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jueves, 17 de noviembre de 2011

La lucha contra dos bestias feroces


Visión 8.a, Revelación 13:1-18
Lo que muestra: La bestia salvaje de siete cabezas, la bestia salvaje de dos cuernos y la imagen de la bestia salvaje
Cuándo se cumple: Desde “la fundación del mundo” y posteriormente durante los días de Nemrod hasta la gran tribulación.
¡EL GRAN dragón ha sido arrojado a la Tierra! Nuestro estudio de Revelación aclara que nunca más se permitirá que la Serpiente ni los demonios que siguen a la Serpiente vuelvan al cielo. Pero todavía no hemos terminado con “el que es llamado Diablo y Satanás, que está extraviando a toda la tierra habitada”. El relato entonces identifica con más detalles el medio que usa Satanás para pelear contra ‘la mujer y su descendencia’. (Revelación 12:9, 17.) Juan dice de ese dragón serpentino: “Y se quedó de pie inmóvil sobre la arena del mar”. (Revelación 13:1a.) Por eso, pausemos para examinar el instrumento que usa el dragón.
 En el futuro la presencia de Satanás y sus demonios no podrán afligir más a los santos cielos. Esos espíritus inicuos habrán sido echados del cielo y limitados a la vecindad de la Tierra. Puede que esto explique el tremendo aumento que ha habido en las prácticas espiritistas en nuestros tiempos. La astuta Serpiente todavía tiene una corrupta organización de espíritus. Pero ¿empleará también una organización visible para extraviar a la humanidad? Juan nos dice: “Y vi una bestia salvaje que ascendía del mar, con diez cuernos y siete cabezas, y sobre sus cuernos diez diademas, pero sobre sus cabezas nombres blasfemos. Ahora bien, la bestia salvaje que vi era semejante a un leopardo, pero sus pies eran como los de un oso, y su boca era como boca de león. Y el dragón dio a la bestia su poder y su trono y gran autoridad”. (Revelación 13:1b, 2.)
 ¿Qué es esta bestia monstruosa? La Biblia misma da la respuesta. Antes de la caída de Babilonia en 539 a.E.C., el profeta judío Daniel tuvo visiones que implicaban a bestias feroces. En Daniel 7:2-8 él describe a cuatro bestias que salieron del mar, la primera parecida a un león, la segunda a un oso, la tercera a un leopardo y “¡pues vea!, una cuarta bestia, espantosa y terrible y extraordinariamente fuerte [...] y tenía diez cuernos”. Esta es muy semejante a la bestia salvaje que Juan vio alrededor del año 96 E.C. Esta última bestia también tiene las características de un león, un oso y un leopardo, y tiene diez cuernos. ¿Qué representan las enormes bestias que ve Daniel? Él nos informa: “Estas enormes bestias [...] son [...] cuatro reyes que se pondrán de pie desde la tierra”. (Daniel 7:17.) Sí, esas bestias representan a “reyes”, o potencias políticas de la Tierra.
 En otra visión Daniel ve que un macho cabrío que tiene un solo gran cuerno derriba a un carnero que tiene dos cuernos. El ángel Gabriel le explica lo que esto significa: “El carnero [...] representa a los reyes de Media y Persia. Y el macho cabrío peludo representa al rey de Grecia”. Gabriel pasa a profetizar que el gran cuerno del macho cabrío sería quebrado y cuatro cuernos ocuparían su lugar. Esto se realizó más de 200 años después, cuando Alejandro Magno murió y su reino fue dividido en cuatro reinos gobernados por cuatro de sus generales. (Daniel 8:3-8, 20-25.)
 Por lo tanto, queda claro que para el Autor de la Biblia inspirada las potencias políticas de la Tierra son “bestias”. ¿Qué clase de bestias? Un comentarista llama a la bestia salvaje de Revelación 13:1, 2 un “bruto”, y añade: “Aceptamos todo lo que implica θηρίον [the·rí·on, la palabra griega para “bestia”] como referencia a un monstruo cruel, destructivo, temible, voraz, etc.”. ¡Qué clara descripción del sangriento sistema político por el cual Satanás ha dominado a la humanidad! Las siete cabezas de esta bestia salvaje representan a seis principales potencias mundiales que se habían presentado en la historia bíblica hasta el día de Juan —Egipto, Asiria, Babilonia, Medopersia, Grecia y Roma— y una séptima potencia mundial representada por la séptima cabeza que, según se profetizó, aparecería después en el tiempo previo al fin. (Compárese con Revelación 17:9, 10.)
 Es verdad que en la historia ha habido otras potencias mundiales además de esas siete... tal como la bestia salvaje que Juan vio estaba compuesta de un cuerpo junto con siete cabezas y diez cuernos. Pero las seis cabezas anteriores representan a las seis potencias principales que —cada una a su vez— han llevado la delantera en oprimir al pueblo de Dios. En 33 E.C., mientras Roma iba en ascenso, Satanás usó a aquella cabeza de la bestia salvaje para matar al Hijo de Dios. En aquel tiempo Dios abandonó al descreído sistema de cosas judío, y después, en 70 E.C., permitió que Roma ejecutara el juicio que él había dictado contra la nación judía. Felizmente, el verdadero Israel de Dios, la congregación de cristianos ungidos, había recibido advertencia de antemano, y aquellos que estaban en Jerusalén y Judea huyeron a lugares seguros más allá del río Jordán. (Mateo 24:15, 16; Gálatas 6:16.)
 Sin embargo, a fines del primer siglo E.C. muchos de esta congregación primitiva habían tergiversado la verdad, y parecía que el verdadero trigo cristiano, “los hijos del reino”, había sido en su mayor parte ahogado por malas hierbas, “los hijos del inicuo”. Pero cuando llegue la conclusión del sistema de cosas los cristianos ungidos aparecerán de nuevo como grupo, como los “dos testigos” Rv.11:3. Durante el día del Señor los justos habrían de ‘resplandecer tan brillantemente como el sol’. Por lo tanto, se organizará con el poder del espíritu santo a la congregación cristiana para su trabajo “la siega final”  (Mateo 13:24-30, 36-43.) Para entonces el Imperio Romano no existe pero sí su legado en la forma de el enorme Imperio oligárquico Británico, junto con los poderosos Estados Unidos de América (En decadencia), ocupan el centro del escenario mundial (a la hora de redactar este ensayo). Esta potencia mundial binaria parece ser la séptima cabeza de la bestia salvaje.
 ¿No es insultante identificar a las potencias políticas gobernantes con una bestia salvaje? Eso afirmaron ciertos opositores durante la II Guerra Mundial, cuando, en tribunales por toda la Tierra, se desafió la posición de muchos cristianos neutrales, como grupo y como individuos. Pero ¡pause un momento y piense! ¿No usan las naciones mismas como símbolos nacionales a bestias o criaturas salvajes? Por ejemplo, tenemos el león británico, el águila estadounidense y el dragón chino. Por eso, ¿por qué debería objetar alguien a que el Autor divino de la Santa Biblia también utilice bestias como símbolos de potencias mundiales?
 Además, ¿por qué habría de objetarse a que la Biblia diga que es Satanás quien da a la bestia salvaje la gran autoridad que tiene? Dios es la Fuente de esa declaración, y delante de él ‘las naciones son como una gota de un cubo y como una capa tenue de polvo’. Mejor sería que esas naciones trataran de ganarse el favor de Dios, en vez de ofenderse por la descripción que da de ellas Su Palabra profética. (Isaías 40:15, 17; Salmo 2:10-12.) Satanás no es ninguna persona mítica asignada a atormentar a las almas de los difuntos en un infierno de fuego. No existe tal lugar. Más bien, las Escrituras describen a Satanás como un “ángel de luz”... un maestro del engaño que ejerce poderosa influencia en los asuntos políticos generales. (2 Corintios 11:3, 14, 15; Efesios 6:11-18.)
 La bestia salvaje tiene diez cuernos distribuidos en sus siete cabezas. Quizás cuatro cabezas tenían un solo cuerno cada una y tres cabezas tenían dos cuernos cada una. Además, tenía diez diademas sobre los cuernos. En el libro de Daniel se describen unas bestias espantosas, y hay que interpretar literalmente la cantidad de sus cuernos. Por ejemplo, el que hubiera dos cuernos sobre un carnero representó que un imperio mundial estaba compuesto de dos partes asociadas, Media y Persia, mientras que ‘los cuatro cuernos’ de un macho cabrío fueron representación de los cuatro imperios coexistentes que se desarrollaron del imperio griego de Alejandro Magno. (Daniel 8:3, 8, 20-22.) No obstante, parece que la numeración de los diez cuernos que lleva la bestia que Juan vio es simbólica. (Compárese con Daniel 7:24; Revelación 17:12.) Los diez cuernos representan la plenitud de estados soberanos de que se compone toda la organización política de Satanás. Todos estos cuernos son violentos y agresivos, pero como lo indican las siete cabezas, el mando reside en una sola potencia mundial a la vez. De manera similar, las diez diademas indican que todos los estados soberanos ejercerían su gobernación a la misma vez que el estado dominante o potencia mundial de ese tiempo.
 La bestia salvaje tiene “sobre sus cabezas nombres blasfemos”, y se atribuye logros que muestran gran falta de respeto a Jehová Dios y Cristo Jesús. Ha usado los nombres de Dios y Cristo como engaño para lograr sus fines políticos; ha seguido la corriente a la religión falsa, hasta permitiendo que el clero participe en sus procedimientos políticos. Por ejemplo, en Inglaterra la Cámara de los Lores incluye a los obispos. Los cardenales católicos han desempeñado papeles de prominencia en la política de Francia e Italia, y, en tiempos más recientes, ha habido sacerdotes en puestos políticos en América Latina. Los gobiernos imprimen lemas religiosos —como “EN DIOS CONFIAMOS”— en sus billetes de banco, y en sus monedas alegan que sus gobernantes tienen la aprobación divina cuando declaran, por ejemplo, que estos son nombrados “por la gracia de Dios”. Todo esto es en verdad blasfemo, porque con ello se intenta implicar a Dios en la sucia arena política nacionalista.
 La bestia salvaje sale “del mar”, que es símbolo apropiado de las masas turbulentas de las cuales brota el gobierno humano. (Isaías 17:12, 13.) Esta bestia salvaje empezó a salir del mar de la humanidad turbulenta allá en los días de Nemrod (alrededor del siglo XXI a.E.C.), cuando empezó a manifestarse un sistema de cosas en oposición a Jehová después del Diluvio. (Génesis 10:8-12; 11:1-9.) Por otro lado debemos tener en cuenta que en Rv. 17:8 se nos dice que los apoyadores de esta bestia “no están escritos en el libro de la vida desde la fundación del mundo” (de la humanidad) lo que significa que su aparición en la escena posiblemente empezó con Caín que con una mente de bestia asesina mató a su hermano.  Pero solo durante el día del Señor se manifestará de lleno la última de sus siete cabezas la cual “tiene que permanecer un corto espacio de tiempo” Rv.17:10. Debe notarse, además, que fue el dragón quien “dio a la bestia su poder y su trono y gran autoridad”. (Compárese con Lucas 4:6.) La bestia es la creación política de Satanás entre las masas de la humanidad. Ciertamente Satanás es “el gobernante de este mundo”. (Juan 12:31.)
FRAN.
Continuará…