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martes, 16 de julio de 2013

Una exégesis de Mateo



A diferencia de varios críticos de la Biblia que creen que Mateo fue escrito después de la destrucción de Jerusalén en 70 E.C (usando el argumento de  la profecía tardía), tenemos razones sólidas de que el escritor de Mateo lo hizo antes de la destrucción de Jerusalén y que recoge parcialmente la profecía de Jesús sobre la destrucción de la misma. El escrito de Mateo demuestra que la profecía de Jesús fue real.

# Los críticos declaran que los escritores narraron profecías después del cumplimiento.

Lo podemos probar con algunos pasajes:

Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra; porque en verdad les digo: De ninguna manera completarán el circuito de las ciudades de Israel hasta que llegue el Hijo del hombre. - Mateo 10:23

Aquí el escritor señala la creencia de que antes de que se complete la predicación en Israel retornaría el Maestro a la Tierra. Esto es una prueba de que Mateo se escribió antes de 70 E.C puesto que el Maestro no retornó a Palestina, y por lo tanto la citada expresión representa un anhelo anterior al sitio romano sobre la ciudad. No habría tenido sentido presentar estas palabras después del 70 E.C

En Mateo 24:15-22 claramente se está hablando de la gran tribulación judía en 70 E.C. La expresión "los que estén en judea" (ver. 16) y "Sigan orando que su huida no ocurra en tiempo de invierno, ni en día de sábado; porque entonces habrá gran tribulación" (ver. 20,21) nos demuestra que la gran tribulación se conecta con los judíos. Se habla de que la huida no ocurra en "día de sábado" lo cual nos confirma que la gran tribulación narrada es la que ocurriría en 70 E.C.

Ahora bien, en los versículos del 29-31 se conecta dicha tribulación con la creencia de que la Parausía ocurriría en esos tiempos. Se dice "Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días el sol será oscurecido (...) Y entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre, y entonces todas las tribus de la tierra se golpearán en lamento, y verán al Hijo del hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria" (ver. 29,30).

Si Mateo hubiese sido redactado después del 70 y tras comprobar que el Maestro no retornó a la tierra, éstas palabras habrían quitado autoridad al relato expuesto. Por lo tanto, se hace patente que el redactor de Mateo lo hizo antes del 70 expresando una gran creencia y expectación por el inminente retorno de Jesús o el Mesías. Esto queda patente también en otras partes del Evangelio como cuando se dice "En verdad les digo que de ningún modo pasará esta generación hasta que sucedan todas estas cosas" - Mateo 24:34 . Obviamente Jesús se refería a la generación de sus oyentes que vería la destrucción de Jerusalén.

La idea de mezclar la destrucción de Jerusalén con la Parausía de Cristo vuelve a aparecer en un texto que muchos comentaristas religiosos evaden:

"Pero Jesús se quedó callado. Por eso el sumo sacerdote le dijo: “¡Por el Dios vivo te pongo bajo juramento de que nos digas si tú eres el Cristo el Hijo de Dios!”. Jesús le dijo: “Tú mismo [lo] dijiste. Sin embargo, digo a ustedes: De aquí en adelante verán al Hijo del hombre sentado a la diestra del poder y viniendo sobre las nubes del cielo” Mateo 26:63,64

Aquí Jesús está en su juicio nocturno pocas horas antes de morir y se muestra una declaración casi idéntica a la de Mateo 24:30. Es más, el redactor de Mateo 26:64 da a entender que los judíos que enjuician a Jesús lo "verían viniendo sobre las nubes del cielo". Y esto era una demostración del castigo que sufrirían en la destrucción de Jerusalén en 70. Y aunque Jesús no regresó a la Tierra en 70 E.C para destruir el sistema judío y ser observado por sus enemigos, esto demuestra la firme creencia del escritor de Mateo de asociar su Parausía con la destrucción de Jerusalén. Si Mateo hubiese sido redactado después de 70 E.C, estas frases darían a entender que Jesús se equivocó ya que no regresó.

No obstante, hay evidencia de que algunas partes de Mateo finalmente se añadieron el siglo II creando algunos retoques finales al texto. Y estos elementos hacen suponer a los críticos que todo el Evangelio fue creado en fechas posteriores al siglo II.  

Aunque gran parte de Mateo claramente fue redactado antes de 70 E.C esto no quiere decir que Jesús necesariamente dijo textualmente lo que aparece en Mateo 24: 29-31:

 ”Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días el sol será oscurecido, y la luna no dará su luz, y las estrellas caerán del cielo, y los poderes de los cielos serán sacudidos. Y entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre, y entonces todas las tribus de la tierra se golpearán en lamento, y verán al Hijo del hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria.  Y él enviará sus ángeles con un gran sonido de trompeta, y ellos reunirán a los escogidos de él desde los cuatro vientos, desde un extremo de los cielos hasta su otro extremo".

Claramente ciertas partes de Mateo comenzaron a ser redactadas  después del Pentecostés. Sin embargo, en un periodo anterior a 66 E.C (en esas tres décadas) se insertaron otros elementos que eran más bien comentarios a modo de paráfrasis de lo que se creía que Jesús había dicho. Y finalmente después del siglo II se hicieron otras inserciones y retoques finales dando vida al texto completo que tenemos hoy.

Un ejercicio científico nos demuestra que las frases de Mateo 24:29-31 posiblemente no fueron dichas por Jesús, sino que son una paráfrasis posterior.

Pocas semanas del discurso de Mateo 24 en el Monte de los Olivos, en el día de Pentecostés Pedro utiliza las frases "el sol será oscurecido, y la luna no dará su luz" pero lo hace citando a Joel y no a lo que Jesús hubiese dicho.

"Por el contrario, esto es lo que se dijo por medio del profeta Joel: “Y en los últimos días —dice Dios— derramaré algo de mi espíritu sobre toda clase de carne, y sus hijos y sus hijas profetizarán, y sus jóvenes verán visiones y sus viejos soñarán sueños; y aun sobre mis esclavos y sobre mis esclavas derramaré algo de mi espíritu en aquellos días, y profetizarán. Y daré portentos presagiosos en el cielo arriba y señales en la tierra abajo, sangre y fuego y neblina de humo; el sol será convertido en oscuridad y la luna en sangre antes que llegue el grande e ilustre día de Jehová. Y todo el que invoque el nombre de Jehová será salvo”’-Hechos 2: 16-21

Esto es extraño, ya  que Pedro (que fue testigo de las revelaciones de Jesús en el Monte) hubiese quedado al igual que nosotros inmensamente impactado por el asunto de los fenómenos celestes revelado semanas antes ("el sol será oscurecido") que de forma lógica hubiese presentado la luz más actualizada que habría revelado Jesús sobre el asunto y no citando textualmente  a Joel. Es como si Pedro no hubiese escuchado la última aclaración de Jesús sobre Joel (en relación a vincular a Joel con la Parausía) o claramente Jesús no dijo esas palabras en el Monte y éstas realmente se derivan de las ideas de los apóstoles (incluyendo a Pedro).

Incluso el apóstol Pablo muchos años después de la resurrección de Jesús cita al Maestro como la última actualización de un asunto y no a un escrito del antiguo testamento:

"y tienen que tener presentes las palabras del Señor Jesús, cuando él mismo dijo: ‘Hay más felicidad en dar que en recibir’”

Pablo no cita de los Proverbios que contienen sentencias parecidas a las de Jesús, sino que enfatiza la última actualización de Jesús sobre un asunto. Y esto Pablo lo hace muchos años después e incluso sin haber conocido al Maestro personalmente.

¿Cómo es posible que Pedro no se hubiese referido al hablar de los fenómenos celestes a la última actualización de Jesús, sobre todo si habían pasado pocas semanas? Lo más lógico es que los dichos de Jesús le hubiesen impactado tanto que habría citado al Maestro sobre la aclaración de la profecía de Joel.

Esto nos muestra que la idea de hibridar los dichos de Jesús con las profecías de Joel es algo que se desarrolla en la mente de los apóstoles y que es insertado en el texto en fechas posteriores.