En apuntes anteriores hemos examinado lo que significa “el día de descanso de Dios y su duración”.
También hemos examinado “La semana del Hombre” ¿hasta cuándo?, y como colofón
hemos examinado “EL JUBIELO QUE SE APROXIMA”
¿Pero serán todos estos acontecimientos para beneficio de
todo el mundo sin la demostración de lealtad a ese jubileo por nuestra parte?
¿O por el contrario vamos a ser sometidos a prueba?
Tengamos en cuenta que estamos aún dentro de la “Semana del
hombre” y la historia nos demuestra cual ha sido el derrotero de la humanidad y
sus efectos.
Nos acercamos al punto álgido del registro del hombre y su
inmediata implantación de su última intentona por perpetuar su sistema mundial,
bajo el dominio de criaturas espirituales malvadas.
Veamos a continuación que nos dice la profecía bíblica sobre
la realidad de los acontecimientos que se aproximan ANTES DEL ESTABLECIMIENTO
“DEL JUBILEO QUE SE APROXIMA” en los
cuales tendremos que demostrar nuestra lealtad ¿A QUIEN?
¡VEAMOS!
Una aterradora tormenta se está formando es este momento; una
tormenta sin precedentes. Sí, esta es una tempestad como ninguna otra que haya
azotado previamente a la humanidad. Esta tempestad de la que nos hablan las
Escrituras no es un fenómeno meteorológico como aquellos a los que estamos
acostumbrados, tal y como lo es un tornado, o algún huracán. Tampoco se trata
de un acto sobrenatural proveniente de Dios, tal y como lo fueron las diez
plagas con las que IEVE Dios castigó a Egipto.
La tormenta que Dios va a permitir y que se aproxima sucederá debido a la
culminación de la codicia, la perversidad y la increíble estupidez humana. Sí, esta
tempestad será inspirada por fuerzas demenciales demoníacas fuera de control,
la cual llevara a los seres humanos a un odio desmesurado y se expresará por
medio de guerras internacionales; el colapso económico del sistema de cosas en
que vivimos; hambrunas, y mortíferas plagas y pestes.
Como resultado de dicha tempestad, los sistemas sociales, democráticos,
y económicos que hemos conocido llegarán a su fin, y eso dará lugar al
nacimiento de un totalitario y opresivo Nuevo Orden Mundial. IEVE Dios, siendo
Todopoderoso y Omnisapiente, supo con certeza desde un principio el triste y
trágico final de la auto gobernación humana.
Este principio lo podemos encontrar en el libro de Oseas,
quien escribió:
“Porque es viento lo que siguen sembrando, y un viento de tempestad es lo
que segarán”. -Oseas 8:7
El capítulo 30 del libro de Jeremías 30:23,24 también
menciona esta tormenta, y nos dice lo siguiente:
¡Miren! Una tempestad de viento de Jehová, furia misma, ha salido, una
tormenta barredera en su avance. Sobre la cabeza de los inicuos remolineará. La
ardiente cólera de Jehová no se volverá atrás hasta que él haya ejecutado y
hasta que haya realizado las ideas de su corazón. En la parte final de los
días ustedes darán su consideración a ello”.
El trágico y aterrador periodo de tiempo que nos espera es
conocido en la Biblia de diferentes formas. A este tiempo se le llama “El
tiempo del fin”, “La conclusión de este sistema de cosas”, y “La parte final de
los días”. No hay duda que la furia y la cólera de IEVE que ha sido suprimida
por tanto tiempo se hará evidente en ese entonces, al dejar que la trayectoria
humana nos lleve a esos eventos lo cual resultará en un breve periodo de tiempo
que sin duda alguna será la época más angustiosa, espantosa y trágica que ha
vivido la humanidad hasta ahora o que volverá a vivir. A ese periodo de tiempo
la Biblia lo llama la Gran Tribulación. Sí, este cataclismo
socio-económico-político hará cimbrar los mismísimos cimientos de la
civilización que hemos conocido hasta ahora, y pondrá en duda hasta la
mismísima supervivencia del género humano sobre el planeta tierra; tal y como
nos advirtió Jesús cuando dijo: “A menos que se acortasen esos días, ninguna
carne se salvaría”, esto nos demuestra que Dios no se va a quedar de
brazos cruzados sino que él va a actuar enérgicamente por medio de su hijo a
favor de sus leales.
En los tiempos bíblicos en ocasiones Dios logró sus
propósitos por medio de agencias o vehículos humanos que Él usó para juzgar y
castigar a su pueblo. De acuerdo a los libros proféticos, el juicio en contra
del Israel y del Judá de la antigüedad - así como en contra de los vecinos de
ellos- se hizo evidente por medio de las acciones de los babilonios y del
imperio Asirio. Sí, en el pasado IEVE Dios utilizó a esos imperios para
efectuar juicios en contra de aquellos que Él consideraba como su pueblo. Por
ejemplo, la tormenta original de IEVE, la cual es descrita por el profeta
Jeremías, se hizo evidente por medio de la destrucción de Judá a manos de los
babilonios. Posteriormente, para demostrar que los babilonios no eran más que
un simple instrumento usado por Dios, IEVE terminó destruyendo a la misma
nación que Él usó para castigar a su pueblo.
Por lo tanto, aunque el rey de Babilonia actuó como el ejecutor
de los juicos de Dios el día que él destruyó Jerusalén, al final IEVE también
puso al rey de Babilonia en la balanza de la justicia y lo halló deficiente, y
esa es la razón por la cual Babilonia fue juzgada y subyugada por el rey
Medo-Persa.
Para demostrar la veracidad y la autenticidad de la profecía
bíblica, la caída súbita e inesperada de Babilonia fue pronosticada con 200
años de antelación por el profeta Isaías; aún antes que Babilonia se
convirtiera en la tercera potencia en la historia del mundo.
En los capítulos 44 y 45 del libro de Isaías IEVE nos dice
con lujo de detalles la forma como se secarían las aguas del imponente río
Éufrates, y también nos dice que las puertas de la majestuosa ciudad serían
abiertas ante la llegada de un gran rey llamado Ciro. La profecía que anunció
la caída de Babilonia en la cúspide de su poder como la potencia político-
militar ese tiempo fue muy significativa, pues en ese entonces la ciudad se
consideraba como una muralla impregnable; era imposible que simples ejércitos
armados con arcos y flechas la invadieran o conquistaran. Sin embargo, en la
noche del 2 de Octubre del año 539 AC, los ejércitos de Ciro el Persa desviaron
el cauce del río Éufrates y de esa manera lograron invadir a la ciudad, y
debido a que en esa fecha Babilonia se encontraba de fiesta celebrando y
haciendo honores a su dios Marduk, su supuesto protector, las puertas que
protegían a la ciudad quedaron abiertas y sin protección. De esa manera la
ciudad de Babilonia cayó en las manos de Ciro el Persa en una sola noche; tal y
como IEVE había pronosticado por medio del profeta Isaías.
Para probar una vez más que la caída de Babilonia era debido
a la fuerza de IEVE, Él hizo que la figura de algo que parecía ser una mano
humana apareciera frente a la pared escribiendo las palabras, MENÉ, MENÉ,
TEQUEL y PARSÍN, las cuales, como todos sabemos, significan “Dios ha numerado
[los días de] tu reino y lo ha terminado. Has sido pesado en la balanza y has
sido hallado deficiente, y tu reino ha sido dividido y dado a los medos y los
persas”. Daniel 5:25-31
El cumplimiento de la caída anunciada de Babilonia no solo
establece la autenticidad y la confiabilidad de la Palabra de JIEVE, sino que
de manera más importante y significativa establece un patrón de cosas por venir.
Es muy interesante el hecho que Ciro; el conquistador de Babilonia, es llamado
“Mi ungido”, o “Mi mesías”, en idioma Hebreo. Como tal, Ciro es una
prefiguración de Cristo Jesús en su papel de rey conquistador y triunfador, y
como salvador y liberador del oprimido pueblo de Dios.
En ese sentido Babilonia es un simbolismo o una prefiguración
del último rey de la profecía bíblica; el octavo rey que encontramos en el
libro de Revelación, el cual es presentado como una bestia salvaje de color
escarlata, la cual es montada por una ramera que se encuentra borracha con la
sangre de los testigos de Jesús. El reino de la bestia salvaje está destinado a
regir sobre la humanidad por una simbólica “Hora”, o tres años y medio; tiempo
en el cual el octavo rey conquistará, derrotará y asesinará a los elegidos de
Dios, solo para ser aniquilado por el rey aprobado por IEVE; Cristo Jesús,
durante la guerra de Armagedón. En otra parte de las Escrituras, especialmente
en Habacuc, Jeremías, Isaías, y Ezequiel, al rey de Babilonia se le describe
como el despojador y el castigador de las naciones; se le describe como un rey
asesino y genocida, y como el último rey en una sucesión de reyes, el cual
termina siendo destruido por el Reino de Dios. La profecía de Habacuc, la cual
es una visión para el tiempo señalado, nos muestra al octavo rey en una campaña
genocida en contra del mundo, atrapando como un pescador a la humanidad
indefensa en una red, y destruyendo a la mismísima ciudad de Dios. Al final, el
rey Caldeo es destruido; no con lanzas y espadas, sino por las fuerzas
ejecutoras celestiales, lo cual es descrito en el libro de Revelación-Apocalipsis,
como la guerra de Armagedón.
Es interesante y muy importante recordar que Isaías
14: 12-20 nos dice lo siguiente acerca del octavo rey de la profecía
bíblica:
“¡Oh, cómo has caído del cielo, tú, el resplandeciente, hijo del alba!
¡Cómo has sido cortado a tierra, tú que estabas incapacitando a las naciones!
En cuanto a ti, has dicho en tu corazón: ‘A los cielos subiré. Por encima de las
estrellas de Dios alzaré mi trono, y me sentaré sobre la montaña de reunión, en
las partes más remotas del norte. Subiré por encima de los lugares altos de las
nubes; me haré parecer al Altísimo’. Sin embargo, al Seol se te hará bajar, a
las partes más remotas del hoyo. Los que te ven fijarán su mirada aun en ti;
harán un examen minucioso hasta de ti, [y dirán:] ‘¿Es este el hombre que
estuvo agitando la tierra, que estuvo haciendo mecerse los reinos, que hizo que
la tierra productiva fuera como el desierto y que derribó sus mismísimas
ciudades, que no abrió el camino hacia casa siquiera a sus prisioneros?’. Todos
los otros reyes de las naciones, sí, todos ellos, han yacido en gloria, cada
uno en su propia casa. Pero en cuanto a ti, tú has sido arrojado sin sepultura
para ti, como un brote detestado, vestido de muertos atravesados por la espada
que bajan a las piedras de un hoyo, como un cadáver pisoteado. No llegarás a
unirte con ellos en un sepulcro, porque arruinaste tu propia tierra, mataste a
tu propio pueblo. Hasta tiempo indefinido la prole de los malhechores no será
nombrada”.
Lo significativo de este aspecto de la profecía es que dice
que todos los reyes anteriores al octavo rey han yacido en gloria en su propia
casa; todos excepto el rey de Babilonia. ¿Cómo debemos entender esto? ¿Es qué
acaso no es verdad que la antigua Babilonia ocupa un lugar muy importante en la
historia del mundo, junto a los demás reinos que han gobernado y desaparecido?
Una visita al Museo de Londres puede verificar que eso es así.
Como heredera de las tradiciones imperialistas de antaño, la
ciudad de Londres puede considerarse como el “Guardián” de los restos y de las
cosas que tienen que ver con los imperios del pasado. Entre las cosas que
encontramos en el museo podemos ver artefactos, tablillas, y cuadros que
conmemoran las hazañas de los seis anteriores reinos, - Egipto; Asiria;
Babilonia, Persia, Grecia, y Roma.
Debido a ello surge la pregunta, ¿Cómo es que el cadáver del
rey de Babilonia ha sido abandonado en el suelo, sin una tumba digna, en el
panteón de los reyes que han gobernado a la humanidad?
Lo repetimos nuevamente, el cumplimiento mayor y final de
esta profecía tiene que ver con la aparición del octavo rey. Él no será
sucedido ni reemplazado por ningún otro rey humano; tal y como lo fue la
Babilonia de la antigüedad. A diferencia de la Babilonia de la antigüedad, el
octavo rey tendrá un fin catastrófico e ignominioso en la guerra de Armagedón,
y tal y como lo señala el libro de Revelación, los cadáveres de los ejércitos
opositores a Jesús quedarán tendidos en el suelo sin sepultura alguna; tal y
como si fueran basura y estiércol. Su desastroso e ignominioso fin se hará
evidente, y será recordado por siempre y para siempre. En ese aspecto el
moderno rey de Babilonia no recibirá una sepultura digna; tal y como sucedió
con los imperios que le antecedieron, incluyendo la típica Babilonia de la
antigüedad.
Cuando el profeta Daniel se encontraba en Babilonia, él fue
comisionado para interpretar el extraño sueño del rey Nabucodonosor. Este sueño
fue una revelación de la sucesión de las potencias mundiales que dominarían al
mundo desde el tiempo del rey de Babilonia hasta el advenimiento del reino de
Dios.
En el segundo capítulo del libro de Daniel, el rey de
Babilonia recibe un sueño proveniente de Dios, y este sueño consiste de una
enorme imagen metálica. De acuerdo a la interpretación de Daniel, la cabeza de
oro representaba al rey Nabucodonosor de Babilonia. El pecho de plata, los
brazos de cobre, los muslos de hierro, y los pies de hierro y barro representan
a los diferentes imperios que han dominado al mundo a través de la historia.
Con el tiempo esta imagen es destruida, y los pies de barro y hierro son
quebrados y hechos polvo por una enorme roca que es cortada de una montaña, la
cual Daniel dice que significa el reino de Dios.
Lógicamente, el pecho de plata representa al imperio
Medo-Persa. El vientre de cobre representa al imperio Griego, y las piernas de
acero representan a Roma. Pero, ¿Qué hay de los pies que están hechos de hierro
y barro? ¿Qué representan? en este momento el rey Anglo-Americano aún controla
al mundo. La realidad nos muestra que el mundo se encuentra dividido entre dos
sistemas políticos completamente antagónicos, los cuales se hacen evidentes en
la alianza Anglo-Americana de nuestros días. La aleación de hierro y barro
simbolizan a la perfección esa diferencia. El hierro simboliza al férreo
imperialismo heredado de Roma y practicado hasta la Edad Media por medio del
sistema feudal. Después, el imperialismo representado por el hierro se extendió
por toda la tierra por medio del colonialismo Europeo, y finalmente; de todas
las colonias imperialistas, el imperio Británico con sede en Londres emergió a
finales del Siglo XVII como la más poderosa y dominante.
Por otra parte, el barro representa la forma de gobierno
demócrata y republicana; es decir, un gobierno de tipo popular que fue iniciado
por los Estados Unidos de América. Tal y como lo dice la profecía, este imperio
sería una mezcla de hierro y barro. El barro representa a la perfección al
hombre común; pues tal y como lo dicen las Escrituras, el hombre fue formado
del polvo de la tierra. Sí, por primera vez en la historia de la humanidad, y
por medio de los Estados Unidos, llegó a existir un gobierno del pueblo, por el
pueblo y para el pueblo. Por lo tanto, el poder ostentado por la élite mundial
llegó a estar mezclado con el hombre común. No obstante, esta aleación tan anti
natural de hierro y barro no puede mantenerse pegada ni junta, y eso puede
evidenciarse en la alianza Anglo-Americana, la cual es una fusión de dos
sistemas completamente antagónicos y excluyentes. Pero, ¿Qué significa la
imagen metálica en su totalidad? Parece ser que la imagen en sí, y en su
totalidad, es una representación del octavo rey de la profecía bíblica; el cual
está destinado a tomar las riendas del mundo después del catastrófico colapso
del dúo Anglo-Americano, simbolizado por los pies de la imagen, los cuales son
una aleación de hierro y barro que sirven como su pedestal.
La imagen en su totalidad parece representar lo que bien
podría llamarse el imperio Neo Babilonio de dominación mundial de nuestros
días. El capitulo trece del libro de Revelación usa los mismos simbolismos
utilizados por Daniel, y nos muestra a una bestia con siete cabezas y diez
cuernos; la cual tiene el cuerpo de un leopardo; las garras de un oso, y el
hocico de un león. Las siete cabezas de la bestia representan los siete reyes o
imperios que han existido a lo largo de la historia, y se nos dice que Satanás
el Diablo otorga su poder y autoridad a dicha bestia. En el capítulo 17 del
libro de Revelación se nos dice que la misma bestia representa al último rey;
un octavo rey que sale o procede de los siete reyes anteriores. Después un
ángel explica un misterio a Juan, y le dice que cinco reyes ya han caído; uno
“Es”, y otro aún está por llegar. El rey que “Es” es una referencia al imperio
Romano, mientras que el rey que aún no existía y que estaba por llegar
representa lo que comúnmente llamamos la alianza Anglo-Americana. El capítulo
trece del libro de Revelación nos dice que una de las cabezas de la bestia
sufre un golpe de muerte, pero después se recupera milagrosamente. Después de
ser rescatada y resucitada por la ramera, se nos dice que la bestia salvaje obliga
a los habitantes de la tierra a hacer una imagen y a adorarla so pena de
muerte, - una imagen de ella misma obviamente- y a ser marcados con el infame
número del 666; el cual, como todos sabemos, es una marca indeleble e
irrevocable que significa muerte y destrucción.
Pero, ¿Qué significan todas estas cosas para el futuro?
Es muy significativo saber que el libro de Revelación menciona
que la muerte y resurrección de la bestia salvaje da inicio al juicio de Dios,
y también nos dice que cualquier persona, independientemente de quién sea pero
que tenga la marca de la bestia salvaje será condenado por Dios a una muerte
eterna. El número 666 representa el juicio final e irreversible de Dios en
contra de la persona.
No obstante la verdad de las cosas es que el golpe de muerte
que recibe la bestia de la profecía bíblica aún no ha acontecido, lo cual
significa que las naciones líderes de este mundo están por experimentar una
calamidad y una extinción no anticipada. Estamos siendo testigos del colapso de
las naciones líderes de este mundo, las cuales están representadas por la
alianza existente en el dúo Anglo-Americano. Sin embargo, de las cenizas de
esas dos naciones, y como el Ave Fénix que resucita, se levantará de lo que fue
de ellas el diabólico Nuevo Orden Mundial de Satanás; el cual será encarnado en
la institución política conocida como la Organización de las Naciones Unidas.
Cuando esto suceda llegarán a su fin todos los sistemas democráticos que hemos
conocido hasta ahora; la libertad de culto, de prensa, y de expresión serán
cosa del pasado. Los derechos humanos y nuestras garantías individuales habrán
llegado a su fin. El octavo rey controlará todo, incluyendo los arsenales
nucleares, así como el sistema financiero que será establecido después del
colapso del dólar Norteamericano, de tal forma que nadie que no tenga la marca
del fatídico número 666, o que se niegue a hincarse y rendirle honor y
pleitesía a la bestia salvaje podrá comprar, vender, o conseguir las
provisiones necesarias para continuar con vida. Cualquier nación o individuo
que se niegue a acatar las decisiones de la bestia será ejecutado sin
misericordia.
Hay muchas razones para sospechar que la última hora del
octavo rey se ha acercado, y que el Nuevo Orden Mundial está a punto de
convertirse en una realidad.
Sí, la tormenta en contra de la humanidad está a punto de
comenzar.
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