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sábado, 22 de abril de 2017

Cuando la violencia azota el hogar

Cuando la violencia azota el hogar
 
“La violencia humana —sea una bofetada o un empujón, una cuchillada o un disparo— es más frecuente dentro del círculo de la familia que en cualquier otro colectivo de nuestra sociedad.” (Behind Closed Doors [Tras puertas cerradas].)


EN UNA de cada dos viviendas de cualquier calle de Estados Unidos se producirá este año, por lo menos una vez, alguna forma de violencia doméstica. Y en una de cada cuatro viviendas, esta se producirá en repetidas ocasiones. Aunque parezca irónico, muchas de las personas que temen caminar por las calles de noche corren más peligro en casa.
Pero la violencia doméstica no es solo un fenómeno de Estados Unidos, sino que existe en todo el mundo. Por ejemplo, en Dinamarca, dos de cada tres asesinatos se cometen dentro del seno familiar. Los estudios que se han hecho sobre la situación en África indican que entre el 22 y el 63% de todos los asesinatos perpetrados, según el país de que se trate, se producen dentro de la familia. Y en Latinoamérica hay hombres machistas que degradan, golpean o matan a muchas personas, especialmente a mujeres.
En Canadá todos los años unas cien mujeres mueren a manos de su esposo o del hombre con quien conviven. En Estados Unidos, con una población casi diez veces mayor que la de Canadá, mueren anualmente unas 4.000 mujeres maltratadas por su esposo o su novio. Además, todos los años pierden la vida unos 2.000 niños agredidos por sus padres, y la misma cantidad de padres mueren agredidos por sus hijos.
De modo que en todo el mundo hay esposos que maltratan a su esposa, esposas que le pegan a su esposo, padres que azotan a sus hijos, hijos que agreden a sus padres y niños que se tratan con violencia unos a otros. “La mayor parte de los arrebatos de cólera y actos de violencia que los adultos sufren durante su vida provienen de un pariente consanguíneo o van dirigidos contra él —afirma el libro When Families Fight (Cuando las familias se pelean)—, y dichos arrebatos son más intensos que los experimentados en cualquier otra relación.”


La familia en guerra
 
Abuso de los cónyuges: 
Es muy frecuente que los maridos vean la licencia matrimonial como una licencia para maltratar a su esposa. Aunque hay mujeres que pegan a su esposo, las lesiones no suelen ser tan graves como cuando el ataque es a la inversa. La revista Parents comenta: “En más del 95% de los casos denunciados de [terribles] malos tratos al cónyuge, la víctima es la esposa”.
Una fiscal de distrito de la ciudad de Nueva York dice: “En la sociedad estadounidense, la violencia de que es objeto la mujer alcanza proporciones epidémicas. El FBI ha calculado que [...] todos los años son maltratadas unos seis millones de mujeres”. Aunque las cifras varían de un país a otro, los informes indican que el maltrato de mujeres a manos de los hombres alcanza proporciones epidémicas en muchos países, por no decir en la mayoría.
En Estados Unidos se calcula que “una de cada diez mujeres será objeto de ataques graves (golpes, patadas, mordiscos o agresiones peores) por parte de su esposo durante su matrimonio”. Cuando se incluyen casos menos graves, la revista Family Relations indica que “una de cada dos mujeres de Estados Unidos será víctima de algún acto de violencia doméstica”.
De hecho, una fiscal de distrito de la ciudad de Nueva York dice que se ha podido comprobar que “las palizas propinadas a la esposa causan más lesiones que requieren hospitalización que todas las violaciones sexuales, atracos y accidentes de carretera combinados”.
La Dra. Lois G. Livezey comenta: “Está claro que la violencia contra la mujer y la violencia en la unidad familiar son frecuentes, y que los autores [...] son personas comunes. [...] Es un grave problema en todas las clases y razas de la población”.
Las víctimas a veces se culpan a sí mismas del maltrato recibido, con lo que disminuye su amor propio. La revista Parents explica: “La mujer que no tiene confianza en sí misma y posee poco amor propio se culpa de los malos tratos. [...] La típica mujer maltratada teme planear y obrar en su propio beneficio”.
La violencia dentro del matrimonio también produce un efecto perjudicial en los hijos. Aprenden que pueden utilizarla para manipular a otros. Algunas madres hasta dicen que sus hijos se amenazan entre sí para salirse con la suya con expresiones como: “Convenceré a papá para que te pegue”.


Abuso de menores: 

Todos los años millones de niños sufren castigos físicos extremos que podrían lastimarlos gravemente, dejarlos lisiados o hasta matarlos. Se calcula que por cada caso de malos tratos que se denuncia, hay 200 que no se denuncian. “Muchas veces, el lugar más peligroso para un niño es su propia casa”, afirma el libro Sociology of Marriage and the Family (Sociología del matrimonio y la familia).
El profesor universitario John E. Bates dice que el maltrato constituye la influencia doméstica que más repercute en el comportamiento del niño años después. Y la Dra. Susan Forward añade: “He visto que no hay nada en la vida que hiera tanto el amor propio de las personas o que les cause tantos problemas emocionales graves al llegar a adultas”. Se pueden ver señales de agresividad en situaciones críticas incluso en niños de cuatro o cinco años. Cuando estos niños crecen, entre ellos se dan índices de drogadicción, alcoholismo, delincuencia, trastornos psicóticos y retraso en el desarrollo superiores a la media general.
Es comprensible que muchos niños maltratados abriguen un sentimiento de ira hacia el padre o la madre que los ataca, pero a menudo también se sienten airados con el progenitor que deja que la violencia continúe. En la mente del niño, el progenitor que permanece callado puede ser considerado cómplice.


Abuso de personas mayores:  

Se calcula que un 15% de las personas mayores de Canadá son maltratadas física y psíquicamente por sus hijos adultos. Un médico predice que “a medida que una mayor parte de la población envejezca y las cargas económicas y emocionales de sus hijos aumenten, la situación solo puede empeorar”. Y este temor se percibe en todo el mundo.
Suele ocurrir que las personas mayores son reacias a denunciar los abusos. Como quizás dependen del agresor, optan por seguir viviendo en esas terribles circunstancias. Cada vez que se le preguntaba a una anciana cuándo denunciaría a su hijo y a su nuera a las autoridades, su respuesta era: “La próxima vez”. Le dieron semejante paliza que tuvo que estar hospitalizada un mes entero.


Abuso de hermanos:

 Esta es una forma de violencia doméstica muy extendida. Hay quienes le restan importancia diciendo: “Los muchachos son así ”. Pero según una encuesta, lo que más de la mitad de los niños había hecho a sus hermanos era suficientemente grave como para merecer enjuiciamiento criminal si se lo hubiesen hecho a alguien fuera del círculo familiar.
Muchos piensan que el abuso de hermanos enseña un patrón de comportamiento que prosigue en la vida adulta, y que en algunos casos puede inducir más a maltratar al cónyuge que la violencia que se haya podido observar entre los padres.


Un campo de batalla peligroso
Un investigador especializado en materia jurídica calculó que la policía había recibido más llamadas para zanjar conflictos familiares que para intervenir en todos los otros casos criminales combinados. También afirmó que perdieron la vida más policías mientras atendían llamadas por problemas familiares que al atender cualquier otro tipo particular de problema. “En el caso de un robo al menos estamos preparados —dijo un policía—. Pero cuando entramos en la casa de alguien [...] no sabemos lo que va a pasar.”
Tras un amplio estudio sobre la violencia doméstica, un equipo de investigadores estadounidenses llegó a la conclusión de que, con la excepción de la milicia en tiempo de guerra, la familia es la unidad social más violenta que existe.
¿A qué se debe la violencia en la familia? ¿Se acabará algún día? ¿Está justificada en algunas circunstancias? El siguiente artículo investigará estas preguntas.


Comentarios:
“En la sociedad estadounidense, la violencia de que es objeto la mujer alcanza proporciones epidémicas.” (Una fiscal de distrito)

“Muchas veces, el lugar más peligroso para un niño es su propia casa.” (Sociology of Marriage and the Family)

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