VIVIMOS en una época crítica. Constantemente se cuestionan los valores y estilos de vida tradicionales. La voluble mezcla de religión y política nos empuja de una crisis a otra. La ciencia y la tecnología no han aportado ninguna solución permanente a los problemas de la humanidad. Muchas personas están convencidas de que la actual situación no puede mejorar a menos que se introduzca un sistema mundial completamente nuevo.
Pero ¿cómo llegará semejante era? ¿Por la intervención de Dios? En ese caso, ¿hemos de seguir esperando? ¿O podemos hacer algo al respecto? ¿Podemos instaurar nosotros esa nueva era que tanto necesitamos? En todo el mundo, millones de personas de toda condición social creen que pueden desempeñar un papel activo en la instauración de una nueva era de paz y hermandad. Pertenecen al innovador movimiento Nueva Era, y desean que usted se una a ellas.
Un movimiento mundial
¿Ha oído hablar de este movimiento? En muchos países la expresión “Nueva Era” se ha aplicado libremente a algunos estilos populares de literatura, música y arte. Hay incluso restaurantes Nueva Era. Celebridades de los deportes y el cine promueven dicho movimiento. Sus adherentes organizan habitualmente asambleas y exposiciones. La expresión “Nueva Era” también se ha vinculado a una amplia variedad de artículos de consumo, como cosméticos, productos de belleza, vitaminas y productos dietéticos. Los libros sobre el tema de la Nueva Era se venden por millones. Algunos establecimientos hasta disponen de una sección dedicada a ellos. Muchos de estos libros ejercen una gran influencia religiosa en los lectores.
En el libro The Cosmic Self—A Penetrating Look at Today’s New Age Movements (La personalidad cósmica: una mirada penetrante a los movimientos Nueva Era de hoy), Ted Peters describe el movimiento como “el equivalente de una bomba-H religiosa en continua explosión durante cuatro décadas”. Luego añade que “los profetas de la Nueva Era están haciendo conversos; y adoptan sus enseñanzas [...] protestantes, católicos romanos, judíos y ateos, así como el creciente número de budistas e hindúes que hay en Norteamérica”.
El periódico londinense The Times dice que este movimiento “probablemente sea hoy la fe que más deprisa aumenta en Occidente. Se calcula que pronto el 25% de los estadounidenses admitirá ciertas convicciones relacionadas con la Nueva Era”. La revista suiza Fundamentum comentó que en los Países Bajos se reunían con regularidad alrededor de un centenar de teólogos “para discutir cómo puede introducirse el pensamiento de la Nueva Era en la vida de la Iglesia y también en el sermón”. Otra revista publica que “en diferentes países del mundo se siguen de distintas maneras los ideales de la Nueva Era, pero la atracción es universal”.
Las grandes empresas comerciales han gastado millones de dólares en asesores y en inscribir a sus empleados en cursillos de este movimiento. El periódico californiano San Francisco Chronicle dice que “el pensamiento de la Nueva Era ha penetrado en los mayores baluartes de las instituciones comerciales de Estados Unidos”. Y añade que un sondeo llevado a cabo en 500 empresas reveló que en más del 50% influía hasta cierto grado el pensamiento de la Nueva Era.
¿Qué es exactamente la tendencia Nueva Era, y cómo surgió? ¿Conseguirá traer paz y armonía a la Tierra? ¿Cuáles son sus enseñanzas, y qué efecto tiene en usted?
¿Qué es el movimiento Nueva Era?
NO ES una organización; sin embargo, centenares de organizaciones fomentan sus enseñanzas.
No cuenta con una dirección central, aunque el número de sus filósofos y maestros probablemente ascienda a miles.
No tiene un libro oficial de dogmas y creencias, aunque sus adeptos pueden estudiar su ideología en casi toda biblioteca pública del mundo.
No adora a ningún dios personal, aunque suele promover la idea de que se puede encontrar un dios en todas partes.
¿A qué nos referimos? Al movimiento Nueva Era: una mezcla de ideologías religiosas, culturales, sociales, políticas y científicas, combinada con la fascinación por el misticismo oriental, lo paranormal, el ocultismo y hasta algunas ramas de la psicología moderna. Incluye la creencia en la astrología, la reencarnación, la vida extraterrestre, la evolución y la vida después de la muerte. Otros ingredientes importantes son el interés por el medio ambiente y la salud.
Cualquier persona puede unirse a este movimiento. No existe ningún rito de iniciación ni bautismo. Tampoco es necesario abandonar la filiación religiosa para pertenecer a él. Por otro lado, a muchos les molesta que se les identifique con el movimiento Nueva Era simplemente por creer en algunos de sus conceptos o por gustarles algo del arte o la música llamados Nueva Era.
Los adeptos rara vez emplean ese nombre para identificarse. En realidad, el nombre Nueva Era se usa principalmente en los medios de comunicación. Actualmente los libros, las tiendas, los seminarios y los cursillos relacionados con esta ideología suelen evitar el término. La revista Library Journal explica que “la excesiva atención prestada por los medios de comunicación a finales de la década de los ochenta provocó un rechazo de los elementos más radicales de la Nueva Era (ovnis, canalización, cristales, etc.); esto queda reflejado en el hecho de que las principales editoriales [...] y hasta las imprentas dedicadas exclusivamente a esta materia descartan cada vez más ese nombre”. Por eso, es posible que muchas personas estén bajo la influencia de la Nueva Era sin siquiera darse cuenta.
¿Qué tiene de nuevo?
Muchos consideran que el movimiento es un fenómeno moderno. Según el profesor Carl Raschke, de la Universidad de Denver (Colorado, E.U.A.), el pensamiento de la Nueva Era es esencialmente “un resplandor de la contracultura de los sesenta”. Otros analistas también ubican los comienzos del movimiento en los años sesenta, con la búsqueda de la libertad y la verdad por parte de los hippies. Muchos de aquellos hippies, que ahora tienen ya más de 50 años o 60, siguen buscando aquella escurridiza verdad. Pero su búsqueda ya no se rechaza como el antojo caprichoso de unos adolescentes. Muchos de aquellos jóvenes son profesionales en campos respetados de la ciencia, están metidos en la política y se les considera miembros sensatos de la comunidad.
Durante los años setenta y ochenta utilizaron sus recursos intelectuales y económicos para continuar su búsqueda. ¿Con qué resultados? Su mezcla de creencias ha sido muy bien acogida y respetada. Además, como los medios de comunicación enseguida popularizaron la filosofía de la Nueva Era, esta ha alcanzado una gran difusión.
Pero lo cierto es que hay muy pocos elementos nuevos en las creencias de la Nueva Era. Por ejemplo, su filosofía se basa principalmente en el misticismo oriental, que tiene miles de años de antigüedad. Analicemos algunas de sus ideas.
La esperanza del movimiento Nueva Era
Con el año 2000 estuvo cobrando popularidad la noción de un futuro mejor, un milenio mejor. Una de las principales creencias es que la sociedad moderna tal como la conocemos será reemplazada por una sociedad utópica. Según los maestros de la Nueva Era, esto se conseguirá mediante un cambio radical de la forma de pensar convencional por medio del conocimiento místico que hasta hace pocos años había estado oculto o se había pasado por alto. Dicen que esta nueva era de armonía liberará el potencial humano e implantará paz espiritual en todo el mundo.
Al parecer, esta esperanza se fundamenta principalmente en las predicciones de astrólogos que señalan a nuestros días como el umbral que está entre la venidera era de Acuario y la caduca era de Piscis. Los defensores de esta teoría afirman que el signo zodiacal de Piscis ha tenido un efecto negativo en la humanidad durante casi dos mil años, y acusan a la cristiandad de ser la principal culpable de que exista una sociedad materialista y retrógrada. La culpan de entorpecer el progreso de la verdad. Pero esa verdad supuestamente se puede encontrar hoy día en las ciencias ocultas y será revelada durante la inminente era de Acuario, la era de la iluminación espiritual, la nueva era.
Los adeptos a este movimiento no se ponen de acuerdo en cuanto a si traerán esta nueva sociedad fuerzas cósmicas impersonales o los esfuerzos humanos. Una teoría dice que “pronto aparecerá una raza de Homo sapiens mutantes de la Nueva Era procedentes de semillas genéticas plantadas por maestros iluminados de hace tres mil quinientos años, y salvará al mundo de la codicia”. (The Wall Street Journal, 11 de enero de 1989.)
Sin embargo, esa esperanza de una edad de oro, Utopía o nuevo mundo no es nueva. El folclor de casi todas las culturas importantes contiene la esperanza de una futura sociedad utópica. Las mitologías sumeria, griega, romana y escandinava incorporaron dicha creencia. La Encyclopedia of Religion comenta: “El anhelo de una vida utópica en la que no existe la indigencia y donde reina la paz y la prosperidad ha formado parte integrante de la religión china desde la época pre-Ts’in (antes de 221 a.E.C.)”. El libro sagrado más antiguo, la Biblia, habla de un milenio en el que la humanidad alcanzará la perfección y en el que se eliminará la guerra, el delito, el dolor y la muerte. (Revelación 21:1-4.)
Una religión centrada en la propia identidad
En la película autobiográfica de Shirley MacLaine Out on a Limb, se ve a esta famosa actriz y escritora sobre temas de la Nueva Era, de pie en una playa azotada por el viento, con los brazos extendidos y exclamando: “¡Soy Dios! ¡Soy Dios!”. Al igual que ella, muchos adeptos a este movimiento promueven la búsqueda del yo superior y la idea de un dios que está en todos nosotros. Enseñan que para hallar su divinidad, el ser humano solo necesita aumentar su consciencia.
Dicen que una vez conseguido esto, se ve claramente la realidad de una interconexión universal —todo es dios y dios es todo—. Esta idea no es en absoluto nueva. Las antiguas religiones de Mesopotamia y Egipto creían que los animales, el agua, el viento y el cielo eran deidades. Más recientemente, se dice que Adolf Hitler instó a su pueblo a tener “una fe nueva, recia, heroica, en un dios inmanente, en la Naturaleza inmanente, en la nación misma, en un dios inseparable de su destino y de su sangre”.
La cultura de la Nueva Era está saturada de publicaciones, seminarios y cursillos sobre el potencial propio y el desarrollo personal. Un lema popular del movimiento es el de “Comprenda su propia identidad”. Se anima a las personas a probar todo aquello que pueda ayudarlas a liberar su potencial interno. En la revista Wilson Quarterly, cierto escritor expresó esta idea diciendo que la “enseñanza central del movimiento es ‘que uno puede creer lo que quiera siempre y cuando le vaya bien’”.
Margot Adler, guía de la ideología Nueva Era, explica que muchas de las mujeres que ingresan en movimientos feministas Nueva Era lo hacen “por razones muy personales. [...] Detestan su físico, se aborrecen a sí mismas. Ingresan en estos grupos, que esencialmente les dicen: ‘Usted es una diosa, usted es maravillosa’”.
La revista New York explicó cómo busca el yo superior cierto grupo: “Una mujer salmodia: ‘Somos las maestras del Nuevo Amanecer. Somos únicas’. Otras participantes, que llevan tocados con cuernos, máscaras con plumas y largas prendas de vestir finas y transparentes, danzan por el bosque, gruñendo y gesticulando, lamentándose y gimiendo”.
Ocultismo saneado
Algunos conceptos de la Nueva Era promueven una visión nueva y saneada del ocultismo. En la mente de muchos adeptos al movimiento, el satanismo ya no está vinculado a las ciencias ocultas. Cierta escritora publicó lo siguiente en la revista Free Inquiry: “Cada vez más personas practican la brujería, y ninguna de ellas tiene creencias que se relacionen con el satanismo”.
Una encuesta reciente efectuada en Alemania indicó que en ese país había 10.000 brujas activas. Hasta a los niños se les está atrayendo sutilmente al ocultismo. El libro alemán Der Griff nach unseren Kindern (El control de nuestros hijos) explica que por medio de “los Cd de cuentos infantiles, o los dibujos animados en la televisión los niños se están acostumbrando a una nueva imagen de la bruja, la de una mujer normal que utiliza la magia para fines buenos”. El libro añade: “Así se atrae la atención incluso de niños pequeños a un proceder relacionado con la Nueva Era que puede conducirlos a lo sobrenatural”.
Shirley MacLaine promueve en sus libros la idea de que las ciencias ocultas no son más que un conocimiento escondido, y que el hecho de que esté velado no significa que no sea cierto. Esta filosofía ha persuadido a un sinfín de personas a participar en prácticas espiritistas, como la adivinación, la astrología, la telepatía y la comunicación con los espíritus. A las que hablan con espíritus se las ha conocido por miles de años como médium espiritistas. No obstante, los adeptos a la Nueva Era llaman a esta práctica canalización. Su teoría consiste en que los espíritus de los muertos escogen a ciertas personas para ser sus canales de comunicación con la humanidad.
Estos pretendidos canales humanos pueden entrar en trance a voluntad y pronunciar o escribir mensajes de “iluminación” que supuestamente proceden de los muertos o de seres extraterrestres. A los espíritus de los muertos se les considera maestros iluminados que están a la espera del momento apropiado para reencarnarse. Mientras tanto, dicen que guían a la humanidad hacia una nueva era.
Muchos partidarios de este movimiento se reúnen con regularidad para escuchar lo que estos supuestos maestros tienen que decir a través de sus canales. Y los creyentes disponen de una gran variedad de espíritus a los que consultar. Entre los que se dice que hablan hoy día están los espíritus de John Lennon y Elvis Presley, extraterrestres con nombres como Attarro y Rakorczy y el de un guerrero de la mítica Atlántida que vivió hace treinta y cinco mil años llamado Ramtha.
La Nueva Era y la salud
Un número cada vez mayor de profesionales de la medicina creen que a los pacientes no se les debe tratar como simples máquinas rotas, sino que hay que dar atención a la salud mental y emocional del individuo. Este enfoque se conoce como medicina holística (del griego hólos: todo, entero), y no está relacionada necesariamente con la tendencia de la Nueva Era. Sin embargo, muchos adeptos a esta han abrazado con esperanza la medicina holística. El libro The Cosmic Self explica que sin tener que rechazar necesariamente a la institución médica, los partidarios de la Nueva Era abogan por tratar al paciente como un todo, a la persona entera, “un organismo vivo compuesto de cuerpo, mente y espíritu”.
Estas personas dicen que se puede encontrar buena salud fuera de la medicina convencional. “Es en la medicina alternativa donde la mayoría de la gente se encuentra por vez primera con conceptos de la Nueva Era”, dice el periódico británico The Herald. Y se exploran los campos más inusitados. Por ejemplo, Ian Gawler, cirujano veterinario y autor australiano, dice que el cáncer se puede curar con la meditación. Otras terapias calificadas normalmente de Nueva Era son la diagnosis astrológica, el análisis del aura, la hipnoterapia, la cirugía psíquica y la terapia de regresión a vidas anteriores. Estos métodos curativos suelen promocionarse en revistas especializadas en temas de salud, curas naturales, vitaminas, ejercicio y alimentación.
La Nueva Era y los cristales
Un método popular de curación incluye el uso de cristales y piedras preciosas (por ejemplo: cuarzo, amatista, topacio, rubí, ópalo y esmeralda). Uma Silbey, joyera de la Nueva Era, dice: “A lo largo de la historia se encuentran ejemplos de culturas que creían que el cuarzo podía incrementar la energía psíquica y los poderes curativos”. Y añade: “Los sumerios, los mayas y otras civilizaciones empleaban cristales de cuarzo con fines terapéuticos”.
¿Cómo se utilizan esos cristales? Los terapeutas que recurren a los cristales afirman que las dolencias físicas y mentales pueden sanarse colocando cristales de cuarzo u otras piedras preciosas sobre zonas específicas del cuerpo. Katrina Raphaell, una gurú de la Nueva Era especializada en la terapia con cristales, explica que “se pueden poner bajo la almohada mientras la persona duerme para inspirar sueños elevados y proféticos. Se pueden utilizar en prácticas curativas para estabilizar emociones variables, tranquilizar mentes perturbadas y ayudar a curar desequilibrios del organismo. Se pueden sostener durante el parto para tener más fuerza”.
La Nueva Era y el medio ambiente
El movimiento Nueva Era es “limpio, es verde y está de moda”, dice una revista británica para adolescentes llamada TSBeat. La participación activa en promover la consciencia ecológica y la protección medioambiental ha contribuido a crear una imagen positiva de los movimientos Nueva Era, y este mensaje de apoyo al medio ambiente ha atraído a muchas personas a sus enseñanzas. Sin embargo, el interés de este movimiento por el medio ambiente con frecuencia se expresa con verdaderos actos de adoración a la naturaleza, con rituales parecidos a los de las ceremonias primitivas dedicadas a la diosa-tierra.
¿Es esta expresión moderna de misticismo antiguo la solución a nuestros problemas? ¿Se salvará el planeta gracias a la sabiduría de brujas y extraterrestres? ¿Llegará algún día una nueva era de paz y prosperidad?
[Notas]
Utopía: “En filosofía, concepción de la sociedad ideal o perfecta, que excluye todos los aspectos negativos de su existencia real”. (Diccionario enciclopédico Santillana.)
El libro en el que se basa esta película ha sido traducido al español con el título: “Lo que sé de mí”.
Los fenómenos religiosos de la Nueva Era recurren, entre otras cosas, a la astrología, la telepatía, la meditación y los cristales
Los métodos curativos de la Nueva Era incluyen el uso de cristales
MacLaine, la Nueva Era y Ramtha
“LA DIMENSIÓN astral era real aunque no pudiéramos verla o medirla en términos lineales. Existe una realidad mayor que la realidad que percibimos conscientemente. Esto es lo que se ha venido a llamar la nueva edad del pensamiento. Una nueva edad de consciencia. [...]
”Hablé con médiums acreditadas que canalizaban guías espirituales desde el plano astral. Establecí relaciones con aquellas ‘entidades’. [...] Una de ellas fue más profunda que las demás. Su nombre era [...] Ramtha el Iluminado. [...] Me contó que había tenido una encarnación durante el período de la Atlántida, y que en ese período había logrado una realización total. [...] Cuando miré a los ojos de Ramtha, me oí a mí misma diciendo: ‘¿Eras tú mi hermano en tu encarnación de la Atlántida?’
”Sus ojos vertieron [...] lágrimas. ‘Sí, querido mío —me dijo—, y tú eras mi hermano.’”
MacLaine añade: “El objetivo de su educación espiritual era comunicar la verdad de que nosotros éramos Dios. Nosotros éramos tan capaces de llegar al conocimiento como él”. (Bailando en la luz, de Shirley MacLaine.)
Compárense estas declaraciones con Génesis 3:5, donde la Serpiente (Satanás) dijo mentirosamente a Eva: “Dios sabe que en el mismo día que coman de él tendrán que abrírseles los ojos y tendrán que ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo”. Los que desean la aprobación de Dios deben rehuir toda relación con espíritus inicuos y engañosos. La Ley de Moisés decía: “No se vuelvan a los médium espiritistas, y no consulten a pronosticadores profesionales de acontecimientos, para hacerse inmundos por medio de ellos. Yo soy Jehová el Dios de ustedes”. (Levítico 19:31.)
¿“Una droga más en una sociedad infestada de drogas”?
“El MOVIMIENTO Nueva Era —la última aportación a la larga historia de modas y panaceas espirituales excéntricas— provoca una mezcla de burla e indignación. Su patente comercialización, además del declive de la religiosidad, despierta la sospecha de que se trata de un fraude religioso a gran escala.
”El movimiento Nueva Era trata de combinar la meditación, el pensamiento positivo, la curación por fe, [...] el misticismo, el yoga, las curas de agua, la acupuntura, el incienso, la astrología, la psicología de Jung, el biofeedback [sistema mecanizado por el que se pueden llegar a controlar las distintas funciones del organismo], la percepción extrasensorial, el espiritualismo, [...] la teoría de la evolución, la terapia sexual de Reich, las mitologías antiguas, [...] la hipnosis y muchísimas otras técnicas creadas para aumentar la consciencia, e incluye elementos tomados de las principales tradiciones religiosas. [...]
”Reemplazar la religión por la Nueva Era tranquiliza la conciencia en lugar de molestarla. La enseñanza central es que uno puede creer lo que quiera siempre y cuando le vaya bien. Un lema del movimiento es: ‘Si usted lo cree, será verdad’. [...]
”La cuestión no es si las terapias de la Nueva Era realmente surten efecto, sino si la religión debería quedar reducida a una terapia. Si la religión no ofrece nada más que una elevación del espíritu, se convierte en una droga más en una sociedad infestada de drogas.”—“The New Age Movement: No Effort, No Truth, No Solutions. Notes on Gnosticism—Part V” (“El movimiento Nueva Era: ni esfuerzo ni verdad ni soluciones. Notas sobre el gnosticismo.—Parte V”), de Christopher Lasch, profesor de la cátedra Watson de Historia en la Universidad de Rochester (Nueva York, E.U.A.).
¿Cómo vendrá la verdadera nueva era?
SHIRLEY MACLAINE, autora de libros sobre la Nueva Era, expresó un sentimiento muy común cuando escribió: “Cada vez me preocupaban más las desgracias del mundo. Y eso es algo que no puedes evitar, cuando palpas la miseria, el hambre, el odio. Yo empecé a viajar a los diecinueve años y ahora, a los cuarenta y tantos, me daba cuenta de que las cosas habían ido de mal en peor”.
De igual modo, en todas partes la gente está cansada de la hipocresía y la falsedad religiosas. Se siente frustrada por la negligencia y la incapacidad de los gobiernos. Está alarmada por la indiferencia y los errores que se perciben en la profesión médica. Y muchas personas son víctimas de prejuicios raciales o sexistas y de actitudes fanáticas.
¿Una solución realista?
No hay duda de que necesitamos desesperadamente un nuevo mundo. Ahora bien, ¿son realistas las esperanzas del movimiento Nueva Era? ¿O se asemeja su descripción del futuro más a las películas de ciencia-ficción? ¿Es prudente poner fe en profecías que se basan en tradiciones olvidadas, mitos antiguos y especulaciones?
Es cierto que muchos de los conceptos adoptados por este movimiento pueden causar cierto grado de bienestar físico y mental. La buena alimentación, el ejercicio, la relajación y el interés por el medio ambiente influyen de manera positiva en la vida. La profesión médica probablemente tendría más éxito si prestara más atención a las necesidades emocionales de los enfermos cuando atiende sus dolencias físicas. Pero tarde o temprano todo el mundo enferma y con el tiempo hasta la persona más sana muere. No podemos disfrutar plenamente de la vida con la perspectiva de enfermar y morir sobre nuestra cabeza. ¿Tienen los gurús de la Nueva Era una solución plausible para estos problemas?
Cada vez más personas se sienten tristes y deprimidas, y estos movimientos pueden hacer muy poco para impedirlo. El periódico londinense International Herald Tribune observó: “Si el siglo XX introdujo la era de la ansiedad, su consumación está presenciando el amanecer de la era de la melancolía”. Después añadió que el “primer estudio internacional sobre la depresión grave revela un aumento constante de este trastorno en todo el mundo”.
El movimiento Nueva Era, con su aura cuasirreligiosa, no satisface plenamente el vacío espiritual de la sociedad moderna. Como mucho, la ayuda espiritual que parece ofrecer solo es momentánea. Hay que admitir que la religión convencional, en especial la cristiandad, no ha saciado el hambre espiritual que reina en el mundo. Cierto periódico denunció abiertamente el “fracaso de la Iglesia en procurar dar ayuda a los que se sienten aislados, indiferentes y no queridos”. Tachó de blanda a la religión moderna y dijo que “privaba a la persona de toda sensación de encuentro directo con Dios”.
La Biblia: un libro de respuestas
La cristiandad ha adulterado y diluido las verdades de la Biblia. Pero muchas doctrinas del movimiento Nueva Era también son contrarias a las enseñanzas bíblicas. Considere, por ejemplo, la idea de que los humanos pueden solucionar los problemas de la Tierra. La Biblia dice claramente en Jeremías 10:23: “Al hombre terrestre no le pertenece su camino. No pertenece al hombre que está andando siquiera dirigir su paso”. Otro texto dice: “La salvación pertenece a Jehová”. (Salmo 3:8.)
La Biblia no enseña que los humanos tengan un alma inmortal que vive como entidad independiente, separada del cuerpo. Según las Escrituras, el alma muere, y la muerte pone fin a todo pensamiento y actividad. (Números 23:10; 35:11; Eclesiastés 9:5, 10.) Esto descarta claramente el concepto de la reencarnación.
Además, es imposible comunicarse con los muertos. Según la Biblia, cualquier supuesta comunicación con los muertos es en realidad una comunicación con los demonios: espíritus que son enemigos de Dios y de la humanidad. Por eso, en la Ley de Dios la práctica de espiritismo —que incluye toda forma de adivinación, astrología y consultas a médium espiritistas— se castigaba con la pena capital. (Levítico 19:31; 20:6, 27; Deuteronomio 18:10-12.)
La Biblia es la fuente de la verdadera curación espiritual. Contiene una serie de enseñanzas que ayudan a los cristianos a comprender su propia identidad y a transformar su personalidad. (Romanos 12:2; 2 Corintios 13:5; Efesios 4:21-24.) Enseña autodisciplina, juicio sano y respeto a uno mismo y a los demás.
La Biblia nos pone en contacto con el poder más elevado del universo, nuestro Creador. (Hechos 17:24-28.) Muestra que ejerciendo fe en el sacrificio de rescate de su Hijo, la humanidad puede alcanzar la vida eterna en un paraíso terrestre. (Romanos 6:23.) Proporciona respuestas satisfactorias a preguntas como: ¿Por qué ha permitido Dios tanto sufrimiento? ¿Quiénes son los poderosos entes de la región invisible? ¿Son ellos responsables de muchos de los llamados fenómenos paranormales?
La Biblia promete para el futuro salud perfecta, vida eterna y un nuevo mundo de paz y armonía, con un medio ambiente limpio, aquí mismo en la Tierra. (Isaías 33:24; 2 Pedro 3:13.) Todo parece indicar que en ese nuevo mundo el ser humano incrementará su conocimiento y descifrará, con la dirección de Dios, muchos misterios sobre el cuerpo humano, nuestro planeta y el resto del universo. Todo ello se conseguirá gracias al poder de Jehová, un Dios que ama a la humanidad.
¿Estará usted allí?
Sin embargo, la Biblia también enseña que estas bendiciones solo están al alcance de los que viven en armonía con las leyes de Dios. Estas leyes no son opresivas, pero deben obedecerse. (Proverbios 4:18, 19; 1 Juan 5:3.) No es posible concordar con las ideas no bíblicas del movimiento de la Nueva Era y al mismo tiempo creer en la Biblia. (1 Corintios 3:18-20; 10:18-22; Santiago 4:4.)
De modo que los cristianos verdaderos evitan enredarse con las ideas no bíblicas de este movimiento. Pero hay que ser juiciosos y razonables. Debe tenerse en cuenta que la etiqueta “Nueva Era” ha llegado a utilizarse ampliamente para cosas que no se originaron en ese movimiento y que no son necesariamente contrarias a lo que enseña la Biblia. Esto es cierto sobre todo en los campos de la salud, la alimentación, el arte y la música. Por consiguiente, los cristianos deben tener discernimiento y un equilibrio racional al tiempo que procuran mantenerse alejados de todo aquello que se condena en la Biblia. Proverbios 14:15 ofrece un consejo sabio y apropiado: “Cualquiera que es inexperto pone fe en toda palabra, pero el sagaz considera sus pasos”.
Sí, la Biblia es la llave para la verdadera iluminación. El rechazo general a las Santas Escrituras que manifiestan los partidarios del movimiento Nueva Era solo puede traer más oscuridad al mundo. Pero la Biblia suministra luz espiritual y la esperanza de un nuevo mundo que Dios ha prometido: “‘¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. Y limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado’. Y Aquel que estaba sentado en el trono dijo: ‘¡Mira!, voy a hacer nuevas todas las cosas’. También, dice: ‘Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas’”. (Revelación 21:3-5.)
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