UN DOLOR que se
extiende desde la parte inferior de la espalda hasta el pie atormenta a Anna.
En busca de alivio se arrodilla en una posición rígida y se sienta sobre los
talones. Y extiende el brazo derecho hacia el frente con el dedo índice hacia
arriba. Anna está en la posición del yoga llamada rayo (Vajra Asana, en
sánscrito) porque cree que dicha posición sirve de terapia para su problemático
nervio ciático. Anna pudiera ser una de los millones de personas que practican
el yoga por razones no religiosas.
¿Por qué ha ganado
el yoga popularidad mundial? ‘Porque el yoga mejora mi salud’, contestarían
muchas personas. Pero ¿es el yoga una práctica primordialmente terapéutica?
Algunas personas dicen que hace que se manifiesten talentos escondidos. ¿Hace
esto el yoga? Otras opinan que el yoga promueve un estado de tranquilidad
mental o alivia las tensiones que causan frustración. ¿Es el yoga la práctica
sencilla que millones de personas creen que es? ¿Qué es el yoga? Si el yoga es
popular en el país donde usted vive, o si usted piensa practicar el yoga por
razones de salud, entonces verdaderamente necesita saber lo que es.
El yoga es una
práctica netamente hindú. Es un sistema complejo de filosofía hindú. La palabra
“yoga” se deriva de la raíz sánscrita yuj, que significa “unir bajo
yugo”. En el número de diciembre de 1981 de The Vedanta
Kesari, revista de la Misión Ramakrishna, de la India, el
Dr. B. S. Surti escribe: “El objetivo principal de la filosofía
yoga es enseñar los medios mediante los cuales el alma humana puede estar
completamente unida con el Espíritu Supremo”. Al explicar y definir más
ampliamente el yoga, el maestro hindú Harshananda dice: “El yoga o unión del
ser individual con el Ser Supremo resulta mediante el yoga o samadhi [trance
del yoga], cuando éstos [conflictos mentales] se controlan, se suprimen y se
eliminan por medio del tipo apropiado de disciplina y entrenamiento. Tal
disciplina y entrenamiento es también yoga”. En resumidas cuentas, para los
hindúes el yoga es la unión del yo con Dios.
Se dice que el
sagrado libro hindú Bhagavad-Gita es “la guía más competente tocante al
yoga”, y cada uno de sus 18 capítulos considera una forma diferente de yoga.
Una de estas formas, llamada hatha yoga, recalca el ejercicio físico y
la respiración, y se promueve extensamente por ser benéfica para la salud.
A la persona que
practica el yoga se le llama yogui. Al héroe principal del Gita, Arjuna,
se le exhorta: “Sé yogui”. El maestro indio Chidananda aplica este consejo a
otros hindúes y declara: “Éste es su principal deber. Es su dharma [ley
sagrada] suprema. En esto estriba su bienestar verdadero y duradero”.
A la deidad hindú
Shiva se le llama el “señor de los yoguis”. Y se dice que Shiva es el creador
de las 84 posturas corporales del yoga. Por lo tanto, todo el modo de pensar
tras el yoga está profundamente arraigado en la religión no cristiana y en
dioses orientales.
¿Qué
hay del practicar el yoga por razones de salud?
Se dice que el
antiguo sabio indio Patanjali sistematizó la filosofía yoga por medio de
enumerar ocho pasos para lograr la unión con el “Infinito”. Y se dice que esta
unión resulta en buena salud. De acuerdo con la creencia hindú, Patanjali
alistó 14 obstáculos que hay que superar para alcanzar la meta del yoga, y 2 de
éstos tienen que ver con la mala salud física y los “miembros cansados”. Por
eso, la salud y las posturas corporales son una preocupación de la filosofía
yoga. Asana, o la postura, es el tercero de los ocho pasos y es el que
recibe muchísima atención en el mundo occidental. El control de la respiración,
la concentración y la meditación son otros pasos que han pasado al yoga
occidental.
No obstante, la
buena salud no es la meta principal del yoga. El escritor hindú Swahananda
dice: “Los que procuran lo espiritual siempre consideran que los beneficios
relacionados con la salud son beneficios complementarios, subordinados a su
Meta principal, que es la realización del Yo o Dios”.
‘Pero yo no procuro
lo espiritual; solo quiero tener buena salud’, quizás piense usted. Entonces
considere lo que un promotor del yoga, Siddhinathananda, escribió acerca de la
salud y el yoga. En The Vedanta Kesari, revista india sobre el yoga,
declaró: “Su potencial para proveer bienestar físico también contribuye a su
atractivo popular. Pero el usarlo para cualquier otra meta que no sea
espiritual, es hacer mal uso de él”.
¿Hace el yoga que
se manifiesten poderes latentes, según se alega? Y si así es, ¿pueden
beneficiar éstos a los cristianos verdaderos? Para contestar esta pregunta,
note lo que advierte el hindú Tapasyananda: “Sin embargo, hay un punto tocante
al cual el yogui tiene que ser extraordinariamente cuidadoso. Cuando se
practica el yoga, se producen [hazañas sobrenaturales]”. Él enumera estas
hazañas como los poderes de la clarividencia, el oír voces y la ingravidez, y
añade: “El poder se convierte en un monstruo de Frankenstein que aniquila a su
creador”.
Además, el libro Integral
Yoga, de Haridas Chaudhuri, declara: “Al poder sicofísico central del
hombre se le llama Kundalini, el poder enroscado (la energía de la
serpiente). Cuando la Kundalini se hace dinámica, la persona experimenta
un tremendo aumento de energía desde sus adentros. Los centros de la percepción
extrasensorial reciben estímulo”. ¿Es éste el tipo de fuente de energía que
usted quisiera aprovechar, aunque sí fuera de algún beneficio para la salud?
¿Le
conviene el yoga?
La respuesta
depende de dos factores: Primero, el propósito que usted tenga en la vida, y
segundo, sus valores y principios espirituales. Antes de ponerse a practicar el
yoga, o decidir si debe continuar practicándolo, tiene que identificar el
“Infinito” con el cual se unirá bajo yugo. ¿Quisiera tener usted un encuentro
con fuerzas espirituales sobrenaturales que procuran controlarlo a usted? El
que practica el yoga tiene que estar preparado para encararse a esta
posibilidad. Sí, al practicar el yoga, usted pudiera estar enredándose con el
ocultismo. Un ex practicante del yoga occidental dijo: “Uno cree que está
controlando otras fuerzas, fuerzas ocultas del universo. Pero, atemorizado,
ahora creo que en realidad ellas controlan a uno”.
La percepción
extrasensorial, la clarividencia, el oír voces y la levitación están todas
relacionadas con el espiritismo. La Biblia relaciona el espiritismo con una
fuente dañina... criaturas espirituales inicuas, o demonios (Deuteronomio
18:10-12; Hechos 16:16-18). Por lo tanto, ¿cómo puede el cristiano considerar
provechoso cierto régimen de salud física que tiene un potencial de esa índole
para perjudicar el bienestar espiritual de uno?
Tal vez algunas
personas piensen que pueden separar de los supuestos rasgos inofensivos del
yoga los que ellas consideren perjudiciales. De acuerdo con la siguiente
declaración, que se hace en A Dictionary of Hinduism, parece que eso no
es posible: “Ningún sistema del yoga existe por sí solo, y a menudo los
elementos de uno se combinan con los de otro”. ¿Es de extrañar, pues, que
algunas personas concluyan que la práctica del yoga equivale a hacer una
invitación a los espíritus demoníacos?
Como ejemplo de la
manera como algunas personas pueden envolverse sin querer en una práctica
perjudicial, considere este paralelo antiguo. La nación de Israel adoraba al
Dios de la Biblia, IEVÉ, quien ‘exigía devoción exclusiva’ (Éxodo 20:5). Los
israelitas se establecieron en una tierra en la que estaban rodeados de
adoradores del dios cananeo de la lluvia y la fertilidad, Baal; y recibieron
advertencias claras de que no participaran en tal adoración falsa. Sin embargo,
los israelitas lo hicieron. ¿Cómo ocurrió eso, si sabían que Baal no era nada
más que una estatua de hechura humana?
Puesto que los
israelitas constituían una sociedad agrícola, era natural que se interesaran en
mejorar su crianza de ganado y sus cultivos. Pero procuraron ayuda de la fuente
equivocada... los cananeos. Poco a poco comenzaron a imitar a los cananeos y a
considerar que Baal era un medio de asegurar la fertilidad de su ganado
y cosechas. La cuña del deseo material se interpuso lentamente entre ellos y su
adoración exclusiva a IEVÉ hasta que se separaron de ésta y pasaron a la
adoración de Baal... ¡apostasía en masa (Jueces 2:11-13)! Si usted es
cristiano, ¿permitiría que el deseo de tener buena salud socavara su relación
con Dios?
Es evidente que el
ejercitar con regularidad el cuerpo entona los músculos, alivia la tensión,
mejora el porte y ayuda a la respiración. La Biblia reconoce que el
entrenamiento corporal puede ser valioso. Pero, a diferencia del yoga, separa
de la religión tal entrenamiento corporal, al decir: “El ejercicio del cuerpo
sirve para algo, la devoción a Dios es útil para todo, porque nos trae provecho
para esta vida y también para la vida futura”. (1 Timoteo 4:8, Versión
Popular.)
Aunque el escoger
regímenes de ejercicio y de salud es asunto personal, el cristiano querría
escoger en la vida actividades que agradaran a Jehová Dios, y evitar las que
pudieran enlazarlo con ideas religiosas que no sean compatibles con la
adoración a Él. Así el modo de vivir del cristiano estaría en armonía con esta
invitación que Jesús extendió a sus seguidores: “Tomen mi yugo sobre
ustedes y aprendan de mí, porque soy de genio apacible y humilde de corazón, y
hallarán refrigerio para sus almas. Porque mi yugo es suave y mi carga
ligera”. (Mateo 11:29, 30.)
[Comentarios]
“El usarlo
para cualquier otra meta que no sea espiritual, es hacer mal uso de él”
“Uno cree que está controlando fuerzas
ocultas. Pero creo que ellas controlan a uno”