de IEVE. No podemos
ni imaginar todo lo que él hará por nosotros. ¡Cómo deseamos que llegue
ese día! Será una fiesta inolvidable (lea 2 Pedro
3:13).
¿Qué deberíamos estar haciendo ahora? Con tantos sucesos emocionantes que
nos esperan, ¿qué deberíamos estar haciendo ahora? El apóstol Pedro
escribió: “Puesto que todas estas cosas así han de ser disueltas, ¡qué clase de
personas deben ser ustedes en actos santos de conducta y hechos de devoción
piadosa, esperando y teniendo muy presente la presencia del día de IEVE[...!]”.
Luego añadió: “Por eso, amados, ya que están esperando estas cosas, hagan lo
sumo posible para que finalmente él los halle inmaculados y sin tacha y en paz”
(2 Ped. 3:11, 12, 14). Mantengámonos limpios en sentido
espiritual, completamente separados de la religión falsa, y apoyemos de corazón
a Jesús, el Rey de la paz.
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