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jueves, 25 de octubre de 2012

LA SEMANA DEL HOMBRE ¿HASTA CUANDO?



IEVE había creado al hombre a su imagen. Esto significa que el hombre tendría que parecerse a su Creador en todo. El hombre, por lo tanto, tendría que efectuar una obra en la Tierra que llegase a imitar apropiadamente la forma de actuar de su Creador. Claro está que aunque el hombre tiene una imaginación que le permite tener ideas sorprendentes, no puede realmente crear cosas desde la energía a la materia, (convertir energía en materia) aunque sus actividades siempre pueden reflejar la “gloria” de IEVE. Es por ello que se nos exhorta a los cristianos:
Por esto, sea que estén comiendo, o bebiendo, o haciendo cualquier otra cosa, hagan todas las cosas para la gloria de Dios. (1 Corintios 10:31.)
Jesús mismo, como hombre ideal, imitó a su Padre en todo lo que hacía. Todas las actividades que realizó como humano, y las que sigue realizando hasta ahora como criatura espiritual, armonizan perfectamente con la voluntad de IEVE:
Por eso, en respuesta, Jesús pasó a decirles: “Muy verdaderamente les digo: El Hijo no puede hacer ni una sola cosa por su propia iniciativa, sino únicamente lo que ve hacer al Padre. Porque cualesquiera cosas que Aquel hace, estas cosas también las hace el Hijo de igual manera. (Juan 5:19.)
Algunas de las cosas que Jesús efectuó en su ministerio entre los judíos, las efectuó especialmente en día de sábado. ¿Por qué lo hizo? Esto ocurrió así porque el sábado representó el período en el que la humanidad por fin entrará en el descanso del Creador. Jesús estaba destinado a ser “Señor hasta del sábado”.
De modo que siguió diciéndoles: “El sábado vino a existir por causa del hombre, y no el hombre por causa del sábado; así es que el Hijo del hombre es Señor hasta del sábado”. (Marcos 2:27, 28.)
Observemos cómo es que Jesús asoció el sábado a un tiempo de liberación en el caso de una mujer que fue curada milagrosamente:
Y puso las manos sobre ella; y al instante ella se enderezó, y se puso a glorificar a Dios. Pero, en respuesta, el presidente de la sinagoga, indignado porque Jesús había hecho la curación en sábado, empezó a decir a la muchedumbre: “Seis días hay en que se debe hacer trabajo; en estos, por lo tanto, vengan y sean curados, y no en día de sábado”. Sin embargo, el Señor le contestó y dijo: “Hipócritas, ¿no desata del pesebre cada uno de ustedes en día de sábado su toro o su asno y lo lleva a beber? ¿No era propio, pues, que esta mujer que es hija de Abrahán, y a quien el Resistidor tuvo atada, ¡fíjense!, 18 años, fuera desatada de esta ligadura en día de sábado?”. (Lucas 13:13-16.)
Con estas palabras, Jesús ilustró indirectamente dos cosas:
1.       Que durante mucho tiempo la humanidad ha estado “atada” por el Resistidor, dominada por su autoridad.
2.      Que Jesús “desatará” a la humanidad de su condición lamentable en un extraordinario “sábado”, el tiempo en el que estará establecido y gobernará el Reino del Dios.
Esto quiere decir que el sábado fue una representación del “día” en el que todos nosotros seremos juzgados “con justicia” por el rey que IEVE ha designado: Jesús Ungido.
Porque ha fijado un día en que se propone juzgar la tierra habitada con justicia por un varón a quien ha nombrado, y ha proporcionado a todos los hombres una garantía con haberlo resucitado de entre los muertos”. (Hechos 17:31.)
¿Y cuánto durará este “día” extraordinario, según la Biblia? La respuesta está en el libro de Apocalipsis-Revelación, cuando dice:
Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos la muerte segunda no tiene autoridad, sino que serán sacerdotes de Dios y del Ungido, y reinarán con él por los 1.000 años. (Revelación 20:6.)
El Resistidor, quien ha tenido “atada” a la humanidad por milenios, también será ‘atado’, o restringido, durante ese entero período. Por eso dice la profecía:
Y vi a un mensajero que descendía del cielo con la llave del abismo y una gran cadena en la mano. Y prendió al dragón, la serpiente original, que es el Diablo y Satanás, y lo ató por 1.000 años. Y lo arrojó al abismo, y [lo] cerró y [lo] selló sobre él, para que no extraviara más a las naciones hasta que se terminaran los 1.000 años. Después de estas cosas tiene que ser desatado por un poco de tiempo. (Revelación 20:1-3.)
En realidad, no sería raro que el “día” del juicio del hombre tenga una duración de 1.000 años. La Biblia permite esta correcta interpretación:
Sin embargo, no vayan a dejar que este hecho en particular se les escape, amados, que un día es para con Ieve como 1.000 años, y 1.000 años como un día. (2 Pedro 3:8.)
Lo que es más, otro pasaje no solo da a entender que un “día” puede durar 1.000 años, sino muchos más:
Porque 1.000 años son a tus ojos solo como el día de ayer cuando ha pasado, y como una vigilia durante la noche. (Salmos 90:4.)
En los días anteriores a la venida de Jesús se consideraba que una noche estaba compuesta por tres “vigilias”. Después, se dividió la noche en cuatro “vigilias”. En un pasaje de Marcos, al parecer, Jesús hizo referencia a éstas:
Por lo tanto, manténganse alerta, porque no saben cuándo viene el amo de la casa, si tarde en el día o a medianoche o al canto del gallo o muy de mañana; […] (Marcos 13:35.)
Separemos las expresiones para verlo de nuevo:
1.       Primera vigilia: “tarde en el día”.
2.      Segunda vigilia: “a medianoche”.
3.      Tercera vigilia: “al canto del gallo”.
4.      Cuarta vigilia: “muy de mañana”.
Bueno, sean tres o cuatro “vigilias”, lo cierto es que el tamaño de este período llegaría a ser la sexta o la octava parte de un día completo, así que la comparación de Salmos 90:4 bien podría estar diciéndonos que un “día” para el Creador podría ser para nosotros un gran período que dura desde 6.000 hasta 8.000 años. ¿No lo cree así?
La verdad es que no se necesita ser artificioso para encontrarle sentido a todo esto. Si hemos entendido que el sábado representó el período de 1.000 años del Reino del Mesías, siendo éste como el séptimo día de una semana, entonces hemos de concluir que una “semana” para el hombre tendría una duración de7.000 años.
Fuimos creados a la imagen del Dios. Si el Creador estableció el modelo de siete “días”, al hombre también le daría sus siete “días” de 1.000 años. Durante los primeros 6.000 años, el hombre tendría que “trabajar” para cumplir con el propósito que IEVE se había trazado para la Tierra, y en el último milenio el hombre vería el fruto de su trabajo, participando entonces plenamente del descanso de IEVE.
Se concluye pues que el Séptimo Día del Creador tiene una duración de 7.000 años (Como hemos considerado en un apunte anterior). Lo más lógico, por lo tanto, es que cada “día” de la creación tuviese la misma extensión. Esto sugeriría que la Tierra comenzó a ser preparada para la humanidad hace unos 49.000 años. Y, sin embargo, no podemos ser dogmáticos en cuanto a esta conclusión, pues pudo suceder que IEVE le diese a cada período alguna duración basada en otros parámetros más superiores que los que conocemos. Aún así, parece razonable que, por lo menos, en el caso del Séptimo Día, éste sí durará 7.000 años.
A propósito, concluir que en el caso del hombre en conjunto cada día de su “semana” tenía una duración de 1.000 años, concuerda con la advertencia de IEVE:
Pero en cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, no debes comer de él, porque en el día que comas de él, positivamente morirás”. (Génesis 2:17.)
Aunque Adán fue condenado a morir el mismo día que cometió transgresión contra Dios, lo cierto es que Adán murió a los 930 años de edad, dentro del primer día de 1.000 años de la “semana” del hombre.
Esta deducción sobre los 7.000 años de la “semana” del hombre nos hace pensar en cuán cerca estaría el principio del Reino de Mil Años del Mesías. Tengamos en consideración que el Séptimo Día comenzó poco después de la creación del hombre y su esposa (Con el nacimiento de Abel, como se consideró en el apunte anterior.)
Así que  el momento más probable para el principio de la “semana” del hombre hemos tomado como base este pasaje bíblico:
Porque nosotros los que hemos ejercido fe sí entramos en el descanso, tal como él ha dicho: “De modo que juré en mi cólera: ‘No entrarán en mi descanso’”, aunque las obras de él habían sido terminadas desde la fundación del mundo. (Hebreos 4:3.)
El saber qué quiso decir la Biblia con la expresión “la fundación del mundo”, nos ayuda a tener más claro el entendimiento más probable  sobre el punto de partida para los primeros 6.000 años del gran Día de Descanso de IEVE y el comienzo de la SEMANA DEL HOMBRE.

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