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domingo, 11 de enero de 2015

LA ASTRONOMÍA Y EL TIEMPO BÍBLICO, 4º FECHAS.

FECHAS
Definición: Las fechas señalan el tiempo en que suceden los acontecimientos. La Biblia expresa fechas en relación con la vida de ciertas personas, el período durante el cual ciertos gobernantes estuvieron en el poder, u otros sucesos notables. Contiene la única cronología completa que se remonta al tiempo de la creación de Adán. La cronología bíblica también señaló por adelantado el tiempo en que tendrían lugar ciertos sucesos importantes en el cumplimiento del propósito de Dios. El calendario gregoriano, que ahora es popular en gran parte del mundo, no comenzó a usarse sino hasta 1582. En las fuentes seglares hay desacuerdo respecto a las fechas que se han dado a sucesos de la historia antigua. Sin embargo, ciertas fechas clave, como 539 a. de la E.C. para la caída de Babilonia, y por consiguiente 537 a. de la E.C. para el regreso de los judíos que estaban en cautiverio, están bien establecidas (Esd. 1:1-3). Usando tales fechas como puntos de partida, es posible expresar en términos de calendarios actuales las fechas de sucesos bíblicos antiguos.
¿Han probado los científicos que los humanos hayan estado en la Tierra por millones de años, y no simplemente unos miles de años como indica la Biblia?
Los métodos de fechar que emplean los científicos están basados en suposiciones que pueden ser útiles, pero que a menudo llevan a resultados muy contradictorios. Por eso, de continuo se revisan las fechas que dan.
Un reportaje de New Scientist del 18 de marzo de 1982 dice: “‘Me asombra creer que tan poco tiempo atrás como hace un año yo hiciera las declaraciones que hice’. Eso dijo Richard Leakey, ante el elegante auditorio presente para una disertación nocturna en la Real Institución el viernes pasado. Había ido a revelar que la sabiduría convencional, que tan recientemente él había abrazado en su serie televisiva de la BBC [Compañía Británica de Radiodifusión] titulada The Making of Mankind [La formación de la humanidad], ‘tal vez estaba equivocada en varias áreas críticas’. En particular ahora ve al antepasado más antiguo del hombre con considerablemente menos de los 15.000.000 a 20.000.000 de años a favor de los cuales se expresó en la televisión” (pág. 695).
De vez en cuando se desarrollan nuevos métodos de fechar. ¿Cuán confiables son? Respecto a uno conocido como termoluminiscencia, The New Encyclopædia Britannica (1976, Macropædia, tomo 5, pág. 509) dice: “Esperanza, más bien que logro, es lo que principalmente caracteriza la condición del fechar por termoluminiscencia en la actualidad”. Además, la revista Science (28 de agosto de 1981, pág. 1003) informa que un esqueleto que, según la racemización de aminoácidos, tenía 70.000 años de edad, mostró tener solo 8.300 ó 9.000 años al datarse por radiactividad.
La revista Popular Science (noviembre de 1979, pág. 81) informa que el físico Robert Gentry “cree que todas las fechas determinadas por degeneración radiactiva pueden estar equivocadas... no solo por unos cuantos años, sino por órdenes de magnitud”. El artículo señala que sus hallazgos llevarían a la conclusión de que “es posible que el hombre, en vez de haber estado en la Tierra por 3.600.000 años, haya estado en existencia por solo unos cuantos miles”.
No obstante, debe notarse que los científicos creen que la edad de la Tierra misma es mucho mayor que la edad del hombre. La Biblia no está en desacuerdo con eso.
¿Se medían las edades de las personas de antes del Diluvio, como se declaran en la Biblia, según el mismo tipo de años que nosotros usamos?
Si fuéramos a razonar que los “años” tenían que equivaler a nuestros meses, entonces Enós llegó a ser padre cuando tenía siete años de edad, y Quenán tenía solo cinco años de edad cuando engendró un hijo (Gén. 5:9, 12). Obviamente, eso es imposible.
La cronología detallada que se ha provisto con relación al Diluvio indica la duración de meses y de años que se usaba en aquel tiempo. Una comparación de Génesis 7:11, 24 con 8:3, 4 muestra que cinco meses (desde el día 17 del segundo mes hasta el día 17 del séptimo mes) equivalía a 150 días, o cinco meses de 30 días. Se hace referencia específica a un “décimo mes” y a otros períodos posteriores antes de llegar al año siguiente (Gén. 8:5, 6, 8, 10, 12-14). Evidentemente sus años se componían de doce meses de 30 días. En un tiempo muy temprano el calendario estrictamente lunar fue ajustado periódicamente a la duración del año solar, como lo indica el hecho de que Israel celebraba fiestas estacionales de recolección en fechas específicas. De ese modo las fiestas continuaban cayendo en las estaciones apropiadas. (Lev. 23:39.)
Recuerde que Dios hizo a los humanos para que vivieran para siempre. El pecado de Adán fue lo que llevó a la muerte (Gén. 2:17; 3:17-19; Rom. 5:12). Los que vivieron antes del Diluvio estaban más cerca de la perfección que nosotros hoy día, y por eso vivieron mucho más tiempo. Pero cada uno murió dentro de mil años.