IEVE
había creado al hombre a su imagen. Esto significa que el hombre tendría que
parecerse a su Creador en todo. El hombre, por lo tanto, tendría que efectuar
una obra en la Tierra que llegase a imitar apropiadamente la forma de actuar de
su Creador. Claro está que aunque el hombre tiene una imaginación que le
permite tener ideas sorprendentes, no puede realmente crear cosas desde la
energía a la materia, (convertir energía en materia) aunque sus actividades
siempre pueden reflejar la “gloria” de IEVE. Es por ello que
se nos exhorta a los cristianos:
Por esto, sea
que estén comiendo, o bebiendo, o haciendo cualquier otra cosa, hagan
todas las cosas para la gloria de Dios. (1
Corintios 10:31.)
Jesús
mismo, como hombre ideal, imitó a su Padre en todo lo que hacía. Todas las
actividades que realizó como humano, y las que sigue realizando hasta ahora
como criatura espiritual, armonizan perfectamente con la voluntad de IEVE:
Por eso, en
respuesta, Jesús pasó a decirles: “Muy verdaderamente les digo: El Hijo no
puede hacer ni una sola cosa por su propia iniciativa, sino únicamente lo que
ve hacer al Padre. Porque cualesquiera cosas que Aquel hace, estas
cosas también las hace el Hijo de igual manera.
(Juan 5:19.)
Algunas
de las cosas que Jesús efectuó en su ministerio entre los judíos, las efectuó
especialmente en día de sábado.
¿Por qué lo hizo? Esto ocurrió así porque el sábado representó el período en el
que la humanidad por fin entrará en el descanso del Creador. Jesús estaba
destinado a ser “Señor hasta del sábado”.
De modo que
siguió diciéndoles: “El sábado vino a existir por causa del hombre, y no el
hombre por causa del sábado; así es que el Hijo del
hombre es Señor hasta del sábado”. (Marcos
2:27, 28.)
Observemos
cómo es que Jesús asoció el sábado a un tiempo de liberación en
el caso de una mujer que fue curada milagrosamente:
Y puso las
manos sobre ella; y al instante ella se enderezó, y se puso a glorificar a
Dios. Pero, en respuesta, el presidente de la sinagoga, indignado porque
Jesús había hecho la curación en sábado, empezó a decir a la muchedumbre: “Seis
días hay en que se debe hacer trabajo; en estos, por lo tanto, vengan y sean
curados, y no en día de sábado”. Sin embargo, el Señor le contestó y dijo:
“Hipócritas, ¿no desata del pesebre cada uno de ustedes en día de sábado su
toro o su asno y lo lleva a beber? ¿No era propio, pues, que
esta mujer que es hija de Abrahán, y a quien el Resistidor tuvo atada,
¡fíjense!, 18 años, fuera
desatada de esta ligadura en día de sábado?”.
(Lucas 13:13-16.)
Con
estas palabras, Jesús ilustró indirectamente dos cosas:
1. Que durante mucho tiempo la humanidad ha estado
“atada” por el Resistidor, dominada por su autoridad.
2. Que Jesús “desatará” a la humanidad de su condición
lamentable en un extraordinario “sábado”, el tiempo en el que estará
establecido y gobernará el Reino del Dios.
Esto
quiere decir que el sábado fue una representación del “día” en el que todos
nosotros seremos juzgados “con justicia” por el rey que IEVE ha designado:
Jesús Ungido.
Porque ha
fijado un día en que
se propone juzgar la tierra habitada con justicia por
un varón a quien ha nombrado, y ha proporcionado a todos los hombres una
garantía con haberlo resucitado de entre los muertos”. (Hechos 17:31.)
¿Y
cuánto durará este “día” extraordinario, según la Biblia? La respuesta está en
el libro de Apocalipsis-Revelación, cuando dice:
Feliz y santo
es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos la muerte
segunda no tiene autoridad, sino que serán sacerdotes de Dios y del Ungido, y reinarán
con él por los 1.000 años. (Revelación
20:6.)
El
Resistidor, quien ha tenido “atada” a la humanidad por milenios, también será
‘atado’, o restringido, durante ese entero período. Por eso dice la profecía:
Y vi a un
mensajero que descendía del cielo con la llave del abismo y una gran cadena en
la mano. Y prendió al dragón, la serpiente original, que es el Diablo y
Satanás, y lo ató por
1.000 años. Y lo arrojó al abismo, y [lo] cerró y
[lo] selló sobre él, para que no
extraviara más a las naciones hasta que se terminaran los 1.000 años.
Después de estas cosas tiene que ser desatado por un poco de tiempo.
(Revelación 20:1-3.)
En
realidad, no sería raro que el “día” del juicio del hombre tenga una duración
de 1.000 años. La Biblia permite esta correcta interpretación:
Sin embargo,
no vayan a dejar que este hecho en particular se les escape, amados, que un
día es para con Ieve como 1.000 años, y 1.000
años como un día. (2 Pedro 3:8.)
Lo
que es más, otro pasaje no solo da a entender que un “día” puede durar 1.000
años, sino muchos más:
Porque 1.000
años son a tus ojos solo como el día de ayer cuando
ha pasado, y como una
vigilia durante la
noche. (Salmos 90:4.)
En
los días anteriores a la venida de Jesús se consideraba que una noche estaba
compuesta por tres “vigilias”. Después, se dividió la noche en cuatro
“vigilias”. En un pasaje de Marcos, al parecer, Jesús hizo referencia a éstas:
Por lo tanto,
manténganse alerta, porque no saben cuándo viene el amo de la casa, si tarde
en el día o a
medianoche o al
canto del gallo o muy
de mañana; […] (Marcos 13:35.)
Separemos
las expresiones para verlo de nuevo:
1. Primera vigilia: “tarde en el día”.
2. Segunda vigilia: “a medianoche”.
3. Tercera vigilia: “al canto del gallo”.
4. Cuarta vigilia: “muy de mañana”.
Bueno,
sean tres o cuatro “vigilias”, lo cierto es que el tamaño de este período
llegaría a ser la sexta o la octava parte de un día completo, así que la
comparación de Salmos 90:4 bien podría estar diciéndonos que un “día” para el
Creador podría ser para nosotros un gran período que dura desde 6.000 hasta
8.000 años. ¿No lo cree así?
La
verdad es que no se necesita ser artificioso para encontrarle sentido a todo
esto. Si hemos entendido que el sábado representó el período de 1.000 años del
Reino del Mesías, siendo éste como el séptimo día de una semana, entonces hemos
de concluir que una “semana” para el hombre tendría una duración de7.000
años.
Fuimos
creados a la imagen del Dios. Si el Creador estableció el modelo de siete
“días”, al hombre también le daría sus siete “días” de 1.000 años. Durante los
primeros 6.000 años, el hombre tendría que “trabajar” para cumplir con el
propósito que IEVE se había trazado para la Tierra, y en el último milenio el
hombre vería el fruto de su trabajo, participando entonces plenamente del
descanso de IEVE.
Se
concluye pues que el Séptimo Día del Creador tiene una
duración de 7.000 años (Como hemos considerado en un apunte anterior). Lo más
lógico, por lo tanto, es que cada “día” de la creación tuviese la misma
extensión. Esto sugeriría que la Tierra comenzó a ser preparada para la
humanidad hace unos 49.000 años. Y, sin embargo, no podemos ser dogmáticos en
cuanto a esta conclusión, pues pudo suceder que IEVE le diese a cada período
alguna duración basada en otros parámetros más superiores que los que
conocemos. Aún así, parece razonable que, por lo menos, en el caso
del Séptimo Día, éste sí durará 7.000 años.
A
propósito, concluir que en el caso del hombre en conjunto cada día de su
“semana” tenía una duración de 1.000 años, concuerda con la advertencia de IEVE:
Pero en
cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, no debes comer de él, porque
en el día que comas de él, positivamente morirás”.
(Génesis 2:17.)
Aunque
Adán fue condenado a morir el mismo día que cometió transgresión contra Dios,
lo cierto es que Adán murió a los 930 años de edad, dentro del primer día de
1.000 años de la “semana” del hombre.
Esta
deducción sobre los 7.000 años de la “semana” del hombre nos hace pensar en
cuán cerca estaría el principio del Reino de Mil Años del Mesías. Tengamos en
consideración que el Séptimo Día comenzó poco después de la creación del hombre
y su esposa (Con el nacimiento de Abel, como se consideró en el apunte
anterior.)
Así
que el momento más probable para el
principio de la “semana” del hombre hemos tomado como base este pasaje bíblico:
Porque
nosotros los que hemos ejercido fe sí entramos en el descanso, tal como él ha
dicho: “De modo que juré en mi cólera: ‘No entrarán en mi descanso’”, aunque
las obras de él habían sido terminadas desde la fundación del mundo.
(Hebreos 4:3.)
El
saber qué quiso decir la Biblia con la expresión “la fundación del mundo”, nos
ayuda a tener más claro el entendimiento más probable sobre el punto de partida para los primeros
6.000 años del gran Día de Descanso de IEVE y el comienzo de la SEMANA DEL HOMBRE.