Esto Es Lo Que Ha Dicho El Señor Soberano Jehová
“Porque esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: “Aquí estoy, yo mismo, y ciertamente buscaré a mis ovejas y las cuidaré. Según el cuidado de uno que apacienta su hato en el día de llegar a estar en medio de sus ovejas que han sido dispersadas, así es la manera como cuidaré de mis ovejas; y ciertamente las libraré de todos los lugares a los cuales han sido esparcidas en el día de nubes y densas tinieblas”. -Ezequiel 34:11-12-
La desolación profetizada de Jerusalén y el destierro de los Judíos a la tierra de Babilonia de ninguna manera fue el fin de los tratos de Jehová Dios para con su rebelde pueblo. Un aspecto muy significativo; no solo del libro de Ezequiel sino que de todo el conjunto de profecías Hebreas tiene que ver con la liberación, la restauración, y la revitalización del pueblo que se encuentra en un pacto con el Dios de la Biblia. Aunque el pueblo de Israel en general, y los líderes de ese pueblo en particular, fallaron miserablemente a la hora de cumplir con el pacto al que sus antepasados se habían comprometido con el Dios de Israel; Jehová Dios no permaneció resentido con ellos indefinidamente, ni los desheredó de las promesas que Él les había hecho. Por el contrario, Jehová Dios extendió perdón y misericordia en gran manera una vez que hubo disciplinado a un castigado remanente de judíos sobrevivientes.
No obstante, la relación entre el Dios de Israel y el pueblo Judío no volvería a ser la misma a la que fue antes del exilio a Babilonia. No, en esta ocasión la compasión de Jehová lo llevó a tomar medidas para reparar su relación con los judíos de una manera permanente. -Al menos esto es lo que nos dicen las profecías-. Aunque es importante señalar que los judíos repatriados nunca más volvieron a practicar la abérrate y degradante idolatría en la que sus antepasados habían incurrido antes del exilio, también es evidente que la profecía de Ezequiel solo tuvo un cumplimiento menor en la sociedad Judía que volvió a Jerusalén después del exilio. Lo más importante y significativo de todo es que una parte muy profunda de la profecía de Ezequiel parece tener una aplicación muy especial en aquellas organizaciones religiosas que dicen que son la única religión que Dios aprueba hoy en la actualidad y durante la futura venida o presencia de Cristo Jesús. Esta aplicación la analizaremos detalladamente en este apunte.
Después de la desolación de Jerusalén Jehová Dios reveló el medio por el cual Él se proponía sanar a su afligido y sufrido pueblo. Nunca más Jehová Dios permitiría que sus ovejas sufrieran debido a la incompetencia, negligencia, y auto indulgencia de los pastores en los cuales Jehová Dios había confiado el cuidado de su rebaño. Debido a ello, Jehová Dios les daría a sus ovejas un Rey-Pastor; un “David”; tal y como lo menciona el profeta Ezequiel en el capítulo 34 de su libro:
“Y ciertamente levantaré sobre ellas un solo pastor, y Él tiene que apacentarlas, aun mi siervo David. Él mismo las apacentará, y Él mismo llegará a ser su pastor. Y yo mismo, Jehová, ciertamente llegaré a ser el Dios de ellas; y mi siervo David, un principal en medio de ellas. Yo mismo, Jehová, he hablado”.
En el capítulo 34 del libro de Ezequiel Jehová Dios pronuncia ciertos ayees en contra de los pastores negligentes de Israel debido a que ellos descuidaron a las ovejas de Jehová:
“Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: “¡Ay de los pastores de Israel, que se han hecho apacentadores de sí mismos! ¿No es el rebaño lo que deben apacentar los pastores? La grasa es lo que ustedes comen, y con la lana se visten a sí mismos. El animal gordo es lo que degüellan. El rebaño mismo no apacientan. A las enfermas no han fortalecido, y a la doliente no han sanado, y a la quebrada no han vendado, y a la dispersada no han traído de vuelta, y a la perdida no han procurado hallar, sino que con dureza las han tenido en sujeción, hasta con tiranía. Y gradualmente fueron esparcidas por no haber pastor, de modo que llegaron a ser alimento para toda bestia salvaje del campo, y continuaron siendo esparcidas. Mis ovejas siguieron descarriándose en todas las montañas y en toda colina alta; y por toda la superficie de la tierra mis ovejas fueron esparcidas, sin que hubiera quien hiciera una búsqueda y sin que hubiera quien procurara hallarlas”.
Aunque esta profecía fue pronunciada después de la destrucción de Judá, el cumplimiento real de ella, así como su verdadera aplicación espiritual se lleva a cabo entre las ovejas de Jesús y los pastores encargados del cuidado de ellas durante el tiempo en que inicia la Parousia de Jesús. ¿Cómo podemos discernir esto? Bueno, primeramente la profecía nos habla del verdadero Pastor y Rey, y se le menciona como un David; el cual es sin duda alguna el Señor Cristo Jesús; el también llamado Hijo de David, así como el pastor principal del cual el apóstol Pedro hizo referencia cuando en su carta exhortó a aquellos que servían como subpastores bajo Cristo Jesús:
“Pastoreen el rebaño de Dios bajo su custodia, no como obligados, sino de buena gana; tampoco por amor a ganancia falta de honradez, sino con empeño; tampoco como enseñoreándose de los que son la herencia de Dios, sino haciéndose ejemplos del rebaño. Y cuando el pastor principal haya sido manifestado, ustedes recibirán la inmarcesible corona de la gloria”. -1Pedro 5:2-4-
Tal y como todos sabemos, el reino de David no fue restaurado en Judá después de su retorno de Babilonia- salvo algunas funciones menores administrativas-. Tampoco Cristo Jesús se convirtió en el Rey de Israel en el Primer Siglo. De hecho, la gran mayoría de los judíos ni siquiera aceptaron el cuidado de Jesús cuando Él estuvo en la tierra hace dos mil años. No obstante, las ovejas que sí aceptaron; las que han aceptado, y las que aceptarán a Cristo Jesús como su Señor en el futuro llegan a ser parte del rebaño de Jesús, y ellas están bajo el cuidado y sujeción de hombres que sirven como pastores espirituales.
A pesar de ello, la profecía de Ezequiel nos dice que Jehová Dios recogerá y recuperará sus ovejas que han sido saqueadas, abusadas y dispersadas. Debido a que las naciones de Israel y Judá fueron saqueadas literalmente por los Asirios y los Babilonios respectivamente mucho antes que Cristo Jesús apareciera como el pastor nombrado por Jehová, y debido a que como ya lo hemos comentado, Jesús no se convirtió de ningún modo en el rey principal de la nación Israelita, esto solo puede significar que el rebaño de Jesús está destinado a ser saqueado; y no solo ellos, sino también los pastores que han sido negligentes e ineptos en su labor de supervisión y protección del rebaño de Jesús.
Aunque los Cristianos verdaderos siempre han sido perseguidos, la profecía de Ezequiel nos habla de un hecho que supera con mucho la persecución y el sufrimiento que padecieron los Cristianos del Primer Siglo. Sí, la profecía solo puede alcanzar su completo y verdadero cumplimiento si la entera asociación Cristiana reconocida por Jehová Dios como suya es totalmente destruida y desolada; tal y como lo fueron las naciones de Israel y de Judá de la antigüedad. Solo después de que esto suceda puede rescatarse de su mísera y lamentable condición el rebaño que ha sido dispersado.
Debido a que no hay nada en la historia del Cristianismo o en la historia moderna que pueda aproximarse a la calamidad y devastación que sufrió la antigua Jerusalén a manos de los Babilonios, podemos entonces concluir que la verdadera congregación de Dios está destinada a sufrir una espantosa calamidad inesperada y sin precedentes en un futuro no muy lejano. Sí, la profecía de Jesús referente a la desolación del lugar santo que sucede durante la Gran Tribulación tiene su cumplimiento verdadero por medio de las circunstancias especificas en ciertos grupos religiosos que se creen tienen la “verdad absoluta y el espíritu santo los guía” “Los Pastores Gubernamentales y el Supuesto Rebaño”
Independientemente de lo doloroso que sea para muchos el considerar estas cosas, el propósito de esta información a la hora de demoler las falsas y erróneas interpretaciones, es el de permitir que la Palabra de Jehová se interprete a sí misma, sin ningún tipo de intereses creados que la sofoquen, aten o estorben, y de esa manera tener una mejor comprensión de esas profecías que son tan vitales para nuestra supervivencia. Sí, no debemos permitir que “Comités de Redacción” y otras definiciones encabezados por supuestos iluminados restrinjan el mensaje de salvación que Jehová Dios nos da por medio de su Palabra. Al dejar que la Palabra de Jehová hable por sí misma nosotros imitamos a los profetas Hebreos de la antigüedad, los cuales anunciaron los juicios de Jehová en contra de su pueblo.
“En virtud de sus alegaciones religiosas la gente de las iglesias de la cristiandad eran las “ovejas” de Jehová. Por lo tanto los gobernantes políticos que afirmaban ser cristianos deberían haber ejercido mucho cuidado en cuanto a cómo trataban a los súbditos de características de oveja, puesto que éstos no eran propiedad de los gobernantes políticos, sino propiedad del Dios que ellos afirmaban adorar”.
Es bueno que el lector analice la astuta forma como las Organizaciones religiosas insinúan que los súbditos de la politizada Cristiandad,- los súbditos de los pastores gubernamentales- no son realmente las ovejas de Dios. Ellos solo afirman ser las ovejas de Dios y solo afirman adorarlo. Debido a ello, los pastores a cargo de ellas tampoco son nombrados por Dios. Según la cita antes mencionada, ellos solo son “Los supuestos gobernantes políticos”. No obstante, a pesar de que todo no es más que una apariencia, - según las interpretaciones de la cristiandad,- Jehová interviene para salvar a esas ovejas de sus abusivos pastores a pesar del hecho que ellos no son su pueblo. Esta interpretación tan extraña y disparatada engendra ciertas preguntas que debemos contestarnos:
1.- ¿Por qué Jehová Dios llama a los políticos que gobiernan a las naciones pastores de su pueblo, a pesar que ellos ni siquiera se identifican como tales? Aparentemente el razonamiento que que esta organizaciones usan en este pasaje tiene que ver con el hecho que esta profecía originalmente aplicó a los gobernantes políticos de Judá, y por ende, a los líderes de la Cristiandad. Pero, ¿Acaso los reyes; príncipes; sacerdotes; jueces, y ancianos de Israel y de Judá solo afirmaban ser los pastores del pueblo de Dios? ¡¡No!! ¡¡ Por supuesto que no!! Todas las tribus de Israel se encontraban en un pacto legal con Jehová Dios, y debido a ello, ellos tenían la responsabilidad legal de educar y de juzgar justamente a la gente que se hallaba bajo su responsabilidad, cuidado, y autoridad. De cierta manera ellos sí eran pastores nombrados por Dios para el cuidado del rebaño.
2.- Si los abusados y sufridos súbditos de los “Pastores políticos de la Cristiandad” no son realmente las ovejas de Jehová sino que solo falsamente afirman serlo, ¿Por qué Jehová Dios se refiere a ellos como a “Mis ovejas”, y lo hace 17 veces tan solo en el capítulo 34 del libro de Ezequiel? Además, Si las ovejas mencionadas no son verdaderos adoradores de Jehová, ¿Por qué Jehová Dios dice que Él personalmente rescatará a su rebaño de las manos de sus abusadores pastores para curarlos?
Además de éstas, surgen otras preguntas. Por ejemplo, ¿Por qué habría Dios de esperar que los déspotas y los dictadores de la Cristiandad alimentaran a su rebaño? Sí, ¿Cómo es que los “Pastores políticos” habrían de curar las heridas del abatido rebaño de Jehová? ¿Qué programa social podrían ellos establecer para lograr reunir nuevamente al dispersado rebaño de Dios? Por último podemos preguntarnos, ¿Cuán justo o razonable sería el que Dios condenara a los gobernantes políticos por haber fracasado al realizar una asignación que ni siquiera era responsabilidad de ellos?
“En el Día de Nubes y Densas Tinieblas”
El contexto de la profecía de Ezequiel nos revela que el juicio en contra de los pastores de la congregación de Dios sucede durante la negra noche que está por venir; es decir, ese periodo de tiempo de angustia sin igual conocido como la Gran Tribulación. Esto se hace evidente por las palabras que el profeta escribió en el versículo 12, donde leemos: “Según el cuidado de uno que apacienta su hato en el día de llegar a estar en medio de sus ovejas que han sido dispersadas, así es la manera como cuidaré de mis ovejas; y ciertamente las libraré de todos los lugares a los cuales han sido esparcidas en el día de nubes y densas tinieblas”.
Según la profecía que estamos considerando, el rebaño de Dios es salvado y rejuntado a la misma vez; es decir, todas las ovejas al mismo tiempo. En ningún lugar la profecía nos dice que ellos son salvados o rejuntados de forma individual en un periodo de tiempo que abarca más de un siglo. Además de esto se nos dice que el esparcimiento del rebaño de Jehová sucede durante un día de nubes y densas tinieblas. Pero, ¿Qué podría significar todo esto? es bueno que sigamos el ejemplo de los antiguos Cristianos de Berea y analicemos las profecías mencionadas en la Palabra de Dios por nuestra propia cuenta para ver si en realidad las cosas son como se nos han enseñado. Sí, nunca olvidemos las palabras del apóstol Juan cuando nos aconsejó: “Amados, no crean toda expresión inspirada, sino prueben las expresiones inspiradas para ver si se originan de Dios, porque muchos falsos profetas han salido al mundo”.
En otras profecías Jehová Dios utiliza la misma terminología que la usada en el libro de Ezequiel. Por ejemplo, el simbólico día de nubes y densas tinieblas también es mencionado por el profeta Sofonías:
“El gran día de Jehová está cerca. Está cerca, y hay un apresurarse muchísimo [de él]. El sonido del día de Jehová es amargo. Allí un hombre poderoso da un grito. Ese día es día de furor, día de angustia y de zozobra, día de tempestad y de desolación, día de oscuridad y de tenebrosidad, día de nubes y de densas tinieblas, día de cuerno y de señal de alarma, contra las ciudades fortificadas y contra las elevadas torres de las esquinas”.
El mismo simbolismo de Ezequiel y Sofonías también lo encontramos en el libro de Joel, donde leemos:
“Toquen un cuerno en Sión, y den un grito de guerra en mi santa montaña. Que todos los habitantes de la tierra se agiten; ¡porque viene el día de Jehová, porque está cerca! Es día de oscuridad y tenebrosidad, día de nubes y densas tinieblas, como luz del alba extendida sobre las montañas” -Joel 2:1-.
Tal y como los apóstoles tropezaron y fueron esparcidos cuando Cristo fue ejecutado de modo que de esa forma se cumplieran las profecías; de igual manera, el rebaño de Jehová que existe durante el inicio de la Parousia de Jesús también está destinado a ser esparcido.
Tal y como la profecía de Zacarías predijo que el pastor sería golpeado y el rebaño dispersado; profecía que los apóstoles aplicaron a sí mismos; de igual manera, el contexto de la profecía nos dice que ella tendrá un cumplimiento mucho mayor y más significativo durante el día de Jehová.
Zacarías 13:7-14:2 nos dice lo siguiente:
“Oh espada, despierta contra mi pastor, hasta contra el hombre físicamente capacitado que es mi asociado —es la expresión de Jehová de los ejércitos—. Hiere al pastor, y que las [ovejas] del rebaño sean esparcidas; y ciertamente volveré mi mano sobre los que son insignificantes....Mira! Viene un día que pertenece a Jehová, y el despojo de ti ciertamente será repartido en medio de ti”.
Aunque el arresto y la ejecución de Jesús cumplieron una faceta de la profecía de Zacarías, es obvio para todos nosotros que eso no inició el día de Jehová. En este momento la venida del día de Jehová aún se encuentra en el futuro.
Por lo tanto, parece ser que la razón por la cual Jehová Dios reclamará a su rebaño de las manos de esos pastores es porque ellos no defenderán ni mantendrán intacto al rebaño durante el día de confusión, nubes y tinieblas:
“Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: ‘Una calamidad, una calamidad singular, ¡mira!, viene. Un fin mismo tiene que venir. El fin tiene que venir; tiene que despertarse para ti. ¡Mira! Viene. La guirnalda tiene que venir a ti, oh habitador de la tierra, el tiempo tiene que venir, el día está cerca. Hay confusión, y no el gritar de las montañas”. -Ezequiel 7:5-7-
La razón primordial por la cual los apóstoles fueron esparcidos y confundidos cuando Jesús fue arrestado y ejecutado fue porque ellos estaban espiritualmente ciegos y no pudieron comprender la verdad que Jesús les reveló cuando les dijo que Él tendría que morir en un madero de tormento
De manera trágica, muchas personas sinceras y devotas han caído en la trampa de la idolatría organizacional; tal y como lo demuestran muchos llamados cristianos que dan mucho más importancia a las enseñanzas, políticas, y tradiciones de las Organizaciones a las que pertenecen que a la mismísima Palabra de Dios. A los pastores se les entrena y se les educa para que ellos sean incondicionales y lacayos. Todos sabemos que solo aquellos que han demostrado lealtad y fidelidad absoluta e incondicional a su organización son promovidos para los mayores puestos de responsabilidad.
De esta y de otras maneras la Palabra de Jehová es veraz y fidedigna cuando describe la relación entre los pastores y el rebaño de Jehová: “A las enfermas no han fortalecido, y a la doliente no han sanado, y a la quebrada no han vendado, y a la dispersada no han traído de vuelta, y a la perdida no han procurado hallar, sino que con dureza las han tenido en sujeción, hasta con tiranía”. -Ezequiel 34:4-.
“Y Yo Mismo Llegaré a Ser su Dios”
El hecho que Jehová Dios reclame de las manos de sus pastores a sus ovejas marca el fin del arreglo de religión organizada que ha existido de diferentes formas desde el tiempo de Cristo Jesús hasta nuestros días. Tal y como el sistema religioso Judío, las organizaciones terrenales religiosas para ese entonces habrán cumplido su propósito y Jehová Dios dejará y permitirá que sean destruidas por una institución política que ha sido profetizada en las Escrituras.
El traumático resultado de este tumulto servirá para que Jehová Dios humille, discipline, eduque, y refine a su pueblo. Como reemplazo al actual arreglo organizacional Jehová Dios implementará un nuevo arreglo para el beneficio de todos aquellos que lo aman. Sí, ese arreglo será el establecimiento del Reino de Dios; Esto es lo que nos dice la profecía de Ezequiel:
“Y ciertamente levantaré sobre ellas un solo pastor, y él tiene que apacentarlas, aun mi siervo David. Él mismo las apacentará, y él mismo llegará a ser su pastor. Y yo mismo, Jehová, ciertamente llegaré a ser el Dios de ellas; y mi siervo David, un principal en medio de ellas. Yo mismo, Jehová, he hablado. Y ciertamente celebraré con ellas un pacto de paz, y de veras haré que la bestia salvaje dañina cese de la tierra, y realmente morarán en el desierto en seguridad, y dormirán en los bosques. Y ciertamente haré de ellas y los alrededores de mi colina una bendición, y de veras haré que la lluvia fuerte descienda a su tiempo. Lluvias fuertes de bendición resultará haber. Y el árbol del campo tendrá que dar su fruto, y la tierra misma dará su producto, y realmente resultarán estar en su suelo en seguridad. Y tendrán que saber que yo soy Jehová cuando quiebre las varas de su yugo y las haya librado de la mano de los que las habían estado usando como esclavos”. -Ezequiel 34:23-27-
Pero, ¿Qué significa el hecho que Jehová llegará a ser su Dios? Obviamente, esto no significa que Jehová no sea el Dios de ellos, pues Jehová era el Dios de los Judíos antes de que ellos fueran al exilio en Babilonia. No obstante, después de su repatriación Jehová Dios purificó a su pueblo y los curó de su idolatría. De manera similar, el profeta Ezequiel nos dice lo siguiente:
“Y ya no se contaminarán más con sus ídolos estercolizos ni con sus cosas repugnantes ni con todas sus transgresiones; y ciertamente los salvaré de todas sus moradas en las cuales han pecado, y los limpiaré, y tienen que llegar a ser mi pueblo, y yo mismo llegaré a ser su Dios”. -Ezequiel 37:23-
Jehová actuará de manera similar en la época moderna, pues Jehová es el Dios de los Cristianos aún antes de que la antitípica Jerusalén sea desolada y los elegidos sean hechos esclavos por las naciones. Por lo tanto, la expresión “Yo seré su Dios” denota un cambio positivo entre Dios y los hombres. Ellos llegan a ser su pueblo como consecuencia de un acto misericordioso de Dios a fin de reconciliarlos con Él y perdonarlos por sus errores y transgresiones.
En lo referente a los ungidos, Jehová también llega a ser el Dios de ellos “Al establecer un pacto de paz con ellos” al permitirles la entrada al Reino de Cristo Jesús. Un pacto de paz entre Dios y su pueblo significa el fin de las acciones disciplinarias de Jehová Dios en contra de aquellos que están en un nuevo pacto con Él. Hasta ese entonces la congregación terrenal es usada por Dios para enseñar y corregir a aquellos que son llamados los hijos celestiales de Dios. No obstante, el primer acto de Cristo Jesús a la hora de su regreso es el de someter a aquellos que afirman ser hijos de Dios al fuego del refinador, así como a revelarles y familiarizarlos de manera más completa y significativa con la personalidad de su Padre Celestial; lo que también se conoce como la revelación de Jesucristo. De esta manera el nuevo pacto llega a su fin y termina la mediación entre Cristo Jesús y los hombres. Ya no volverá a ser necesario que alguien les enseñe algo acerca de Jehová a los 144,000 elegidos hijos de Dios, ya que Cristo habrá terminado su trabajo para ese entonces y ellos conocerán a Jehová Dios de una forma completa y plena.
Pablo expresó esta profunda verdad cuando escribió:
“Porque este es el pacto que pactaré con la casa de Israel después de aquellos días —dice Jehová—. Pondré mis leyes en su mente, y en sus corazones las escribiré. Y yo llegaré a ser su Dios, y ellos mismos llegarán a ser mi pueblo. Y de ningún modo enseñarán ellos cada uno a su conciudadano y cada uno a su hermano, diciendo: “¡Conoce a Jehová!”. Porque todos ellos me conocerán, desde [el] menor hasta [el] mayor de ellos. Porque seré misericordioso en cuanto a sus hechos injustos, y de ningún modo recordaré más sus pecados”.
La implantación de las leyes de Dios en los corazones y en las mentes de sus adoradores no se logra por un medio ordinario, tal y como lo es un estudio bíblico. Aunque el espíritu de Dios siempre ha estado ahí para todo aquel que lo pida, algunos tienen la impresión que el espíritu de Dios ya ha sido dado en toda su plenitud; obviamente, es un gran error pensar eso. Aún aquellos que han sido ungidos con el espíritu santo están por recibir una dosis mucho mayor de éste en la parte final de los días. No es sorprendernos que Pablo nos diga que la unción con el espíritu santo no es más que un anticipo de las cosas maravillosas que Dios tiene reservadas para los que lo aman.
Según las profecías, en resto remanente y aquellos que aún están por unirse a Jehová y a Cristo Jesús después del periodo de desolación van a ser rociados con el espíritu santo de una forma que supera con mucho aquello que ha experimentado el pueblo de Dios en el pasado. Aquellos que reciban el espíritu de Dios en forma completa y plena no solo darán un valeroso último testimonio acerca del fin de este mundo y el establecimiento del Reino de Dios, sino que ese derrame del espíritu santo los convertirá en seres semejantes a Cristo Jesús. A través de su profeta Ezequiel Jehová expresó esta maravillosa verdad cuando dijo:
“Por lo tanto di: ‘Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: “También ciertamente los juntaré a ustedes de los pueblos y los reuniré de las tierras entre las cuales han sido esparcidos, y ciertamente les daré el suelo de Israel. Y ellos ciertamente irán allí y removerán todas sus cosas repugnantes y todas sus cosas detestables de allí. Y ciertamente les daré un solo corazón, y un nuevo espíritu pondré dentro de ellos; y ciertamente removeré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, para que anden en mis propios estatutos y guarden mis propias decisiones judiciales y realmente las ejecuten; y realmente lleguen a ser mi pueblo y yo mismo llegue a ser su Dios”. Ezequiel 11:17-20-.
En lo referente a las otras ovejas, Jehová llega a ser su Dios y ellos llegan a ser su pueblo por medio “David”, el Pastor- Rey. Esta verdad la encontramos en libro de Revelación, donde leemos:
“Con eso, oí una voz fuerte desde el trono decir: “¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. Y limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado”.- Revelación 21:3-4-.
Aunque el gran amor de Jehová por la humanidad se realizará en toda su plenitud en aquel entonces, el amor de Dios por la humanidad no es la principal razón por la cual Jehová Dios restaurará y perdonara a sus errantes y extraviados siervos. Jehová restaura a sus siervos y a su pueblo por causa de su Santo Nombre. Esta verdad la encontramos en Ezequiel 36:22-28, lo cual reitera lo antes dicho; es decir, la razón por la cual Jehová Dios da a su pueblo un nuevo corazón y un nuevo espíritu, de manera que Él llegue a ser su Dios y ellos lleguen a ser su pueblo:
“Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: “No por causa de ustedes [lo] hago, oh casa de Israel, sino por mi santo nombre, el cual ustedes han profanado entre las naciones adonde han ido”’. Y ciertamente santificaré mi gran nombre, que estaba siendo profanado entre las naciones, que ustedes profanaron en medio de ellas; y las naciones tendrán que saber que yo soy Jehová —es la expresión del Señor Soberano Jehová— cuando yo sea santificado entre ustedes delante de los ojos de ellas. Y ciertamente los sacaré a ustedes de las naciones y los juntaré de todas las tierras y los traeré sobre su suelo. Y ciertamente rociaré sobre ustedes agua limpia, y llegarán a estar limpios; de todas sus impurezas y de todos sus ídolos estercolizos los limpiaré. Y ciertamente les daré un corazón nuevo, y un espíritu nuevo pondré dentro de ustedes, y ciertamente quitaré el corazón de piedra de su carne y les daré un corazón de carne. Y mi espíritu pondré dentro de ustedes, y ciertamente actuaré de modo que en mis disposiciones reglamentarias anden, y mis decisiones judiciales guarden y realmente ejecuten. Y ciertamente morarán en la tierra que di a sus antepasados, y tienen que llegar a ser mi pueblo, y yo mismo llegaré a ser su Dios”.
Fran.
No hay comentarios:
Publicar un comentario