“Mantengan
su juicio, sean vigilantes. Su adversario, el Diablo, anda en derredor como león
rugiente, procurando devorar a alguien.” (1 PEDRO 5:8.)
La manera como Satanás
obra
No se
nos deja a oscuras en cuanto a la manera como Satanás obra. “No estamos en
ignorancia de sus designios”, explicó el apóstol Pablo (2 Corintios
2:11). Esto quiere decir que Satanás está concentrando su atención en
nosotros... está pensando en nosotros y usando toda idea maliciosa suya para
conseguir que dejemos de servir a Dios. ¿No es ése un asunto serio? Pero en la
Biblia tenemos una historia completa de los designios de Satanás, es decir, de
sus ardides, intrigas y estrategia, de modo que no hay razón para que alguien
no sepa nada al respecto. Un buen soldado estudia batallas históricas del
pasado y aplica de modo provechoso lo que aprende. De igual modo, ‘como
excelentes soldados de Cristo Jesús’, podemos estudiar las diferentes tácticas
de Satanás y así evitar que cualquiera de sus métodos de obrar nos coja de
sorpresa. (2 Timoteo 2:3.)
Con el tiempo los agentes de Satanás trataron
brutalmente y mataron a Jesús (Juan 19:1; Mateo 27:49, 50). Y Jesús predijo
respecto a sus seguidores: “Los entregarán a ustedes a tribulación y los matarán”
(Mateo 24:9). No obstante, esos ataques de frente son a menudo
contraproducentes y resultan en que los perseguidos siervos de Dios tengan aún
más celo por Su servicio (Hechos 5:41, 42). Por consiguiente, con mayor frecuencia
Satanás emplea otros métodos —designios sutiles— para quebrantar la
integridad de los siervos de Dios.
La
Biblia señala a esos designios sutiles cuando anima a hacer lo siguiente: ‘Estén
firmes contra las maquinaciones del Diablo’ (Efesios 6:11). La palabra
griega que aquí se vierte “maquinaciones” se refiere a “artimañas” (Versión
Valera [1977]). El hecho de que Satanás es maestro del engaño, además de
ser sumamente mañoso y astuto, también lo indica la Biblia al decir: “Satanás
mismo sigue transformándose en ángel de luz”. (2 Corintios 11:14.)
Considere la primera maquinación de Satanás
que tuvo éxito. Cuando abordó a Eva, él no trató de argüir que Dios aprobaría
el que ella se comiera el fruto prohibido. Jamás convencería a Eva de eso. Así
que Satanás hizo que el fruto le pareciera muy deseable a Eva. Le dijo que el
comerlo realmente mejoraría la situación de ella, y puso ante ella una
expectativa atrayente. “Tendrán que ser como Dios”, dijo él (Génesis 3:5). Eva
cedió a la tentación de Satanás. Cultivó un deseo incorrecto, el cual la llevó a pecar. (Santiago 1:14,
15.)
Satanás
sigue usando astucia y maña, tal como escribió el apóstol Pablo: “Tengo miedo
de que de algún modo, así como la serpiente sedujo a Eva por su astucia,
las mentes de ustedes sean corrompidas y alejadas de la sinceridad y castidad
que se le deben al Cristo” (2 Corintios 11:3). Si las insinuaciones de
Satanás no fueran tan sutiles, es improbable que hubiera tantas bajas en la
batalla. Él presenta de continuo diversiones tentadoras mientras trata
sutilmente de interesarnos en cosas que con el tiempo suprimen nuestra
espiritualidad. Su objetivo es debilitarnos para que poco a poco dejemos a IEVE,
o para que un ataque de frente tenga éxito en quebrantar nuestra integridad a
Dios.
Los métodos de Satanás pueden compararse con
los de un pescador que utiliza cebos para atrapar peces. El pescador
experimenta para averiguar cuál cebo atrae a los peces. Claro, cuando los peces
pican, no se dan cuenta de que hay un anzuelo tras el cebo. ¿Qué hay de
nosotros? ¿Estamos enterados de los cebos que Satanás usa? ¿Comprendemos
plenamente las consecuencias de ‘caer en el anzuelo’? ¡No se deje engañar! ¡Satanás
y sus demonios son enemigos reales y están decididos a atraparnos! De modo que nunca
olvide que “el mundo entero está yaciendo en el poder del inicuo”. Él ha cegado
la mente de la mayoría de las personas para que no se den cuenta de ese hecho.
No permita que él ciegue la suya. (1 Juan 5:19; 2 Corintios 4:4.)
Una forma sutil de
espiritismo
¿Recuerda
usted la ocasión en que otros ángeles se unieron a Satanás en rebelión contra IEVÉ?
Fue poco antes del Diluvio. La Biblia revela que las atractivas hijas de los
hombres sirvieron de cebo para atraer a los ángeles, (no que ellas fueran puestas allí como cebo sino que en su pensar
contrario a su existencia se rebelaron contra su Creador) estos ángeles
quisieron experimentar algo que para ellos como criaturas de otra raza era
contranatural ya que ellos no tienen sexo (no
son ni macho ni hembra). Algunos de ellos abandonaron sus posiciones de
servicio celestiales para venir a la Tierra a tener relaciones sexuales con
aquellas hermosas mujeres. Lo que hicieron fue tan incorrecto como los actos
homosexuales que cometieron las personas de Sodoma y Gomorra (Génesis 6:1, 2;
Judas 6, 7). Cuando cayeron las aguas del Diluvio, los ángeles se deshicieron
de sus cuerpos materializados y regresaron al cielo. Aunque se les privó de la
habilidad de volver a materializar cuerpos humanos para satisfacer sus deseos
sexuales contranaturales, aquellos ángeles han estado muy activos corrompiendo
moralmente a la familia humana. El gran aumento que ha habido hoy en toda clase
de inmoralidad sexual es un resultado directo del que a ellos se les haya
echado del cielo y limitado a la vecindad de la Tierra. (1 Timoteo 4:1;
Revelación 12:9, 12.)
El cebo de la inmoralidad sexual siempre ha
sido uno de los medios principales que el Diablo ha usado para corromper a las
personas que sinceramente quiere hacer la voluntad de Dios registrada en su
Palabra. Poco antes que Israel, el pueblo de Dios en la antigüedad, hubiera de
entrar en la Tierra Prometida, Satanás utilizó a las atractivas moabitas como
señuelo para apartar a los israelitas del servicio a IEVÉ. Miles de israelitas “cayeron
en el anzuelo” y cometieron fornicación, y, como consecuencia, se les dio
muerte por su pecado (Números 25:1-3). Respecto a esa ocasión, a los cristianos
verdaderos se les advierte: “Ni practiquemos fornicación, como algunos de ellos
cometieron fornicación, de modo que cayeron, veintitrés mil de ellos en un día”
(1 Corintios 10:7, 8, 11). Este designio sutil de Satanás surtió efecto en
aquel tiempo, y está surtiendo efecto hoy día. Se entrampan a más personas por
inmoralidad sexual que por todas las demás razones juntas.
Pero,
puesto que los siervos de IEVÉ saben que las leyes de Dios están en contra de
la fornicación y el adulterio, ¿por qué se envuelven en tales cosas muchos de
ellos? Bueno, ¿por qué desobedeció Eva la ley de Dios? Porque Satanás hizo que
tal proceder pareciera sumamente atrayente; era una oportunidad que ella creyó
que no podía dejar pasar. Del mismo modo hoy día, a través de sus medios de
propaganda el N.O.M y La N.E.—la
televisión, las películas cinematográficas, la prensa, y así por el estilo— se
da la impresión de que la fornicación y el adulterio no son solamente
excitantes y agradables, sino también aceptables. De modo que si usted intenta
morder el cebo que se presenta a través de los medios de propaganda de Satanás,
¿qué ocurrirá? ¡Puede que usted, también, “caiga en el anzuelo”!
Evite el modo de
pensar independiente
Desde
el mismo principio de su rebelión, Satanás puso en tela de juicio el modo como
Dios hace las cosas. Promovió el modo de pensar independiente. ‘Puedes decidir
por ti misma lo que es bueno y lo que es malo’, dijo Satanás a Eva. ‘No tienes
que escuchar a Dios. Él realmente no te está diciendo la verdad’ (Génesis
3:1-5). Hasta el día de hoy, uno de los designios sutiles de Satanás ha sido
contagiar de ese modo de pensar al mundo entero. (2 Timoteo 3:1, 13.)
¿Cómo se manifiesta ese modo de pensar
independiente? Una manera común es poniendo en duda el consejo que suministra
la Palabra visible de Dios. Y otra es no hacer caso de las advertencias con
respecto a escuchar ciertos tipos de música inmoral e insinuante, y sobre el
frecuentar discotecas y otros tipos de salones de baile mundanos donde se toca
esa música y se sabe que las personas participan en conducta inmoral (1 Corintios
15:33). No obstante, ciertas personas han creído saber más sobre el asunto. Se
han rebelado contra tal consejo y han hecho lo que está bien según su propio
punto de vista. ¿En qué ha resultado eso? Muchísimas veces tales personas han
llegado a cometer inmoralidad sexual y han sufrido grave daño espiritual. Pero
aun si no les hubiera afectado así, ¿no serían ellas reprensibles si otras
personas siguieran su ejemplo y sufrieran malas consecuencias? (Mateo 18:6.)
Nunca
se recalca demasiado este hecho: Estamos en guerra contra enemigos
sobrehumanos, y constantemente necesitamos tener presente eso. Satanás y sus
demonios son reales; no son simples productos de la imaginación. Son “los
gobernantes mundiales de esta oscuridad”, y tenemos una lucha espiritual contra
ellos (Efesios 6:12). Es absolutamente vital que nos demos cuenta de sus
designios sutiles y no permitamos que éstos nos engañen. Es muy apropiado,
entonces, que consideremos lo siguiente ¿cómo podemos armarnos para pelear
contra estos espíritus inicuos?
“Tenemos
una lucha, [...] contra las fuerzas espirituales inicuas en los lugares
celestiales.” (EFESIOS 6:12.)
MIENTRAS existan los espíritus inicuos y el
mundo que está bajo el control de ellos, tenemos que luchar para no caer bajo
su influencia. El apóstol Pablo escribió: “Pónganse la armadura completa que
proviene de Dios para que puedan estar firmes contra las [artimañas] del
Diablo; porque tenemos una lucha, no contra sangre y carne, sino contra los
gobiernos, contra las autoridades, contra los gobernantes mundiales de esta
oscuridad, contra las fuerzas espirituales inicuas en los lugares
celestiales”. (Efesios 6:11, 12.)
La lucha contra la
inmoralidad sexual
Como
se ha notado anteriormente, uno de los principales métodos que utilizan los espíritus
inicuos para causar bajas en la batalla es el inducir a los cristianos a
participar en inmoralidad sexual. Procuran corromper el deseo sexual con el que
Dios nos ha dotado... deseo que debe satisfacerse únicamente dentro del
matrimonio. Hoy, los espíritus inicuos han logrado crear casi por todas partes
un ambiente seductor, como también situaciones en las que el cristiano se
siente tentado a tener relaciones sexuales fuera del arreglo matrimonial. ¿Qué
armadura nos ayudará a luchar contra este ataque de los espíritus inicuos?
Es vital tener puesta “la coraza de la
justicia”. En toda ocasión, tenemos que estar resueltos a hacer lo que IEVÉ
dice que es correcto (1 Corintios 6:18). José tuvo puesta esta armadura.
Cuando la esposa de Potifar, que estaba enloquecida por el deseo sexual, siguió
rogándole día tras día, diciendo: “Acuéstate conmigo”, José dijo: “¿Cómo podría
yo cometer esta gran maldad y realmente pecar contra Dios?” (Génesis 39:7-12).
Al igual que José, nosotros también tenemos que pensar en las consecuencias de
participar en la conducta inmoral en la que nuestro ‘corazón traicionero’ tal
vez desee que participemos. (Jeremías 17:9.)
Primero, debemos considerar cómo afecta a Dios
el que quebrantemos su ley. Satanás se ha mofado de IEVÉ al afirmar que los
seres humanos no permanecerían fieles a Él bajo pruebas. Por eso IEVÉ insta: “Sé
sabio, hijo mío, y regocija mi corazón, para que pueda responder al que me está
desafiando con escarnio” (Proverbios 27:11). Reflexione sobre lo siguiente: ¿Quiere
usted violar la ley de Dios, de modo que Satanás quede feliz y Dios quede
triste (Salmo 78:38-41)? Si usted realmente ama a nuestro Creador, ¿cómo podría
hacer semejante cosa? Considere también qué es lo sabio hacer. IEVÉ es
el único que puede darle vida eterna. Por eso ¿no sería lo sabio hacer
la voluntad de él? (1 Juan 5:3; Romanos 6:23.)
En realidad, los cristianos que sucumben al
ataque de Satanás han perdido la visión espiritual. Su falta de visión o vista
espiritual puede compararse a la situación en la que se encontró el servidor de
Eliseo. Recuerde lo que Eliseo oró a favor de él: “Oh Jehová, ábrele los ojos,
por favor, para que vea”. Y el servidor vio, “y, ¡mire! la región montañosa
estaba llena de caballos y carros de guerra de fuego todo alrededor de Eliseo”
(2 Reyes 6:15-17). ¿Reconoce usted quién está mirándonos? Es IEVÉ, y también
Cristo y los ángeles (Salmo 11:4; 34:7; Hebreos 1:14; Mateo 18:10). Estamos en
un escenario teatral, por decirlo así. (Compare con 1 Corintios 4:9.) Si
una persona mantiene este punto de vista bíblico, ¿cómo podría participar en
actos de mala conducta sexual, sabiendo que hay quienes están observando sus
mismísimas acciones desde arriba?
Además, considere cómo afectaría la reputación
a las personas cristianas con las que usted se relaciona el que usted siguiera un proceder inmoral. Las
personas de afuera pudieran concluir que no son nada diferentes de la gente del
mundo y, como resultado de esto, dichos observadores quizás no respondan
favorablemente al mensaje dador de vida (2 Pedro 2:2). Considere también
el sufrimiento que pudiera ocasionar a los miembros de su familia el que usted
siguiera un proceder inmoral (Proverbios 10:1). Y, si usted está casado o
casada, pregúntese: “¿Cómo podría yo cometer semejante crueldad para con mi cónyuge?
¿Qué clase de persona soy yo?” Si se consideran todos los factores, ¿no es
verdad que el cometer inmoralidad sexual es un proceder totalmente egoísta,
falto de perspicacia e insensato?
Es
cierto que no siempre es fácil evitar la mala conducta. El mismo apóstol Pablo
luchó toda la vida contra los malos deseos a los que había estado esclavizado
en un tiempo. Escribió: “Aporreo mi cuerpo y lo conduzco como a esclavo, para
que, después de haber predicado a otros, yo mismo no llegue a ser desaprobado
de algún modo” (1 Corintios 9:27; Tito 3:3). Pablo era severo consigo
mismo. Se obligaba a hacer lo que era correcto, aun si su cuerpo deseaba hacer
lo que era incorrecto. Usted tiene que hacer lo mismo si ha de tener éxito en
la lucha.
Para estar totalmente armado se necesita
también pedir la ayuda de Dios por medio de orar con regularidad (Efesios
6:18). Pero, no se puede pedir ayuda en oración y luego leer literatura
inmoral, asistir a películas inmorales, coquetear o soñar despierto con alguien
del sexo opuesto. ¡Hay que esforzarse por lo que se solicita en oración!