EL YOGA se ha hecho
muy popular entre personas de diversas condiciones sociales. Por ejemplo, una
actriz lo empleó durante toda su carrera de casi medio siglo y le dio crédito
al yoga por mantenerla en buen estado. Un grupo de monjas católicas romanas en
Round Lake, Nueva York, combina la meditación y el yoga con sus oraciones
matutinas y vespertinas.
Los practicantes de
yoga lo recomiendan firmemente. Quizás digan que los mantiene en buenas
condiciones físicas, que cura enfermedades o alivia la hipertensión. “Yo estaba
muy enferma, inquieta y solitaria a pesar de tener una familia amorosa y muchos
amigos maravillosos,” escribió una mujer. “El estudio y la práctica del yoga me
ayudaron a recuperar mi salud física y adquirir paz mental.”
Bueno, ¿le
beneficiaría a usted el yoga? Y, ¿dice algo la Biblia que esté relacionado con
la práctica del yoga?
Desde el punto de
vista de la filosofía religiosa hindú, el yoga es “un sistema de práctica ascética,
meditación abstracta, y concentración mental, que se usa como método de
alcanzar la unión con el espíritu supremo.” El término también se aplica a un
sistema de ejercicios físicos para adquirir bienestar y serenidad. Hay unos
diez tipos diferentes de yoga. Entre éstos está el Hata Yoga, muy recomendado
por sus beneficios sobre la salud y descrito como “un sistema de entrenamiento
mental y físico con posturas prescritas, ejercicios de respiración, meditación
y relajación.”
En realidad, el
Hata Yoga es un escalón al Raja Yoga, una forma superior. Se ha definido al
yoga como “la supresión, a través de la disciplina progresiva (como el
raja-yoga), de toda actividad del cuerpo, la mente y la voluntad individual
para que el yo pueda darse cuenta de su distinción de éstos y adquirir la
liberación de todo dolor y sufrimientos.” De modo que “la supresión de la
voluntad individual” es una meta final del yogi, o practicante de yoga.
Otra meta del yogi
es el desarrollo de la percepción extrasensoria. Se especifica cierta
postura invertida sobre la cabeza como aquella “para los que desean desarrollar
poderes extrasensorios como la comunicación telepática y la clarividencia.”
Según la enseñanza yoga, Kundalini, el poder de la serpiente, está
situado en la base de la espina dorsal. Una vez que éste se despierta, se le
hace ascender la espina dorsal a través de seis etapas, o sakras, a la
residencia de la deidad Visnú en el cerebro. Cuando este “poder de la
serpiente” llega a cada sakra, se dice que el yogi experimenta nuevas
clases de poderes psíquicos. Finalmente, después de años de esfuerzo, con la
“unión de Kundalini con Visnú,” el yogi persistente adquiere la meta del
samadhi, el estado de completa iluminación o superconsciencia.
Asociado con las
diversas posturas yogas hay un sistema elaborado de ejercicios respiratorios.
Concerniente al control de la respiración yoga se nos dice lo siguiente: “Su
significado ha sido reconocido aun por la bien conocida médium [espiritista]
Eileen Garrett . . . ‘El control de la respiración,’ dice ella,
‘desempeña una parte importante en todos mis trabajos supranormales.’”—Forever
Young Forever Healthy, by Indra Devi.
Luego vienen la
concentración y la meditación. El estudiante puede concentrarse en la punta de
una vela encendida, mirando fijamente la llama hasta que le vengan lágrimas a
los ojos. Luego, con los ojos cerrados, mantiene la imagen mental tanto como
sea posible. ¿Por qué? Para poner a la mente, en última instancia, en blanco
total. Después viene la meditación prolongada en una idea, lo cual lleva a la
autohipnosis.
Las manifestaciones
del “poder de la serpiente” son numerosas. Incluyen: “Conocimiento del pasado y
del futuro. . . . Conocimiento de la mente de
otros . . . Conocimiento de las cosas diminutamente pequeñas,
ocultas y distantes . . . clarividencia . . .
Levitación . . . Claraudición.”—Yoga Dictionary, por
Ernest Wood.
Como hemos notado,
uno de los objetivos del yoga es la ‘supresión de la voluntad individual.’ Sin
embargo la Biblia alienta, no a suprimir, sino a ejercer la propia
voluntad de uno en armonía con la voluntad de Dios. Jesucristo dijo:
“No busco mi propia voluntad, sino la voluntad del [Dios] que me
envió.” “He bajado del cielo, para hacer, no la voluntad mía,
sino la voluntad del que me envió.” (Juan 5:30; 6:37, 38) Jesús todavía
tenía ‘su propia voluntad,’ pero ejercitaba esa voluntad en hacer la voluntad
de Dios.
En esto, Cristo
puso un ejemplo para sus seguidores. Además, en vez de insinuar que la voluntad
individual debería ser suprimida, el apóstol cristiano Pablo les dijo a
compañeros creyentes que “Dios . . . está actuando en ustedes a
fin de que haya en ustedes tanto el querer como el actuar.” (Fili. 2:13)
Esto no se parece en nada al concepto yoga, ¿no es así?
¿Y qué hay de la
concentración que pone a la mente totalmente en blanco? ¿Y qué hay de la
meditación que conduce a la autohipnosis? En ninguna parte asocia la Santa
Biblia el pensar cristiano y la meditación con prácticas de esa índole. El
apóstol Pablo sí instó a Timoteo: “Reflexiona sobre estas cosas, hállate
intensamente ocupado en ellas.” (1 Tim. 4:15) Pero Pablo estaba
aconsejando a este joven que reflexionara, que meditara, sobre su enseñanza
personal, su conducta y ministerio. El apóstol no estaba recomendando
ninguna clase de trance conducente a la fijación del pensamiento en una sola
idea u objeto. Tampoco se le estaba diciendo a Timoteo que pusiera la mente
totalmente en blanco.
En realidad, hay un
gran peligro en poner la mente totalmente en blanco. Jesucristo lo indicó así
al decir que cuando un espíritu inmundo sale de un hombre y después halla esa
“casa” barrida y adornada, “va por su camino y toma siete espíritus diferentes,
más inicuos que él mismo, y después de entrar, moran allí. Y las circunstancias
finales de ese hombre resultan peores que las primeras.” (Luc. 11:24-26) Sí,
una mente en blanco es una presa fácil para los demonios. Pero el cristiano,
por medio de la meditación apropiada en las verdades bíblicas puede resistir a
estas criaturas espíritus inicuas.—Efe. 6:11-13.
¿Y qué hay del
desarrollo de la percepción extrasensoria del yogi y esas manifestaciones del
“poder de la serpiente” como conocimiento del futuro, clarividencia, levitación
y claraudición? Un incidente bíblico nos permite identificar la fuente de esas
cosas. En Filipos, “cierta sirvienta que tenía un espíritu, un demonio de
adivinación,” se encontró con Pablo y sus compañeros. “Proporcionaba ella mucha
ganancia a sus amos practicando el arte de la predicción,” dice el relato. Pero
el apóstol Pablo ordenó, en el nombre de Jesucristo, que el demonio saliera de
ella, “y salió en aquella misma hora.” ¿Con qué resultado? Ya no pudo
predecir más el futuro. (Hech. 16:16-19) Un demonio había sido responsable de
su poder misterioso.
La verdad escueta
es que el “poder de la serpiente” del yoga es espiritismo, el cual se condena
en la Biblia. (Rev. 21:8) Principalmente detrás de ese poder oculto está la
“serpiente original, el que es llamado Diablo y Satanás, que está extraviando a
toda la tierra habitada.” (Rev. 12:9) Guárdese contra el engaño de parte del
Diablo y sus demonios. Obtenga ayuda de la Palabra de Dios, la Biblia.
Definitivamente el yoga en ninguna forma puede beneficiarlo. Solamente puede
hacerle daño.
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