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miércoles, 29 de abril de 2015

“Su liberación se acerca” ¿Será usted escogido?






“Levántense erguidos y alcen la cabeza, porque su liberación se acerca.” (LUC. 21:28)
¿CÓMO RESPONDERÍAS?
  • ¿Qué sucesos similares a los del año 66 estamos a punto de vivir?
  • ¿Qué período de pruebas vendrá después de la destrucción de “Babilonia la Grande”?
  • Según Mateo 24:31, ¿cómo serán reunidos los escogidos después de la tribulación?  Y él enviará sus ángeles con un gran sonido de trompeta, y ellos reunirán a los escogidos de él desde los cuatro vientos, desde un extremo de los cielos hasta su otro extremo”.

Usted está en el año 66 en Jerusalén. ¿Qué está ocurriendo?  ¡¡Mire!!



  IMAGINE que es el año 66 y que vive en Jerusalén. Han pasado muchísimas cosas. Todo empezó porque el procurador romano Floro sacó 17 talentos de los tesoros sagrados del templo. Los judíos se enfurecieron y se levantaron en armas, ejecutaron a los soldados romanos que había en Jerusalén y declararon la independencia. Pero la respuesta de Roma ha sido inmediata. No han pasado ni tres meses y el gobernador romano de Siria, Cestio Galo, ya está a las puertas de Jerusalén con 30.000 hombres. Las zonas exteriores de la ciudad no han tardado en caer bajo su poder, y los rebeldes judíos se han visto obligados a refugiarse en el templo. Ahora, los soldados romanos están a punto de entrar por el muro exterior, y la ciudad entera ha entrado en pánico. ¿Cómo se siente usted al observar lo que está sucediendo?


¿Qué debían hacer los cristianos que estaban en Jerusalén en el año 66?  ¿Cómo lograron escapar de la ciudad?  De seguro le vienen a la mente la advertencia y las instrucciones que Jesús dio años atrás: “Cuando vean a Jerusalén  cercada de ejércitos acampados, entonces sepan que la desolación de ella se ha acercado. Entonces los que estén en Judea echen a huir a las montañas, y los que estén en medio de Jerusalén retírense, y los que estén en los lugares rurales no entren en ella” (Luc. 21:20, 21). Pero ¿cómo va a escapar si la ciudad está rodeada? De pronto sucede algo increíble: las tropas romanas comienzan a retirarse. Tal como predijo Jesús, el ataque se ha acortado (Mat. 24:22). Ahora puede obedecer sus instrucciones, así que sin pensarlo dos veces huye a las montañas que están al otro lado del río Jordán. Lo acompañan otros cristianos fieles que viven en Jerusalén y sus alrededores.  En el año 70, los romanos regresan y destruyen la ciudad. Pero usted está sano y salvo. ¿Por qué? Porque ha obedecido a Jesús.


¿Qué situación similar a la del siglo primero vivirán pronto los cristianos? ¿De qué hablaremos en este artículo? Pronto, muy pronto, no hará falta usar la imaginación; cada uno de nosotros vivirá algo parecido. La advertencia de Jesús no fue solo para los cristianos de Jerusalén, sino también para todos los que vivimos a las puertas de la “gran tribulación” (Mat. 24:3, 21, 29). No obstante, hay buenas noticias: los miembros de la “gran muchedumbre” sobrevivirán a este desastre mundial (lea Revelación 7:9, 13, 14). ¿Qué dice la Biblia sobre lo que está a punto de ocurrir? Necesitamos saber la respuesta, pues nuestra vida está en juego. Veamos con más detalle qué podemos esperar que nos suceda en el futuro cercano.


EL COMIENZO DE LA GRAN TRIBULACIÓN

¿Cómo comenzará la gran tribulación? La Biblia dice que será con la destrucción de “Babilonia la Grande”. Según el libro de Revelación, “Babilonia la Grande”, que representa a las religiones falsas de este mundo, es como una prostituta (Rev. 17:5-7). ¿Por qué? Porque sus líderes se han prostituido, o mezclado, con los dirigentes políticos del mundo. En lugar de apoyar a Jesús y su Reino, han pasado por alto las normas de la Biblia a fin de aumentar su influencia en la política. Los cristianos escogidos serán muy diferentes. Ellos se habrán mantenido puros como una virgen, separados de los gobiernos (2 Cor. 11:2; Sant. 1:27; Rev. 14:4). Ahora bien, ¿quién destruirá a las religiones falsas? Los “diez cuernos” de la “bestia salvaje de color escarlata”. Los diez cuernos son los gobiernos actuales que apoyan a la ONU —representada por esta bestia simbólica—. IEVE pondrá en el corazón de ellos su “pensamiento” para que acaben con Babilonia la Grande (lea Revelación 17:3, 16-18).


¿Por qué podemos decir que cuando Babilonia la Grande sea destruida no morirán todos sus miembros? Cuando las religiones falsas sean destruidas, ¿morirán todas las personas que pertenecen a ellas? Todo parece indicar que no. ¿Cómo lo sabemos? Por lo que profetizó Zacarías. Él habló de un profeta que había pertenecido a la religión falsa, pero que diría: “No soy profeta. Soy un hombre que cultiva el terreno, porque un hombre [...] me adquirió desde mi juventud”. Según Zacarías, alguien le preguntaría a ese profeta: “¿Qué son estas heridas [...]?”, a lo cual el  hombre respondería: “Son aquellas con las cuales me golpearon en la casa de los que me amaban intensamente” (Zac. 13:4-6). Este relato da a entender que los feligreses —e incluso algunos clérigos— se distanciarán de sus religiones y hasta dirán que nunca habían pertenecido a ellas.

 ¿Y qué les ocurrirá a los siervos de Dios? Jesús dijo: “A menos que se acortaran aquellos días, ninguna carne se salvaría; mas por causa de los escogidos aquellos días serán acortados” (Mat. 24:22). Como ya vimos, la tribulación del año 66 se acortó. Gracias a ello, “los escogidos” pudieron huir. En nuestros tiempos, la etapa inicial de la gran tribulación también se acortará para proteger a “los escogidos”. IEVE no permitirá que los “diez cuernos” acaben con su pueblo. El ataque se interrumpirá y habrá un breve período de calma.

UN PERÍODO DE PRUEBA Y DE JUICIO


¿Qué oportunidad tendremos una vez que hayan desaparecido las religiones falsas? ¿Por qué se convertirá el pueblo de Dios en el centro de atención? Una vez que las religiones falsas hayan sido destruidas, cada uno de nosotros tendrá que demostrar lo que de verdad hay en su corazón. La mayoría de la gente buscará refugio en las rocas “de las montañas”, es decir, en las organizaciones humanas (Rev. 6:15-17). En cambio, los cristianos buscaremos refugio en IEVE. En el siglo primero, el período que siguió al primer ataque de los romanos no sirvió para que los judíos se convirtieran en masa al cristianismo, sino para que los cristianos pudieran huir de Jerusalén, como Jesús había mandado. De igual manera, la pausa que habrá en la gran tribulación no servirá para que la gente se convierta en masa al cristianismo, sino para darnos a nosotros la oportunidad de demostrar que amamos a IEVE y que apoyamos a los hermanos de Cristo (Mat. 25:34-40).

 Aunque no sabemos exactamente lo que ocurrirá durante ese período, lo más seguro es que tengamos que hacer sacrificios. En el siglo primero, los cristianos tuvieron que dejar atrás sus posesiones y sufrir apuros a fin de sobrevivir (Mar. 13:15-18). ¿Estaremos nosotros dispuestos a hacer lo mismo? ¿Haremos lo que sea necesario para demostrar nuestra lealtad a IEVE? Quizás no lo hayamos pensado, pero en ese momento, los únicos que no se distanciarán de su amor a IEVE, y que seguirán sirviendo a su Dios, seremos nosotros. Y tendremos que hacerlo cueste lo que cueste, tal como hizo el profeta Daniel (Dan. 6:10, 11).


 ¿Qué mensaje darán  a conocer los “dos testigos” de Dios en el futuro cercano?  ¿Cómo reaccionarán los enemigos de esos dos “testigos” de Dios?  El mensaje que publicaran “los dos testigos” Revelación 11:3,4, entrará en su etapa más activa, pues estaremos al borde del fin (Mat. 24:14). De seguro, su mensaje se convertirá en un mensaje de condena. Es muy posible que tengan  que decir a la gente que el fin del mundo de Satanás ha llegado. La Biblia compara ese mensaje a granizos gigantes, como lo dice Revelación 16:21: “Un granizo grande, con cada piedra como del peso de un talento, descendió del cielo sobre los hombres, y los hombres blasfemaron contra Dios debido a la plaga de granizo, porque la plaga de este fue excepcionalmente grande”.

 Obviamente, sus enemigos notarán lo que estan haciendo. El profeta  Ezequiel explicó lo que hará en el futuro Gog de Magog, una coalición o grupo de naciones: “Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano IEVE: ‘Y en aquel día tendrá que ocurrir que subirán cosas a tu corazón, y ciertamente pensarás algún proyecto dañino; y tendrás que decir: “Subiré contra la tierra de abierta región rural. Vendré sobre los que están sin disturbio, que moran en seguridad, todos ellos morando sin muro, y no tienen siquiera barra y puertas”. Será para conseguir gran despojo y para hacer mucho saqueo, para volver tu mano sobre lugares devastados que han sido habitados de nuevo y sobre un pueblo que ha sido recogido de las naciones, uno que está acumulando riquezas y propiedad, los que están morando en el centro de la tierra’” (Ezeq. 38:10-12). Así es, el pueblo de Dios quedará en “el centro de la tierra”, por así decirlo. Se convertirá en el blanco de todas las miradas, pues es único y distinto. Eso será demasiada tentación para las naciones. Se lanzarán contra los cristianos escogidos y las “otras ovejas”.


¿Qué debemos recordar sobre el orden de los acontecimientos en la gran tribulación? ¿Cómo reaccionará la gente cuando vea señales en el cielo?  ¿Qué ocurrirá después? No lo sabemos a ciencia cierta, pues la Biblia no presenta los acontecimientos en el orden exacto. Es probable que algunas cosas sucedan más o menos al mismo tiempo. En su profecía sobre la conclusión de este sistema, Jesús dijo: “Habrá señales en el sol y en la luna y en las estrellas, y sobre la tierra angustia de naciones, por no conocer la salida a causa del bramido del mar y de su agitación, mientras que los hombres desmayan por el temor y la expectación de las cosas que vienen sobre la tierra habitada; porque los poderes de los cielos serán sacudidos. Y entonces verán al Hijo del hombre viniendo en una nube con poder y gran gloria” (Luc. 21:25-27;  lea Marcos 13:24-26). ¿Dónde ocurrirán estas señales? ¿En el cielo literal? Tendremos que esperar para verlo. Lo que sí es seguro es que los enemigos de Dios se paralizarán de miedo.


No perderemos el optimismo. Estamos seguros de que IEVE nos salvará
(Vea los dos párrafos  siguientes.)


¿Qué pasará cuando Jesús venga “con poder y gran gloria”? ¿Cómo reaccionarán los escogidos  de Dios en ese momento?

 ¿Qué hará Jesús cuando venga “con poder y gran gloria”? Recompensará a los que hayan sido leales y castigará a los que no hayan obedecido a IEVE  (Mat. 24:46, 47, 50, 51; 25:19, 28-30). Según Mateo, Jesús acabó su profecía sobre la señal de los últimos días con la parábola de las ovejas y las cabras. Dijo: “Cuando el Hijo del hombre llegue en su gloria, y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre su glorioso trono. Y todas las naciones serán reunidas delante de él, y separará a la gente unos de otros, así como el pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha, pero las cabras a su izquierda” (Mat. 25:31-33). ¿Qué les pasará después a las ovejas y a las cabras? La parábola termina así: “Estos [las cabras] partirán al cortamiento eterno, pero los justos a la vida eterna” (Mat. 25:46).

¿Qué harán las personas que son como cabras cuando se den cuenta de que van a morir para siempre? La Biblia dice que “se golpearán en lamento” (Mat. 24:30). ¿Y qué hay de los hermanos de Cristo y las “otras ovejas”? ¿Cómo reaccionarán ellos? Con plena confianza obedecerán las palabras de  Jesús. Él les mandó: “Levántense erguidos y alcen la cabeza, porque su liberación se acerca” (Luc. 21:28).

BRILLARÁN COMO EL SOL EN EL REINO


¿Qué ocurrirá con los escogidos después de que empiece el ataque de Gog de Magog?¿Cómo se reunirá a todos los escogidos y a los que irán al cielo? ¿Qué pasará después de que Gog de Magog comience su ataque contra el pueblo de Dios? Tanto Marcos como Mateo explican lo siguiente: “[El Hijo del hombre] enviará los ángeles y reunirá a sus escogidos desde los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo” (Mar. 13:27; Mat. 24:31). Como vemos, Jesús profetizó que se reuniría a los escogidos. ¿Cuándo ocurre eso? No es en el momento en el que son elegidos (Mat. 13:37, 38). Tampoco en el momento en el que reciben el sello final, justo antes de la gran tribulación (Rev. 7:1-4). Más bien, es en el momento en el que van al cielo (1 Tes. 4:15-17; Rev. 14:1). Y eso ocurrirá después de que Gog de Magog empiece su ataque (Ezeq. 38:11). Entonces se cumplirán las palabras de Jesús: “Los justos resplandecerán tan brillantemente como el sol en el reino de su Padre” (Mat. 13:43).  ¿Cuándo y dónde será esto? Lo que Jesús predijo aún está por venir. Se cumplirá en el futuro y en el cielo, no ahora en la Tierra.  ¿Cómo llegamos a esta conclusión? Veamos dos razones.

 En primer lugar, analicemos cuándo se cumplirían las palabras de Jesús. Él dijo: “En aquel tiempo los justos resplandecerán”. La expresión “en aquel tiempo”  obviamente se refiere al suceso que Jesús acababa de mencionar, a saber, que se arrojaría la mala hierba en el horno de fuego. Esto sucederá en la parte final de la gran tribulación. Por lo tanto, también será en ese tiempo futuro cuando los escogidos “resplandecerán brillantemente”. En segundo lugar, veamos dónde ocurrirá. Jesús especificó que los justos “resplandecerán [...] en el reino”. ¿Qué quiere decir esto? Que todos los escogidos  con una asignación celestial y que se hayan mantenido fieles que aún queden aquí en la Tierra después de que haya pasado la primera fase de la gran tribulación ya habrán recibido su sello final. Entonces, como indicó Jesús en su profecía sobre la gran tribulación, serán reunidos en el cielo (Mat. 24:31). Allí es donde resplandecerán “en el reino de su Padre” y donde, poco después de la batalla de Armagedón, formarán parte de la gozosa novia de Jesús en “las bodas del Cordero” (Rev. 19:6-9).



¿Quiere decir lo anterior que habrá un “rapto” de los escogidos con asignación celestial?  Muchas iglesias enseñan esta doctrina, según la cual los cristianos fieles serán llevados al cielo con sus cuerpos físicos y Jesús vendrá de forma visible a gobernar la Tierra. Sin embargo, la Biblia dice que “la señal del Hijo del hombre” aparecerá en el cielo, y que Jesús vendrá “sobre las nubes del  cielo”, lo cual da a entender que su venida será invisible (Mat. 24:30). Además, la Biblia dice que “carne y sangre no pueden heredar el reino de Dios”, de modo que antes de ir al cielo los escogidos tienen que ser “cambiados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, durante la última trompeta” (lea 1 Corintios 15:50-53, 48,49).  Por lo tanto, aunque en este caso no usamos la palabra “rapto” debido al significado que le dan otras religiones, sí podemos decir que estos  escogidos fieles que queden en la Tierra serán llevados al cielo en un instante.


¿Qué tiene que ocurrir para que se pueda celebrar la boda del Cordero?  Una vez que los 144.000 estén en el cielo, podrán comenzar los preparativos finales de la boda del Cordero (Rev. 19:9). Pero antes de ese feliz acontecimiento tiene que ocurrir algo. Recuerde que Gog verá al pueblo de Dios indefenso y lo atacará poco antes de que los últimos escogidos con asignación celestial sean llevados al cielo (Ezeq. 38:16). ¿Cómo reaccionarán los que se mantengan fieles a IEVE en la Tierra? Obedecerán las siguientes instrucciones: “No tendrán que pelear en esta ocasión. [...] Esténse quietos y vean la salvación de IEVE a favor de ustedes. “No tengan miedo ni se aterroricen” (2 Crón. 20:17). En cambio, la reacción en el cielo será muy distinta. Revelación 17:14 dice lo que sucederá cuando todos estos escogidos estén allá: “[Los enemigos de Dios] combatirán contra el Cordero, pero, porque es Señor de señores y Rey de reyes, el Cordero los vencerá. También, los llamados y escogidos y fieles que con él están lo harán”. Así es, los 144.000 escogidos irán con Jesús al rescate del los demás fieles a Dios en la Tierra.

 De ese modo empezará la guerra de Armagedón, en la que IEVE engrandecerá su santo nombre (Rev. 16:16). Las personas que son como cabras “partirán al cortamiento eterno”, pero la gran muchedumbre sobrevivirá. ¡Por fin la Tierra quedará limpia de maldad! Entonces —con todos los preparativos listos— tendrá lugar el evento del que habla la parte final del libro de Revelación: la boda del Cordero (Rev. 21:1-4). (El Salmo 45  da algunas pistas sobre el orden de los sucesos: primero, el Rey lucha en la guerra y después se celebra la boda.)Todos los que estén vivos en la Tierra disfrutarán de la aprobación y el cariño de IEVE. No podemos ni imaginar todo lo que él hará por nosotros. ¡Cómo deseamos que llegue ese día! Será una fiesta inolvidable (lea 2 Pedro 3:13).


 ¿Qué deberíamos estar haciendo ahora? Con tantos sucesos emocionantes que nos esperan, ¿qué deberíamos estar haciendo ahora? El apóstol Pedro escribió: “Puesto que todas estas cosas así han de ser disueltas, ¡qué clase de personas deben ser ustedes en actos santos de conducta y hechos de devoción piadosa, esperando y teniendo muy presente la presencia del día de IEVE[...!]”. Luego añadió: “Por eso, amados, ya que están esperando estas cosas, hagan lo sumo posible para que finalmente él los halle inmaculados y sin tacha y en paz” (2 Ped. 3:11, 12, 14). Mantengámonos limpios en sentido espiritual, completamente separados de la religión falsa, y apoyemos de corazón a Jesús, el Rey de la paz.

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