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jueves, 20 de marzo de 2014

“¿Qué será la señal de tu presencia?” (CONTINUACIÓN)




Continuación:

“Pero en aquellos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su luz, y las estrellas estarán cayendo del cielo, y los poderes que están en los cielos serán sacudidos. Y entonces verán al Hijo del hombre viniendo en las nubes con gran poder y gloria. Y entonces él enviará los ángeles y reunirá a sus escogidos desde los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.” Marcos 13:24-27
  El Hijo del hombre, Jesucristo resucitado, no vino de esta manera espectacular después de la destrucción del sistema judío en 70 E.C. Las tribus de la Tierra tampoco lo reconocieron, como indica Mateo 24:30, ni los ángeles reunieron a todos los ungidos cristianos de la Tierra. Entonces, ¿cuándo habría de cumplirse esta otra parte de la asombrosa profecía de Jesús? ¿Está cumpliéndose en los sucesos que ocurren ahora mismo a nuestro alrededor, o, más bien, da una comprensión espiritual de lo que debemos esperar en el futuro cercano? La respuesta debería interesarnos, porque Lucas recoge el siguiente consejo de Jesús: “Al comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen la cabeza, porque su liberación se acerca”. (Lucas 21:28.)


“Dinos: ¿cuándo serán estas cosas?”

“Nuevas cosas anuncio. Antes que empiecen a brotar, hago que ustedes las oigan.” (ISAÍAS 42:9.)

LA ENSEÑANZA divina dimana de IEVE Dios, “Aquel que declara desde el principio el final”. (Isaías 46:10.) Como se vio en el artículo anterior, los apóstoles buscaron esa enseñanza al preguntar a Jesús: “Dinos: ¿Cuándo serán estas cosas, y qué será la señal cuando todas estas cosas estén destinadas a alcanzar una conclusión?”. (Marcos 13:4.)

  En contestación, Jesús describió una “señal” compuesta de diversos sucesos que demostrarían la proximidad del fin del sistema judío. Dicha señal se cumplió en la destrucción de Jerusalén del año 70 E.C. Pero la profecía de Jesús tendría un cumplimiento mucho mayor en un futuro. Una vez que “los tiempos señalados de las naciones” finalizaran, se manifestaría una señal a gran escala que demostraría que el presente sistema impío terminaría pronto en una “gran tribulación”. (Lucas 21:24.). Este cumplimiento moderno fue tipificado por lo que sucedió del año 33 al año 70 E.C.
  Después que Lucas menciona los tiempos señalados de las naciones, los relatos paralelos de Mateo, Marcos y Lucas enumeran otra serie de hechos, entre ellos una “señal” suplementaria de la señal compuesta ‘de la conclusión del sistema de cosas’. (Mateo 24:3.) Mateo dice: “Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días el sol será oscurecido, y la luna no dará su luz, y las estrellas caerán del cielo, y los poderes de los cielos serán sacudidos. Y entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre, y entonces todas las tribus de la tierra se golpearán en lamento, y verán al Hijo del hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria. Y él enviará sus ángeles con un gran sonido de trompeta, y ellos reunirán a los escogidos de él desde los cuatro vientos, desde un extremo de los cielos hasta su otro extremo”. (Mateo 24:29-31.)

Tribulación y fenómenos celestes
  ¿Cuándo se cumplirían estas palabras? Los tres evangelios mencionan lo que pudiéramos denominar fenómenos celestes: el Sol y la Luna se oscurecen y las estrellas caen del cielo. Jesús dijo que estos fenómenos ocurrirían inmediatamente después de “la tribulación”. ¿Estaba Jesús pensando en la tribulación que culminó en 70 E.C., o hablaba de la gran tribulación que vendrá en nuestros tiempos? (Mateo 24:29; Marcos 13:24.)
 “La ‘tribulación grande’ como la cual no ocurrirá una de nuevo todavía está en el futuro, porque significa la destrucción del imperio mundial de la religión falsa (incluso la cristiandad) seguida por la ‘guerra del gran día de Dios el Todopoderoso’ en el Armagedón”.
   Pero Mateo 24:29 dice que los fenómenos celestes ocurrirían “inmediatamente después de la tribulación”.
  Jesús profetizó el ‘oscurecimiento del sol y de la luna y la caída de las estrellas’ ante cuatro de sus apóstoles. Siendo judíos, reconocerían aquel lenguaje como propio de las Escrituras Hebreas, donde en Sofonías 1:15, por ejemplo, se llama al tiempo del juicio divino “día de tempestad y de desolación, día de oscuridad y de tenebrosidad, día de nubes y de densas tinieblas”. Otros profetas hebreos también dijeron que el Sol se oscurecería, la Luna dejaría de brillar y las estrellas se apagarían. Este lenguaje lo encontramos en los mensajes divinos contra Babilonia, Edom, Egipto y el reino septentrional de Israel. (Isaías 13:9, 10; 34:4, 5; Jeremías 4:28; Ezequiel 32:2, 6-8; Amós 5:20; 8:2, 9.)

  Puede que las palabras de Jesús recordaran a Pedro y los otros tres apóstoles la profecía de Joel, recogida en Joel 2:28-31 y 3:15: “Derramaré mi espíritu sobre toda clase de carne, y sus hijos y sus hijas ciertamente profetizarán. [...] Daré portentos presagiosos en los cielos y en la tierra, sangre y fuego y columnas de humo. El sol mismo será convertido en oscuridad, y la luna en sangre, antes de la venida del día de Jehová, grande e inspirador de temor”. “El sol y la luna mismos ciertamente se oscurecerán, y las estrellas mismas realmente retirarán su resplandor.”
   En Hechos 2:1-4 y 14-21 leemos que Dios derramó espíritu santo sobre 120 discípulos, tanto hombres como mujeres, en el Pentecostés de 33 E.C. El apóstol Pedro dio a conocer que se había realizado la profecía de Joel. ¿Y qué podemos decir de las palabras de Joel de que ‘el sol se tornaría en oscuridad y la luna en sangre y las estrellas retirarían su resplandor’? No hay indicios de que haya ocurrido algo así en 33 E.C. ni en el período de la conclusión del sistema de cosas judío, que se extendió por más de treinta años.
   Por lo visto, la última parte de la predicción de Joel estaba más ligada a “la venida del día de IEVE, grande e inspirador de temor”. La tribulación que le sobrevino a Jerusalén en 70 E.C. “Ciertamente ése fue un ‘día de IEVE’ con referencia a Jerusalén y sus hijos. Y con relación a ese día hubo bastante ‘sangre y fuego y neblina de humo’, el Sol no aclara[ba] la oscuridad de la ciudad de día, y la Luna sug[ería] sangre derramada, no luz de Luna pacífica, plateada, de noche”.
  Sí, los fenómenos celestes que predijo Joel, así como las profecías que ya hemos mencionado, se cumplirían cuando IEVE ejecutara su sentencia. En vez de abarcar todo el período de la conclusión del sistema judío, el oscurecimiento del Sol, la Luna y las estrellas aconteció cuando las fuerzas ejecutoras marcharon contra Jerusalén. Lógicamente, podemos esperar un cumplimiento mayor de esta parte de la profecía de Joel cuando Dios dé comienzo a la ejecución del sistema actual.

¿Qué tribulación ocurrirá antes de los fenómenos celestes?

   El cumplimiento de la profecía de Joel, en armonía con otras profecías que emplean expresiones semejantes, nos ayuda a comprender el significado de Mateo 24:29. Evidentemente, lo que Jesús dijo concerniente a ‘la oscuridad del sol y la luna y la caída de las estrellas’ no se refiere a sucesos que ocurrirían durante  muchas décadas anteriores a la conclusión del presente sistema, tales como lanzamientos espaciales, alunizajes, etc. No; él aludió a sucesos relacionados con “el día de IEVE, grande e inspirador de temor”, es decir, la destrucción que ha de venir.
  Esto nos permite entender mejor cómo es que los fenómenos celestes ocurrirían “inmediatamente después de la tribulación”. Jesús no se estaba refiriendo a la tribulación que culminó en 70 E.C. Más bien, aludía al comienzo de la gran tribulación que le sobrevendrá al sistema mundial en el futuro, con la cual finalizará su prometida “presencia”. (Mateo 24:3.) Dicha tribulación no ha llegado aún.
   ¿Qué puede decirse de las palabras de Marcos 13:24: “Pero en aquellos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su luz”? Las palabras “aquellos” y “aquella” son formas del pronombre demostrativo griego e·keí·nos, que indica algo distante en el tiempo. Puede usarse para señalar un suceso que pertenece al pasado distante (o mencionado anteriormente), o algo que sucederá en el futuro lejano. (Mateo 3:1; 7:22; 10:19; 24:38; Marcos 13:11, 17, 32; 14:25; Lucas 10:12; 2 Tesalonicenses 1:10.) Así, cuando Marcos 13:24 habla de “aquella tribulación”, no se refiere a la que trajeron los romanos, sino a la acción poderosa de IEVE que marcará el fin del presente sistema.
   Los capítulos 17 a 19 de Apocalipsis-Revelación armonizan con Mateo 24:29-31, Marcos 13:24-27 y Lucas 21:25-28, y confirman la explicación expuesta de estos últimos. ¿De qué manera? Los Evangelios muestran que esta tribulación no comenzará y terminará de una vez. Después del inicio de la tribulación, todavía habrá humanos desobedientes vivos que verán “la señal del Hijo del hombre”, se lamentarán y, como dice Lucas 21:26, ‘desmayarán por el temor y la expectación de las cosas que vienen sobre la tierra habitada’. Se sobrecogerán de terror al ver “la señal” que presagia su inminente destrucción.
   Según la Revelación, el ataque de los “cuernos” militarizados de la “bestia salvaje” internacional contra “la gran ramera”, Babilonia la Grande, marcará el comienzo de la venidera gran tribulación. (Revelación 17:1, 10-16.) No obstante, quedarán con vida muchas personas, pues los reyes, los comerciantes y los capitanes de barco, entre otros, lamentarán el fin de la religión falsa. Sin duda, muchos se percatarán de que su juicio se ha acercado. (Revelación 18:9-19.)

¿Qué falta por venir?
  Los pasajes de los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas, junto con los capítulos 17 a 19 de Apocalipsis-Revelación, arrojan considerable luz sobre lo que ocurrirá en breve. Al tiempo señalado de Dios, la gran tribulación comenzará con el ataque en contra del imperio mundial de la religión falsa (Babilonia la Grande). Este será particularmente intenso contra la cristiandad, que corresponde a la infiel Jerusalén. “Inmediatamente después” de esta etapa de la tribulación “habrá señales en el sol y en la luna y en las estrellas, y sobre la tierra angustia de naciones [sin precedente]”. (Mateo 24:29; Lucas 21:25.)
   ¿En qué sentido ‘se oscurecerá el sol, la luna no dará su luz, las estrellas caerán y los poderes de los cielos serán sacudidos’? Al principio de la gran tribulación, muchas lumbreras —los clérigos prominentes del mundo religioso— serán desenmascaradas y eliminadas por “los diez cuernos” mencionados en Revelación 17:16. Sin duda los poderes políticos también serán sacudidos. ¿Pudieran producirse asimismo sucesos aterradores en los cielos físicos? Es muy probable que así sea, y serán aún más impresionantes que los ocurridos al finalizar el sistema judío, acerca de los cuales escribió Josefo. Sabemos que en el pasado Dios usó su poder para causar cataclismos de esa clase, y puede volver a hacer lo mismo. (Éxodo 10:21-23; Josué 10:12-14; Jueces 5:20; Lucas 23:44, 45.)
   Al llegar a este punto, los tres evangelistas utilizan tó·te (entonces) para introducir lo que sigue. “Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre.” (Mateo 24:30; Marcos 13:26; Lucas 21:27.) La cual todas las naciones se verán forzadas a reconocer. Cuando Jesús venga con las nubes de la invisibilidad, todos sus opositores humanos tendrán que reconocer dicha ‘venida’ (griego er·kjó·me·non) debido a la demostración sobrenatural de su poder real. (Revelación 1:7.)
   Mateo 24:30 emplea otra vez la palabra tó·te para introducir lo que sigue. Entonces las naciones se golpearán y se lamentarán al presentir las consecuencias de la situación en que se encuentran, quizás dándose cuenta de que su destrucción es inminente. ¡Qué distinta será la reacción de los siervos de Dios, pues podremos alzar nuestras cabezas, sabiendo que nuestra liberación se acerca! (Lucas 21:28.) Revelación 19:1-6 también muestra que los verdaderos adoradores en el cielo y en la Tierra se regocijarán por el fin de la gran ramera.
   La profecía de Jesús continúa diciendo, según Marcos 13:27: “Entonces [tó·te] él enviará los ángeles y reunirá a sus escogidos desde los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo”. Jesús ahora se concentra en los “escogidos” aún vivos en la Tierra. En la etapa inicial de la conclusión del sistema de cosas se juntó a estos discípulos ungidos de Jesús en unidad teocrática. No obstante, según la secuencia utilizada, Marcos 13:27 y Mateo 24:31 hacen referencia a algo más. “Con un gran sonido de trompeta” se recogerá de todos los cabos de la Tierra a los “escogidos” que queden. ¿Cómo se les juntará? IEVE los ‘sellará’ y los identificará claramente como parte de “los llamados y escogidos y fieles”. Y a su debido tiempo, a los que tengan asignación en los cielos los reunirá en el cielo para que sean reyes y sacerdotes. Esto será causa de inmensa alegría para ellos y para sus fieles compañeros compuesta igualmente de personas marcadas para que ‘salgan de la gran tribulación’ y disfruten de bendiciones en una tierra paradisíaca. (Mateo 24:22; Revelación 7:3, 4, 9-17; 17:14; 20:6; Ezequiel 9:4, 6.)

   La respuesta de Jesús a la petición de sus apóstoles “Dinos” traspasó los límites de su comprensión. Sin embargo, se alegraron de ver el primer cumplimiento de esta profecía en el transcurso de su vida. Nuestro examen de la respuesta de Jesús se ha concentrado en la parte de la profecía que se cumplirá en el futuro próximo. (Mateo 24:29-31; Marcos 13:24-27; Lucas 21:25-28.) Ya podemos ver que nuestra liberación se avecina. Podemos esperar con anhelo el comienzo de la gran tribulación; entonces se verá la señal del Hijo del hombre y entonces se recogerá a los escogidos de Dios. Por último, en calidad de Ejecutor nombrado por IEVE, nuestro Rey-guerrero, Jesús entronizado, ‘completará su victoria’ en Armagedón. (Revelación 6:2.) El día de IEVE, cuando ejecute venganza, será el grandioso final de la conclusión del sistema de cosas.
   Continúe beneficiándose de la enseñanza divina para que pueda responder al cumplimiento futuro de las palabras de Jesús: “Al comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen la cabeza, porque su liberación se acerca”. (Lucas 21:28.)  ¡Qué espléndido futuro aguarda a todos los escogidos cuando DIOS santifique su sagrado nombre!


martes, 18 de marzo de 2014

Crisis con Rusia





Hace pocas horas, Putin ha firmado la anexión de Crimea a Rusia, de esta forma dividiendo a Ucrania. Y mientras tanto, Francia afirma que Rusia ya ha sido expulsada del G-8, mientras que Alemania habla de una "suspensión". Mientras tanto, el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó hoy en Varsovia que la comunidad internacional “condena” la violación de la soberanía de Ucrania, y anunció futuras sanciones contra Rusia.

El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, también ha indicado que la comunidad internacional no reconocerá jamás "el intento de anexión" de Crimea a Rusia, que definió como "una amenaza a la paz" internacional y "claramente ilegal". Por otra parte, el presidente de EE UU, Barack Obama, invitó este martes a los líderes del Grupo de los Siete (G7) a reunirse la semana próxima en La Haya para analizar la crisis en Ucrania y los próximos pasos a seguir. 
Obama, que iniciará este domingo una gira por Europa, convocó a los líderes del G7, formado por EE UU, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y el Reino Unido, a reunirse paralelamente a la Cumbre de Seguridad Nuclear prevista en La Haya los días 24 y 25 de marzo, según detalló la Casa Blanca en un comunicado. La reunión del bloque, que engloba a todos los miembros del G8 menos Rusia, "estará centrada en la situación de Ucrania y en nuevas medidas que el G7 puede tomar para responder a la evolución de los acontecimientos y apoyar a Ucrania", precisa el comunicado del portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Presidencia de EEUU, Caitlin Hayden.

lunes, 17 de marzo de 2014

CRECE EL HOSTIGAMIENTO INTERNACIONAL




La UE y Estados Unidos sancionan a altos cargos rusos
Bruselas restringe visados y congela bienes en territorio comunitario para 21 personas; Obama emite una orden ejecutiva contra siete altos funcionarios rusos y ucranianos, entre ellos Yanukóvich

Los ministros de Exteriores de la Unión Europea (UE) acordaron hoy sancionar a 21 rusos y ucranianos considerados responsables de la inestabilidad en la región autónoma ucraniana de Crimea.

El presidente de EE.UU., Barack Obama, emitió hoy una orden ejecutiva con sanciones contra siete altos funcionarios del Gobierno de Moscú, en respuesta al referendo celebrado en Crimea, cuya población votó mayoritariamente a favor de la anexión a Rusia.

Las sanciones van dirigidas a golpear la «riqueza personal» de estos «compinches» de Putin, según indicó un alto funcionario estadounidense bajo condición de anonimato en una conferencia telefónica con periodistas.
Putin no figura entre los afectados por la orden ejecutiva firmada por Obama, porque es «altamente inusual» y «bastante extraordinario» para Estados Unidos «sancionar al jefe de Gobierno de otro país», argumentó el alto funcionario.
Los activos y propiedades en Estados Unidos de los once individuos sancionados hoy serán congelados y se prohíbe a los ciudadanos estadounidenses realizar negocios con ellos.
El paquete de sanciones constituye la más seria confrontación entre Estados Unidos y Rusia desde el fin de la Guerra Fría.

Mientras tanto un sector de Estados Unidos pide que Obama se salga de este lío.
Líderes rusos ven planes de guerra de EEUU y la OTAN contra Rusia usando a Ucrania


OBAMA CONFRONTADO SOBRE SU PLAN DE GUERRA NUCLEAR CONTRA RUSIA
domingo, 16 de marzo de 2014

La siguiente noticia es para ponernos alerta.

EL G-8 prepara la expulsión de Rusia por la Crisis de Ucrania

http://www.abc.es/internacional/20140315/abci-expulsion-rusia-ucrania-201403152101.html

Las siete grandes potencias integrantes del G7 se disponen a expulsar a Rusia del denominado G8 por su papel en el conflicto de Ucrania, afirma el semanario alemán "Der Spiegel". - abc.


viernes, 14 de marzo de 2014

“¿Qué será la señal de tu presencia?”




“¿Cuándo serán estas cosas, y qué será la señal de tu presencia y de la conclusión del sistema de cosas?” (MATEO 24:3.)

A LA mayoría de las personas les interesa el futuro. ¿Y a usted? El profesor Alvin Toffler se refiere en su libro El “shock” del futuro a “la súbita proliferación de organizaciones dedicadas al estudio del futuro”. Añadió: “Hemos visto la creación de centros intelectuales de orientación futurista; la aparición de periódicos futuristas en Inglaterra, Francia, Italia, Alemania y Estados Unidos; la difusión de cursos universitarios sobre previsión”. Sin embargo, concluyó: “Desde luego, nadie puede ‘conocer’ el futuro de un modo absoluto”.
  El libro La adivinación del futuro dice: “La quiromancia, las bolas de cristal, la astrología, los naipes y el I Ching, son otras tantas técnicas más o menos complicadas para darnos idea de lo que nos reserva el futuro”. Pero, en vez de acudir a métodos humanos, sería mejor que buscáramos una fuente confiable: IEVE.
   El Dios verdadero dijo: “De seguro tal como he calculado, así tiene que suceder; y tal como he aconsejado, eso es lo que se realizará”. (Isaías 14:24, 27; 42:9.) Sí, IEVE ha podido aconsejar a la humanidad sobre lo que acontecerá, haciéndolo frecuentemente mediante voceros humanos. Uno de ellos escribió: “Jehová no hará ni una cosa a no ser que haya revelado su asunto confidencial a sus siervos los profetas”. (Amós 3:7, 8; 2 Pedro 1:20, 21.)
   Jesucristo fue el profeta principal de Dios. (Hebreos 1:1, 2.) Concentrémonos en una de sus profecías clave, que anuncia cosas que están sucediendo ahora mismo a nuestro alrededor. Esta profecía también nos da una idea de lo que ocurrirá pronto, cuando el presente sistema inicuo termine y Dios lo reemplace con una nueva sociedad terrestre.
  Jesús probó que era un profeta. (Marcos 6:4; Lucas 13:33; 24:19; Juan 4:19; 6:14; 9:17.) Por eso, es comprensible que mientras sus apóstoles estaban sentados con él en el monte de los Olivos, desde donde se veía Jerusalén, le preguntaran acerca del futuro: “¿Cuándo serán estas cosas, y qué será la señal de tu presencia y de la conclusión del sistema de cosas?”. (Mateo 24:3; Marcos 13:4.)
  Hallará la pregunta y la respuesta de Jesús en Mateo capítulo 24, Marcos capítulo 13 y Lucas capítulo 21. Estos pasajes no son idénticos, pero sí son complementarios en muchos aspectos. Por ejemplo, solo Lucas menciona que habría ‘pestes en un lugar tras otro’. (Lucas 21:10, 11; Mateo 24:7; Marcos 13:8.) Es lógico que nos preguntemos: ¿Estaba Jesús prediciendo únicamente sucesos que sobrevendrían antes de que sus oyentes murieran, o incluyó nuestro tiempo y lo que nos depara el futuro?

Los apóstoles deseaban saber
  Solo unos días antes de que lo mataran, Jesús dijo que Dios había rechazado a Jerusalén, la capital de los judíos. La ciudad y su imponente templo serían destruidos. Entonces, algunos de los apóstoles pidieron una ‘señal de la presencia de Jesús’ y de la conclusión del sistema de cosas. (Mateo 23:37–24:3.) Sin duda estaban pensando principalmente en el sistema judío y en Jerusalén, pues no comprendían el alcance de lo que vendría más adelante. No obstante, al responderles, Jesús miró mucho más allá de lo que ocurrió en 70 E.C., cuando los romanos destruyeron Jerusalén. (Lucas 19:11; Hechos 1:6, 7.)
  Como podemos notar al leer los tres Evangelios, Jesús dijo que se alzaría nación contra nación y reino contra reino, que habría escaseces de alimento, terremotos, escenas espantosas y señales en el cielo. En el intervalo comprendido entre el momento en que Jesús dio la señal (33 E.C.) y la desolación de Jerusalén (66-70 E.C.), también aparecerían falsos profetas y falsos Cristos. Los judíos perseguirían a los cristianos, que estarían predicando el mensaje de Jesús.

   Estas facetas de la señal se cumplieron realmente, como lo confirma el historiador Flavio Josefo. Este relata que los seudomesías fomentaron la rebelión antes de la invasión romana. Se produjeron horribles terremotos en Judea y en otros lugares. Estallaron guerras en diversas partes del Imperio romano. ¿Hubo grandes hambres? Claro que sí. (Compárese con Hechos 11:27-30.) ¿Qué pasó con la divulgación del “Reino de Dios” el nuevo planteamiento para un mejor futuro de la humanidad? Pues bien, para el año 60 ó 61 E.C., cuando se escribió el libro de Colosenses, “la esperanza de esas buenas nuevas” del Reino de Dios se había oído en todas partes: en África, Asia y Europa. (Colosenses 1:23.)

“ENTONCES” el fin
   En algunos aspectos los acontecimientos que Jesús profetizó siguen una secuencia. Él dijo: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán [...] y entonces vendrá el fin”. En Mateo 24:14, la palabra “entonces” es una traducción del adverbio griego tó·te. Los especialistas en lengua griega explican que tó·te es un “adverbio demostrativo de tiempo” empleado “para introducir aquello que sigue en tiempo” o para “introducir un evento posterior”. De modo que Jesús predijo que se predicaría el Reino y entonces (‘a continuación’ o ‘inmediatamente después’) vendría “el fin”. ¿Qué fin?

    La predicción de Jesús tuvo un cumplimiento en los sucesos que llevaron al fin del sistema judío. Las guerras, los terremotos, las escaseces de alimento y otros acontecimientos predichos por Jesús ocurrieron durante un período de tres décadas. Sin embargo, a partir de Mateo 24:15, Marcos 13:14 y Lucas 21:20, leemos acerca de ciertos sucesos que estaban relacionados directamente con una destrucción inminente, cuando el fin estuviera a las puertas.

   Como reacción a la rebelión de los judíos de 66 E.C., los romanos, comandados por Cestio Galo, marcharon contra Jerusalén y sitiaron la ciudad que los judíos estimaban sagrada. (Mateo 5:35.) Pese a los contraataques judíos, los romanos irrumpieron en la ciudad. De esa manera se pusieron “de pie en un lugar santo”, tal como Jesús había predicho en Mateo 24:15 y Marcos 13:14. Después sucedió algo sorprendente. Aunque tenían rodeada la ciudad, los romanos se retiraron de manera inesperada. Los cristianos reconocieron de inmediato el cumplimiento de la profecía de Jesús, y esa retirada les permitió huir de Judea y refugiarse en las montañas al otro lado del Jordán. La historia muestra que eso fue lo que hicieron.

   Pero si los romanos se retiraron de Jerusalén, ¿por qué huir? Porque las palabras de Jesús mostraron que lo ocurrido indicaba ‘que la desolación de Jerusalén se había acercado’. (Lucas 21:20.) Así es, desolación. Predijo ‘una tribulación como la cual no había sucedido una desde el principio ni volvería a suceder’. Como tres años y medio más tarde, en 70 E.C., los ejércitos romanos, al mando del general Tito, verdaderamente sometieron a Jerusalén a una “gran tribulación”. (Mateo 24:21; Marcos 13:19.) Sin embargo, ¿por qué dijo Jesús que esta tribulación sería mayor que cualquier otra, pasada o futura?
   Los babilonios conquistaron la nación de Israel en 607  y destruyeron el templo en 586 a.E.C., y esa ciudad (Jerusalén) ha presenciado batallas horrendas en nuestro siglo. Sin embargo, lo que aconteció en 70 E.C. fue una tribulación realmente singular. Los guerreros comandados por Tito derrotaron a los judíos en una campaña que duró alrededor de cinco meses. Mataron a cerca de un millón cien mil judíos y se llevaron cautivos a unos cien mil. Además, demolieron Jerusalén. Todo esto demostró que el sistema de culto judío que anteriormente tenía la aprobación de Dios y que giraba en torno al templo había llegado a su fin. (Hebreos 1:2.) En efecto, lo que ocurrió en 70 E.C. podía calificarse apropiadamente de ‘tribulación como la cual no había sucedido una [en aquella ciudad, nación y sistema] desde el principio del mundo hasta entonces, no, ni volvería a suceder’. (Mateo 24:21.)

Como se predijo, aún quedaban cosas por ocurrir
   No obstante, Jesús no limitó su predicción a la tribulación del siglo primero. La Biblia muestra que este acontecimiento era el preludio de muchos otros, como lo indica el empleo de tó·te, o “entonces”, en Mateo 24:23 y Marcos 13:21. ¿Qué ocurriría en el período que siguió al año 70 E.C.? Tras la tribulación del sistema judío surgirían otros falsos Cristos y profetas. (LEASE EL TEMA “EL AYUDANTE”) (Compárese Marcos 13:6 con 13:21-23.) La historia corrobora la aparición de estos a través de los siglos desde la destrucción de Jerusalén, en 70 E.C., aunque no han logrado engañar a los que poseen agudeza espiritual y que han estado buscando la “presencia” de Cristo. (Mateo 24:27, 28.) Sin embargo, los sucesos posteriores a la gran tribulación de 70 E.C. dan una indicación de que Jesús estaba mirando más allá de aquella tribulación, que solo fue el cumplimiento inicial o el modelo en miniatura de una gran tribulación futura.
   Al comparar Mateo 24:15-28 y Marcos 13:14-23 con Lucas 21:20-24, encontramos una segunda indicación de que la profecía de Jesús se extendía mucho más allá de la ruina de Jerusalén. Recuerde que Lucas es el único que mencionó pestes. Del mismo modo, es el único que cerró esta parte con las siguientes palabras de Jesús: “Jerusalén será hollada por las naciones, hasta que se cumplan los tiempos señalados de las naciones [“tiempos de los gentiles”, Reina-Valera, 1977]”. (Lucas 21:24.) Los babilonios depusieron al último rey judío como su vasallo en 586 a.E.C., y después de aquello, Jerusalén, que representaba al Reino de Dios, fue hollada o pisoteada. (2 Reyes 25:1-26; 1 Crónicas 29:23; Ezequiel 21:25-27.) En Lucas 21:24 Jesús indicó que tal situación perduraría hasta que llegara el tiempo para que Dios estableciera un nuevo “Reino” a escala mundial.
   Hay una tercera indicación de que Jesús estaba señalando a un futuro distante: según las Escrituras, el Mesías habría de morir y ser resucitado, después de lo cual se sentaría a la diestra de Dios hasta que el Padre lo enviara para sojuzgar. (Salmo 110:1, 2.) Jesús mencionó que se sentaría a la diestra del Padre. (Marcos 14:62.) El apóstol Pablo confirmó que el resucitado Jesús estaba a la diestra de Dios aguardando el tiempo en que se le nombraría Rey y Ejecutor Divino. (Romanos 8:34; Colosenses 3:1; Hebreos 10:12, 13.)

   En el capítulo 6 de Revelación encontramos la cuarta y última indicación de que la predicción de Jesús sobre la conclusión del sistema de cosas iba más allá del siglo I. Décadas después de 70 E.C., el apóstol Juan describe una apremiante escena de varios jinetes en acción. (Apocalipsisi-Revelación 6:2-8.) Esta visión profética del “día del Señor” —el día de su presencia— identifica nuestro tiempo como una época de guerras sin igual (versículo 4), hambre general (versículos 5 y 6) y “plaga mortífera” (versículo 8). Evidentemente, este cuadro tiene su paralelo en lo que Jesús dijo en los Evangelios, y demuestra que esta profecía tiene un cumplimiento mayor en la etapa actual de nuestro tiempo que abarcará el hasta el ‘día del Señor’. (Revelación 1:10.)

    Por lo tanto, ¿a qué conclusión debemos llegar tocante a cómo contestó Jesús la pregunta de los apóstoles? Su profecía anunció con exactitud tanto los sucesos que condujeron a la destrucción de Jerusalén como la destrucción misma, así como algunos hechos que ocurrirían después de 70 E.C. No obstante, casi todos estos sucesos tendrían un cumplimiento mayor en el futuro, culminando en una gran tribulación que pondría fin al presente inicuo sistema de cosas. Eso significa que la predicción de Jesús recogida en Mateo 24:4-22 y los pasajes análogos de Marcos y Lucas se cumplió desde el año 33 E.C. hasta la tribulación del año 70 E.C. Sin embargo, estos mismos versículos tendrían un segundo cumplimiento, que incluiría una tribulación de mayores proporciones en el futuro. ¿Nos hallamos ante tal cumplimiento?  ¿Vemos prueba de ello a diario?
¿A qué llevará?
   Jesús no terminó su profecía mencionando a los falsos profetas que ejecutarían señales engañosas durante el largo período que transcurriría antes ‘de que se cumplieran los tiempos señalados de las naciones’. (Lucas 21:24; Mateo 24:23-26; Marcos 13:21-23.) Pasó a hablar de otros sucesos sobrecogedores que se observarían por toda la Tierra. Estos estarían relacionados con la venida del Hijo del hombre con poder y gloria. Marcos 13:24-27 es representativo de la profecía secuencial de Jesús:

Continuará: